Quijano y Vargas: El fútbol puede ser construcción popular colectiva y negocio alienante al mismo tiempo

Actualizado
  • 17/12/2022 00:00
Creado
  • 17/12/2022 00:00
En 'Portada' hablamos con la socióloga Ana Quijano y el productor audivisual Carlos Vargas sobre el fútbol y sus múltiples caras: política, negocio millonario y pasión popular
Quijano (i) y Vargas (d) coincidieron en que el fútbol enfrenta contradicciones antagónicas.

En más de siglo y medio de historia del fútbol moderno, el deporte pasó de ser un humilde pasatiempo de estudiantes y trabajadores ingleses practicado tras la salida de las fábricas, a convertirse en un fenómeno global seguido en el mundo entero.

Este viernes en “Portada” hablamos con la socióloga Ana Quijano y el productor del podcast Palabra Crítica, Carlos Elías Vargas; ambos fanáticos del fútbol, que analizaron en clave política el Mundial de Qatar 2022 y las contradicciones de este popular deporte.

Lo primero que apuntó Vargas fue sacar la idea de que el fútbol no tiene relación con la política, por el contrario, considera que es político en si mismo.

“No puedes abstraer la política del fútbol. Hay casos muy evidentes donde mandatarios han utilizado la posición que les ha brindado el fútbol para llegar al poder, un caso es el de (Mauricio) Macri que fue presidente del club Boca Juniors y años después terminó siendo presidente de Argentina. Otro caso es el de George Weah que fue jugador del PSG y el Milán, y luego presidente de Libia”, señaló Vargas.

Además, los vínculos del poder político y económico en el deporte, especialmente con la mercantilización internacional del fútbol en la segunda mitad del siglo XX, donde las transmisiones en directo y la presencia de las marcas llegaron para controlar una industria de miles de millones de dólares.

Tan solo para el Mundial de Qatar 2022 la monarquía de este país gastó al menos $200 mil millones desde 2010; mientras que la FIFA –ente rector del fútbol mundial– ganó en los últimos cuatro años más de $7.500 millones en publicidad ligado al Mundial 2022.

Por su parte, Quijano destacó la importancia de no solo ver la cara mercantil y alienante del fútbol, sino también el rol que puede llegar a tener el deporte en construcciones colectivas de carácter popular.

“No hay un solo fútbol, aquí se habla de la FIFA, pero el fútbol también permite ser un espacio de discusión, debate e inclusive contestación”, dijo Quijano colocando como ejemplo a los equipos del San Pauli (Alemania) o el San Lorenzo (Argentina). En el caso del primero, destacó que este se convirtió en un espacio de reivindicaciones contra el fascismo y críticos a los malos manejos del Gobierno alemán, mientras que en San Lorenzo surgió un movimiento popular para recuperar los estadios arrebatados al club durante la dictadura argentina.

Vargas y Quijano coincidieron en que el fútbol tiene características contradictorias que lo ligan al poder –desde gobiernos elegidos, multinacionales a dictaduras–, pero al mismo tiempo alberga una pasión popular que tiene la capacidad de hacer comunidad a pesar de la mercantilización del deporte.

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