La seguridad alimentaria y la soberanía nacional

Actualizado
  • 26/10/2014 03:00
Creado
  • 26/10/2014 03:00
La disponibilidad u oferta de alimentos para la satisfacción de las necesidades de la población

La alimentación no solo representa la satisfacción de una necesidad fisiológica, igual en todos los seres humanos, sino que también, encarna la diversidad de culturas y todo lo que contribuye a modular la identidad de cada pueblo. De igual manera, obedece a las diferentes técnicas de producción agrícola, a las estructuras sociales, a las formas dietéticas, religiosa. También la alimentación esta ligada a la visión del mundo y al conjunto de tradiciones lentamente elaboradas a lo largo de los siglos. Las relaciones entre esos aspectos de la cultura y los modos de alimentarse han existido siempre desde el uso del fuego, hasta la actualidad, incluyendo la llegada de los llamados restaurantes de comida rápida (fast food) como McDonals, Burger King, etc.

La producción de alimentos, base de la subsistencia humana, ya no está amenazada por ejércitos feudales sino por un modelo industrial arrasador y por un puñado de empresas multinacionales. La tierra, el agua, las semillas, la biodiversidad, los recursos vitales de la naturaleza, se han transformado en mercancías sujetas a las rígidas leyes del mercado. Nuestra libertad y nuestros derechos, como ciudadanos y consumidores, están en entredicho desde hace tiempo. Y los agricultores de todo el mundo, los defensores de la tierra, están en la primera línea de una lucha de toda la población por defender la tierra, sus cosechas, el territorio, el derecho a la soberanía alimentaria.

SOBERANÍA ALIMENTARIA

Soberano es el individuo que puede decidir autónomamente sobre su propia vida. En la primera acepción del DRAE1, soberano es el ‘que ejerce o posee la autoridad suprema e independiente’. La ‘soberanía alimentaria’ es la capacidad que tienen los individuos, las familias, los grupos sociales, los pueblos y hasta los países para decidir qué cultivan, cómo lo cultivan, qué y cuánto comen. Es decir, cómo pueden ejercer el derecho fundamental a la alimentación, lo que se traduce en acceder a la cantidad y calidad de los alimentos necesarios para satisfacer sus requerimientos nutricionales. Además, la soberanía alimentaria reivindica al productor del alimento y al consumidor final como los elementos centrales de la cadena agroalimentaria, frente a los eslabones del comercio y la distribución; prioriza los mercados nacionales y los productores locales frente a la producción para la exportación y la importación de alimentos subvencionados por otros países.

La soberanía alimentaria defiende los valores no mercantiles de los alimentos y su reforzamiento pasa por hacernos menos dependientes de alimentos importados y menos vulnerables a plagas y enfermedades, también se valoriza lo local y los productos frescos, por tener cultivos resilientes o cultivos adaptados a condiciones de stress al cambio climático y un consumo menos dependiente de los oligopolios o los hiper supermercados. La soberanía alimentaria se origina del concepto de soberanía nacional, construcción social que emana de la revolución Francesa y que establece el Estado-Nación como la unidad principal de las relaciones internacionales.

SOBERANÍA ALIMENTARIA VS SEGURIDAD

No obstante, los organismos internacionales y los gobiernos hablan de ‘seguridad alimentaria’, entendida como la disponibilidad u oferta de alimentos para la satisfacción de las necesidades de la población.

‘La seguridad alimentaria se entenderá como la posibilidad real de la población para acceder a una oferta permanente de alimentos derivados tanto de la producción agropecuaria interna como de lo que pueda obtenerse en el mercado mundial para satisfacer sus necesidades, que garantice la estabilidad en la provisión alimentaria en términos de cantidad y calidad’.

Se trata, en este caso, de que en el país, la ciudad, el pueblo o la comunidad exista una oferta de alimentos suficiente para todos.

Dicho de otra forma, que las bodegas, los supermercados, las ferias libres y mercados estén llenos y surtidas de alimentos, sin importar si éstos son producidos en la localidad, la región, el país, o son importados.

POLÍTICAS PÚBLICAS

Establecer la diferencia entre ‘soberanía alimentaria’ y ‘seguridad alimentaria’ no es un asunto trivial o un capricho; es un hecho fundamental y político, clave a la hora de diseñar la política de seguridad alimentaria de un país. Por supuesto, cuando un gobierno asume su responsabilidad social y política para garantizarles los derechos fundamentales a sus asociados. Se argumentará que garantizar tales derechos puede hacerse con la importación de alimentos, como se viene haciendo, pero eso no sólo deja sin trabajo a los campesinos que producen los alimentos, sino que en el largo plazo pone en riesgo la soberanía nacional, pues se deja en terceros la principal arma de la seguridad nacional, garantizar la alimentación de sus ciudadanos debe ser un objetivo estratégico de todo gobierno y la suficiencia alimentaria en muchos productos debe ser un objetivo prioritario de seguridad nacional.

La agricultura industrializada, transnacionalizada y orientada al beneficio económico (que no a la alimentación de las personas, como debería ser), provoca la desaparición de los pequeños agricultores y el desmantelamiento del tejido rural, perdiendo los pueblos siempre el derecho a la soberanía alimentaria. Todas las crisis tienen una causa, y la de la agricultura es el beneficio.

Somos víctima de la codicia de quienes quieren ser más ricos y sacar más jugo de lo que tienen entre sus manos.

En Panamá, luego de las elecciones, donde unas de las promesas de campaña recogida por los partidos políticos que participaron en la contienda, fue la seguridad alimentaria, no obstante, a la fecha, el sector agropecuario nacional, no logra despegar y se deja percibir una especie de desencanto colectivo porque en el agro aun siguen esperando la señal de sus reguladores para lograr el anhelado rescate de este sector.

Necesitamos volver al campo, necesitamos la sabiduría rural, necesitamos soberanía alimentaria…

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