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- 22/11/2009 01:00
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Le dicen el poder detrás del trono. El hombre que le llevó la campaña electoral a Ricardo Martinelli y que ahora comparte con el presidente del Palacio de las Garzas —como su ministro de la Presidencia—, se considera más bien como un amigo del Presidente. Dice que en los últimos meses ha subido unas 40 libras y que el tiempo no le alcanza para hacer ejercicios; habla de la salud de la alianza política entre el partido Cambio Democrático, Panameñista, Unión Patriótica y Molirena y de Bosco Vallarino; de la selección de los nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia; del diálogo de la Concertación Nacional y de la creación del Ministerio de Seguridad Pública.
No es nada. Es una bola de juego irlandés parecido al jockey No aquí no hay mucho estrés.
Desde el 2003, yo tenía 30 años.
Yo lo considero un amigo que siempre ha estado allí por mí. Durante la campaña electoral era más bien un amigo que un jefe.
Él es el presidente y yo un ministro. Yo le guardo todo el respeto del mundo. Una cosa es lo profesional y lo otro es lo personal. Cuando estamos en el Palacio de las Garzas es presidente y cuando estamos afuera después de horas laborables es el amigo.
Yo nunca he hablado de ungidos. No tengo ungidos, ni preferidos.
Yo considero al ministro Mulino un amigo. Nunca ha habido una diferencia de opinión entre le señor Mulino y mi persona. Yo lo que sí siento es que tenemos un problema de seguridad. El tema de seguridad es un tema muy complejo. Mi posición como ministro de la Presidencia y mi posición personal, es que no solo con más bases, con más policías, más cárceles se va a resolver el problema de la inseguridad del país.
Tenemos que hacer una re ingeniería de las instituciones para que pueden trabajar más eficientemente.
Hay que crear un Ministerio de Seguridad Pública. Todo no puede caer sobre el Ministerio de Gobierno y Justicia. Abarca demasiado, tiene que ver con los departamentos de Aduanas, Bomberos, Policía, Sinaproc y no hay ser humano que pueda abarcar tanto en un sólo ministerio. Es imposible pedirle al ministro Mulino que cumpla con todo este trabajo. Si no se hacen los correctivos ahora, cualquier ministro en este ministerio está destinado al fracaso.
Hay que hacer una reubicación de los estamentos de seguridad. Tiene que haber un sistema en que haya más cooperación en el tema de inteligencia, táctico y operativo. En estos tres frentes y todo esto comienza con una estructura, con una base, y bien hecha, que no la tenemos ahora mismo. Hay que empezar a trabajar en un ministerio como el que tienen todos los países. Ya somos un país adulto, tenemos un gobierno serio y no debemos tenerle miedo al tema de seguridad. Queremos seguridad, pero le tenemos miedo a gente uniformada. Tenemos miedo todavía del cuco de antes del 89.
No he dicho ejército, pero yo creo que tenemos que tener un Ministerio de Seguridad Pública manejado por un civil, pero tenemos que tomar ciertos pasos para asegurar la seguridad pública en el país. Y no abogo por un ejército. Pero sí creo que podemos tener un debate adulto.
Bosco es un hombre muy folklórico, y estoy dispuesto a darle el beneficio de la duda.
No para nada, la alianza está bien sólida. Nosotros en el gobierno no nos vemos como personas de diferentes partidos. Nos vemos como martinelistas que quieren hacer un cambio en el país. Lo último que se nos cruza por la cabeza es el tema de partidos. Lo que importa es cómo resolver los problemas del pueblo panameño.
Es algo que ya cayó en las manos del ministro Alberto Vallarino. Él y su equipo ya están trabajando en eso.
Nosotros (Cambio Democrático) no participamos por la Sala Quinta, que en su momento había mucha discusión por los cambios jurídicos. La Concertación le va a dar un espacio justo a la sociedad civil, a los partidos políticos, donde se puedan sentar y dialogar temas te interés nacional.
Nunca se ha cambiado de opinión. En lo que no estuvimos de acuerdo fue con lo siguiente: de que el gobierno no asuma la responsabilidad de lo que tiene que hacer en temas difíciles como el transporte. La Concertación ayuda para atraer ideas, que nos pueda ayudar a resolver problemas que afectan al país.
La fusión del MOP con la Autoridad de Transporte. Pero no puedo adelantar mucho.
Yo no soy un poder detrás de nada. Soy amigo de Ricardo Martinelli, soy una persona que creo en él y en su filosofía, y creo que él va a hacer un cambio en el país. Todo lo que hago lo consulto con el presidente. La decisión final la tiene el Presidente.