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- 26/03/2021 00:00
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Tradicionalmente la lucha ha sido vista como algo normal que solo involucra a las “féminas”. Es hora de que entendamos que todo hogar lleva como pilar a una mujer, que gesta a futuras mujeres y estas a su vez marcarán el ritmo de las futuras familias. No basta con decir: “Ellas tienen sus derechos ya”. Hay que vivir respetando y dando espacio para ejercerlos libremente. No basta con saberlo, hay que respetarlos y promoverlos. Y si queremos verlo desde una perspectiva fría financieramente hablando, esto es una problemática de carácter integral que nos lleva a la pobreza y pobreza extrema al no empoderar a la mujer, el no enseñarle a planificar su futuro y familia, el no velar por la salud física y mental. A la larga, todo esto atenta contra la mujer y su calidad de vida.
Con mucho pena tengo que decir que ese fallo es otra muestra de la violencia económica y clasista contra la mujer ya vulnerable por su situación socioeconómica. La prohibición de decidir no procrear más niños a los cuales no podrá ofrecer un ambiente sano y pleno que propicie su desarrollo integral debe ser única y exclusivamente de la mujer. Validar el derecho a decidir sobre su cuerpo para procrear o no es la manera sana de evitar la sobrepoblación, y más allá, evitar una nueva generación con una salud frágil, desnutrida, con malformaciones, e incapacidades múltiples a la hora de aprender, lo que claramente le condena a “resolver” cayendo fácilmente en los brazos de la delincuencia.
Los factores son muchos: educación no valorada, o simplemente inalcanzable por temas económicos, logísticos, roles impuestos, etc. Pero el más grave es el simple régimen cultural bajo el cual la preferencia de beneficios es para el varón de la casa, tradicionalmente. Vemos que el hijo varón hereda las tierras y decide el futuro como cabeza de familia; el varón es libre de andar, y al final, la mujer debe priorizar el cuidado y atención de la familia. Además, la mujer es juzgada si pretende tener vida social, por inmoral, claro. ¿Cómo no esperar que las futuras generaciones masculinas sigan normalizando el machismo?, si hasta las mujeres erróneamente lo cultivamos.
Deben ser vistas con perspectiva de género para que realmente sean promotoras o garantes de equidad.
De manera mandatoria, hay que hacer un trabajo fortísimo de sensibilización a la población en general. En el primer nivel de la salud, tenemos que empoderar a la mujer para el manejo claro de conocimientos con miras a su autocuidado. Por otro lado, en el campo habremos de trabajar con las nuevas generaciones para que logren internalizar la equidad como un factor garante de un mejor desarrollo y crecimiento integral para el colectivo. Igualmente, debemos entender que polarizar las cargas y beneficios, tanto en lo cultural como en lo referente a las políticas públicas, es mantener en mediocridad funcional a nuestra sociedad.
Las luchas históricas por las conquistas de las mujeres a través de los años han sido un tema de derechos humanos y derechos de la mujer. Tras años de reivindicaciones, solo en 1941 obtuvieron el derecho a voto, restringido a las mujeres instruidas; y en 1946, por primera vez, todas las mujeres en Panamá pudieron ir a las urnas sin ningún impedimento. Además de ejercer el derecho al sufragio universal, también fueron postuladas como candidatas a cargos de elección popular. Lograron estudiar carreras que eran exclusivas para hombres, como derecho y medicina, para ejercerlas. La conquista de la ley que permite la licencia de maternidad para las mujeres en estado de gravidez dentro de las empresas, ha sido una conquista de las luchas de las mujeres.
En primer lugar, las mujeres no nos embarazamos solas. Es un fallo que atenta contra la igualdad de los derechos, cuando a las mujeres se les condiciona el derecho a ser esterilizadas por su edad, cantidad de hijos y recomendación de un médico, pero al hombre no se le pone ninguna condición. Este fallo, además, hace que la brecha de la pobreza sea aún más grande para las mujeres de bajos recursos, que son las que buscan esos servicios de esterilización en los hospitales públicos. Nuestra Constitución Política es clara cuando dice que: “No habrá fueros ni privilegios”.
Es solo un tema de campaña política para los candidatos de turno; después de que ganan, se olvidan de las mujeres. Pero para nosotras es más que una lucha entre hombres y mujeres, se trata de crear oportunidades para promover las mismas condiciones laborales, sociales y políticas.
No existen políticas públicas que estén dirigidas a mejorar la condición de las mujeres, y mucho menos la equidad de género. Tenemos serios problemas, como elevadas tasas de feminicidios, embarazos en niñas, pobreza multidimensional, afectaciones más fuertes y directas en mujeres indígenas, rurales, afrodescendientes, presas, mujeres con discapacidad, adultas mayores, migrantes, entre otras.
Voluntad política de parte de los gobernantes. Construir una sociedad de mujeres y hombres con igualdad de acceso al área económica, social, política, ambiental. La crianza de nuestros hijos es importantísima, hay que inculcarles que todos somos iguales y merecemos respeto, además de recalcar el valor y el respeto hacia las mujeres, y el compromiso de hombres solidarios con las causas de las mujeres, ya que solas no podemos.