El viaje que acabó con el sueño de migrantes

Actualizado
  • 16/02/2023 00:00
Creado
  • 16/02/2023 00:00
Una unidad de transporte que cubría la ruta Panamá-Darién encontró el peor desenlace en la madrugada del miércoles
El viaje que acabó con el sueño de migrantes

Eran las 4:00 de la mañana en el corregimiento de Los Planes, distrito de Gualaca, provincia del Chiriquí. Un ruido ensordecedor rompió el silencio de la madrugada. Era como la creciente de un río, que arrastra todo lo que está a su paso: piedras, palos, rocas, hierro...

El estruendo provenía de una carretera con poca señalización y falta de iluminación. Una vía estrecha, con muchas pendientes: Gualaca/Chiriquí Grande. Edgar Guerra Miranda, un conductor de transporte colectivo, estaba confundido. Pero cuando se percató de que un autobús se le venía encima, se lanzó al pasillo de su unidad de transporte.

Era un autobús azul eléctrico, con matrícula 5B-0054, de la ruta Panamá/Darién, que daba tumbos en la oscuridad de la madrugada, con 68 pasajeros a bordo, según el Servicio Nacional de Migración (SNM). Eran hombres, mujeres y niños migrantes venezolanos, haitianos, cubanos, brasileños, colombianos, ecuatorianos, nigerianos y camerunenses, que sortearon las serpientes y arañas venenosas y los jaguares de la selva darienita. Viajaban además dos panameños. “Era un huracán”, que llegó al punto de partida de los migrantes que se dirigen a Estados Unidos, usando como ruta Panamá y Centroamérica, y que acabó con su sueño americano de prosperidad y libertad.

Los cuerpos quedaron tirados en una carretera de piedra. Nadie reaccionaba, “estaban aturdidos, entre los hierros del autobús, los muertos y los sobrevivientes”. Una escena que se le negó a los medios de comunicación, probablemente por los trastornos emocionales que puede ocasionar o porque se están recolectando los datos para una investigación penal.

El accidente
Se restringió el acceso de los medios de comunicación al sitio del desastre.

El conductor del autobús volcado se pasó aproximandamente un kilómetro de la parada del albergue, en Gualaca, donde los migrantes registrarían sus nombres para continuar su camino a Centroamérica.

Al dar la vuelta para regresar, presuntamente perdió el control en una curva y se estrelló contra la baranda de seguridad de la carretera y luego contra una enorme roca. Pero el golpe no lo aguantó.

Empezó a dar vueltas. Una, dos o tres por un trayecto de cerca de 30 metros, antes de encontrarse en el camino a la unidad de transporte tipo coaster, que impactó en el lado derecho y que frenó una desgracia más grande.

Y es que detrás del coaster había más migrantes esperando un transporte que los trasladara a la ciudad de David, capital de Chiriquí, para continuar con su travesía. “Nadie supo decir nada. Un silencio confuso se apoderó del lugar”, dijo Guerra Mirando, quien salió ileso del accidente. Aunque su ayudante no corrió con la misma suerte: logró escapar del accidente, pero su pierna sufrió una herida con un vidrio y tuvo que ser trasladado al hospital.

“El coaster frenó el curso del autobús”, dijo Miranda Guerra. “Es muy triste y doloroso lo que ha ocurrido”, dijo Manuel Estribí, alcalde del distrito de Gualaca, afectado por la tragedia, la más grande de la que se tiene conocimiento.

Según cifras oficiales hubo 38 fallecidos y 36 heridos. 24 de los sobrevivientes (entre ellos menores de 15 años) fueron trasladados a las instalaciones del Complejo Hospitalario Rafael Hernández de David, en horas de la tarde; uno de ellos falleció.

Otro grupo de los afectados, 10 son menores se encuentran en el Hospital Materno Infantil José Domingo de Obaldía. Tres de los infantes están en condiciones críticas y siete están estables.

El accidente impactó a cuatro panameños, dos que viajaban en el autobús y dos heridos externos. Uno de ellos falleció y otro se encuentra en estado crítico.

Las autoridades reportaron cuerpos desmembrados.

Jhony Parra, director médico del Hospital Materno Infantil José Domingo de Obaldía, dijo que están en estado crítico. Pero 38 personas que buscaban una mejor vida, la perdieron en cuestión de segundos.

Treinta y ocho que no tienen espacio en la morgue judicial del distrito de David, que está colapsada: no esperaban una tragedia de esta magnitud, y solo tiene ocho cajones libres.

Las autoridades han recurrido a un plan de emergencia: “hubo que conseguir un contenedor refrigerado con capacidad para 60 cadáveres”, dijo José Pachar, director del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses . Un contendor refrigerado que aún no ha llegado.

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