Un gran pacto nacional de alianza para el progreso y no un referéndum, porque todos perderíamos

Actualizado
  • 18/12/2019 00:00
Creado
  • 18/12/2019 00:00
'El éxito político reciente del presidente Cortizo en ocasión del anuncio de los tres nuevos magistrados y el procurador general hay que capitalizarlo con inteligencia'

Satisface y contribuye a la consolidación de la patria grande cuando escuchamos del Sr. presidente, Laurentino Cortizo, expresar que “somos un pueblo bueno y noble y tenemos que cuidar nuestro país”. Sin embargo, nos confunde el mandatario con su actuación y desempeño en la realidad totalmente opuestos, cuando de reformas o nueva constitución se trata. Esa misma retórica cargada de nobleza y patriotismo de súbito desaparece y transita hacia el engañoso campo de la demagogia y desilusiones. Tanto es así que de bondadoso y magnánimo el presidente, de repente no es galante ni otorga el mínimo gesto de reciprocidad ni cortesía elemental para con el soberano, que le viene ofreciendo a cambio sonrisas y rosas. En consecuencia, todo sugiere que para el señor presidente el pueblo deja de ser noble y bueno cuando le reitera que quiere una constituyente paralela y que cancele de un tajo lo actuado en la Asamblea. 

Laurentino Cortizo, presidente de la República.

El presidente también ha olvidado lo que tanto pregonó: “Seré el primer obrero al servicio de su pueblo...”. ¡Pero señor presidente, Usted se viene transformando en un obrero que no obedece a su jefe, nosotros, el soberano, y más bien tiende a secuestrarnos para complacer los intereses de la clase política y empresarial dominante. Personalmente veo un espacio precioso para que usted maniobre y rectifique el azimut o rumbo hacia la conveniencia de la nave patria y cinco millones a bordo, toda vez que se avizora avanzamos directo hacia un huracán político. Y le reiteramos con la consideración merecida a nuestro presidente… Los pueblos aprovechan los referéndums más bien para ejercer un escrutinio calificador en el momento y así expresar su satisfacción o no, de la gestión de sus gobernantes. Vale decir, entonces, que el resultado de estas consultas en sí, más que su contenido, siempre es la consecuencia de lo primero.

El éxito político reciente del presidente Cortizo en ocasión del anuncio de los tres nuevos magistrados y el procurador general hay que capitalizarlo con inteligencia, para la toma de objetivos subsiguientes, los cuales se nos ocurren, la convocatoria a la constituyente paralela; reflotar la Caja de Seguro Social hacia la eternidad; la conquista y explotación del enorme potencial turístico y agroindustrial que representa la vertiente del Atlántico, cuencas, bosques y aguas para abastecimiento seguro al infinito, al Canal de Panamá, la salud y su desarrollo humano de los panameños. Dormirse el sr. presidente en sus laureles, podrá derivar el triunfo reciente hacia el campo de lo efímero, desilusión y pronto desencanto político. El gobierno debe tener presente que la oposición organizada en partidos y grupos independientes con gran caudal electoral y las masas de la sociedad civil, ¡aún no han desenvainado sus espadas ni trepado a sus cabalgaduras para el ataque! Insistir en forzar el proyecto tan cuestionado hoy, en el vientre de la Asamblea, precisamente en el órgano que más demanda transformación y no meras reformas sin sustancias, esperando el mes de enero para completar el proceso de la segunda legislatura, luego el referéndum, prevemos sea cual sea el resultado, todos seríamos perdedores, tanto gobernantes como gobernados y, por supuesto, el presidente Cortizo, quien quedaría con un ala rota y demasiado temprano en su mandato… ¡Las águilas, halcones y cóndores ya de alas rotas, aunque subsisten, nunca más se elevan!

¿Y cuál sería el dilema? Si el referéndum es rechazado por las mayorías, el señor presidente de hecho pierde liderazgo y fuerza de conducción y logros de consensos políticos para resolver los grandes temas estratégicos. El desarrollo del país perdería impulso y ritmo. Por otra parte, si el referéndum es aprobado, la Constitución actual viciada se extendería y los episodios de corrupción, grandes negociados y coimas entre la clase política , en perjuicio de las clases populares, dicho mejor, la corrupción recibiría un espaldarazo, se precipitaría y hasta rebasaría al nuevo procurador; en consecuencia, es necesario reiterar con objetividad —y la historia así lo demuestra— que la metástasis de la corrupción, grandes negociados y robos en el Estado panameño, históricamente “se inicia en el Órgano Ejecutivo”. Luego invade —y muy pronto— al Legislativo y Judicial, Ministerio Público, Contraloría, y ya hay síntomas inequívocos de cierta afectación en la Policía Nacional, mediante los servicios pagos que violan la Constitución en los artículos 277 y 278, y preocupa desde hace tres lustros, en las propias barbas de los presidentes, contralores, Ministerio Público, Corte Suprema, ministros, hasta posible coima entre uniformados y abuso de los jefes en perjuicio de los subalternos, que venden su tiempo de descanso y regocijo familiar que pagamos los contribuyentes y ¡que no se justifica hoy, porque devengan los mejores salarios de los empleados públicos; oficiales mejor asalariados que cirujanos especializados en trasplantes de órganos vitales! Todos los panameños deberíamos estar conscientes y celosos ante la realidad… “El pasado de seguridad y estabilidad de nuestra democracia, Estado de derecho y orden público, es la fuerza pública”; por lo tanto, debemos hacer todo esfuerzo para que los tentáculos de la corrupción no le alcancen, como nos ocurrió a todos en el Estado Mayor de la otrora Guardia Nacional , pese a que el general Omar Torrijos era severo e implacable con aquellos uniformados que sucumbían ante la corrupción. Al extremo tal fue en gran medida la causa que impulsó entre coroneles aquel golpe contra el general Torrijos estando en México en diciembre de 1969, fue porque se oponía a los negociados, coimas y corrupción en el mero corazón de la Fuerza Pública. Siempre, y lo digo por experiencias vividas, los políticos dominantes como presidentes tienden a involucrar y contaminar de corrupción, con excesivos salarios, prebendas, negocios, a los mandos de las fuerzas armadas, hasta hacer mancuernas y luego defenderse juntos, caso Venezuela, Cuba, Nicaragua. Nuestra propia Constitución ya viciada y obsoleta, invita a los funcionarios de alto perfil como los presidentes a la corrupción y enriquecimiento ilícito, caso Martinelli, Varela y Odebrecht. Es casi imposible evitar la tentación de sentirse emperador o rey si llegas ser presidente en Panamá, por efectos de la Constitución actual. La partida millonaria discrecional de la que disponen los presidentes es un ejemplo claro de ello. El gasto excesivo y de lujo en la Presidencia reciente, es el asomo de ello. Las bacterias más costosas del planeta existen en la presidencia, pero el responsable no es el presidente ni los que le hablan al oído, es nuestra Constitución sin frenos ni contrapesos que te invita al pecado. No existe por más de 50 años la separación de los tres órganos del Estado. Justo mencionar aunque la administración Cortizo realiza esfuerzos por cumplir con reformas que satisfagan a las mayorías, “no es menos cierto que a la vez maniobra para no satisfacer el anhelo íntimo del soberano que aspira no a reformas, sino a una nueva constitución mediante la constituyente paralela art. 314”. Vale decir nos enfrentamos a una situación insólita, la que consiste en que los administradores de esta gran empresa Panamá, contratados y pagos por los dueños de la misma, el pueblo, se resisten a cumplir con el mandato de nosotros la mayoría de los accionistas dueños de la empresa Panamá. “Si a alguien se le ocurre definirnos como un pueblo y su empresa el país, secuestrado por su junta directiva, o gobernantes, primer obrero, por supuesto tendría plena razón”, fueron las conclusiones en reciente tertulia entre doce ciudadanos.

Primero que el presidente no es consciente de que al negarle al pueblo sus aspiraciones por la constituyente paralela y más bien preferir o apoyar el proyecto inconcluso ¡o comodín! en la Asamblea, o sea el artículo 313, está dividiendo a la población entre la clase política y empresarial privilegiada, o sea el 15% de fuerza política, militar/policial; empresarios y dominio del capital, versus los demás, el 75% o gran pueblo aún sin sus necesidades básicas y humanas resueltas, lo que sería una profunda contradicción y negación de la doctrina torrijista de unidad nacional.

Y en el marco de la América de hoy con el torbellino de una revolución creciente de aspiraciones del hombre común, justamente el caldo de cultivo donde se fermentan y conciben las explosiones sociales que observamos en los pueblos vecinos. También concluimos en dicha tertulia que al presidente le haría mucho bien otra demostración de garra y coraje político, suspender todo lo actuado en la Asamblea Nacional, no arriesgarnos al masoquismo político o suicidio colectivo mediante el referéndum, paso seguido llamar a consulta a su pueblo que le eligió y mediante un “plebiscito vinculante” (que no necesita intermediario ni aprobación de la Asamblea, es decir una consulta con su pueblo de pitcher a catcher) preguntar si están de acuerdo con un pacto o compromiso nacional, a manera de una “alianza entre todos los panameños para el progreso y si está de acuerdo con la constituyente paralela ¡sí o no! Mientras tanto, el país avanza y la economía se fortalece. Ganaríamos un año de paz, armonía y progreso. En el 2022, convocar la constituyente paralela o el 314 y utilizar como documentos básicos o plataforma de despegue para iniciar la redacción del nuevo proyecto, el de los notables en el marco de la concertación para el desarrollo, con la participación y aportes de insumos de otras cuatro mesas en ejercicio intelectual pleno durante siete meses en la concertación y PNUD en el año 2012 (Molino Mola, Rolando Murgas, Heriberto Araúz, Carlos Espinosa, Esmeralda Troitiño, Octavio Amat, Denis Allen Frías, Angélica Maytín, Ana Belfon) concluimos así”.

Lo fascinante de la constituyente paralela radica en que todos los ciudadanos donde vivan a través del istmo, serranías, costas y fronteras, barrios populares, condominios, clubes sociales, etc. se sienten parte del esfuerzo por el cambio y que se les tomó en cuenta y no con el método grosero del bozalón y anteojeras desde la Asamblea. Además la paralela garantiza que el Estado, como la serpiente, cuando muda su piel, siempre está consciente, fuerte y alerta para defenderse de los depredadores. En nuestro caso, alerta para neutralizar a los políticos exaltados que pescan en río revuelto. Como conclusión final, la prosperidad o confrontación y atraso del pueblo panameño siempre caerá sobre los hombros de los presidentes, en este caso sería en el presidente Laurentino Cortizo.

Excomandante y exministro de Estado
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