Una íntima despedida

Actualizado
  • 02/10/2009 02:00
Creado
  • 02/10/2009 02:00
PANAMÁ. A las 2:30 de la tarde de ayer a la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, fueron llegando poco a poco personas que en su mayorí...

PANAMÁ. A las 2:30 de la tarde de ayer a la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, fueron llegando poco a poco personas que en su mayoría vestidas de negro y blanco, acompañaba a la viuda del ex presidente Guillermo Endara a cumplir con su última petición. Ser colocado al lado de sus familiares en una cripta.

A la ceremonia religiosa de ayer del ex presidente Guillermo Endara, que fue precedida por monseñor José Domingo Ulloa, se vio llegar a las 3:00 de la tarde a Ana Mae, quien llegó cargando una pequeña cajita dorada entre sus manos. Eran las cenizas de su esposo.

La ex presidenta Mireya Moscoso estuvo presente en la ceremonia privada, también participó Guillermo Ford, segundo ex vicepresidente, quien acompañó el gobierno de Endara, familiares de Ana Mae, Marcela Endara, su hijo Javier Yap, y los amigos más cercanos y familiares del ex presidente Guillermo Endara.

Fue una ceremonia muy íntima y privada, porque si en el funeral de Estado no se pudo contabilizar, la cantidad de personas que asistieron a la Iglesia del Carmen era de aproximadamente unas 250 personas.

SE FUE COMO “CUCHUNGO”

“Cuchungo” como cariñosamente le llamaban sus amigos más cercanos, fue el nombre que utilizaron los maestros de la ceremonia religiosa cada vez que se referían al ex presidente Endara.

Una de las maestras de ceremonia y quien lo conocía muy bien, recordó al presidente a quien con mucho orgullo le decía “Cuchungo” porque “él fue un hombre que no se sentía superior a nadie”.

Luego de la homilía, monseñor José Domingo Ulloa, roció con agua bendita y humo de incienso, la pequeña cajita dorada que contenían las cenizas del ex mandatario Endara.

ÚLTIMO ADIÓS

Luego fue colocado en una cripta donde reposan también los restos de sus padres y su primera esposa Doña Marcela Cambra de Endara.

“Mi casa la sentía llena, sentí su presencia en cada rincón de mi casa, lo puse en el sitio donde se sentaba cuando me visitaba”, fue lo que experimentó Menalco Solís al poder custodiar las cenizas de su amigo durante un día.

Mientras Ana Mae agradeció al pueblo panameño por las muestras de cariño que recibió su esposo en el funeral de Estado. “La despedida que le dio el pueblo panameño me dio fortaleza, son sentimientos encontrados, pero hermosos. Esa era la despedida que mi esposo se merecía”, dijo la viuda del llamado “padre de la democracia panameña”.

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