'El darienita universal', sinónimo de humanismo panameño

Actualizado
  • 26/03/2023 00:00
Creado
  • 26/03/2023 00:00
La trayectoria profesional de José de la Cruz Herrera Urriola destaca entre los letrados de su época, en esta edición repasamos sus hitos y logros
José de la Cruz junto a los miembros fundadores de la Sociedad Bolivariana de Panamá.

En Garachiné, el corregimiento de la provincia de Darién que queda a orillas del Océano Pacífico, específicamente en el Caserío de Jesús, entre el mar, las labores del campo y la precariedad de su pequeño pueblo, se crió José de la Cruz Herrera Urriola quien a casi 150 años de su natalicio se le recuerda por su sobresaliente participación en las letras panameñas como humanista.

La vida y la obra del destacado panameño fueron discutidas por la Sociedad Bolivariana de Panamá el pasado 23 de febrero, en compañía de los descendientes del humanista y las intervenciones del doctor Carlos Guevara Mann, quien describió a José de la Cruz Herrera Urriola como “el más renombrado humanista de Panamá”.

A lo largo de su trayectoria, el también conocido como 'darienita universal', publicó obras que recibieron la atención de la comunidad humanista de la región, como su tesis “Apuntes estéticos”, que fue aplaudida por estudiosos de la talla de Miguel A. Caro, Marco Fidel Suárez, Rafael Pombo y con la que logró convertirse en doctor en filosofía y letras a los 22 años; “Panamá La Vieja, resumen histórico y guía de sus ruinas” en los idiomas español e inglés; “Elogio de Don Abel Bravo”, que es considerado uno de sus mejores discursos y su trilogía sobre Simón de Bolívar o “La Formación de un Libertador”, del cual era gran admirador.

Sin embargo, la devoción de De la Cruz por Bolívar inició desde su infancia. A sus ocho años leyó por primera vez “Mi Delirio sobre el Chimborazo”, poema que luego se aprendería de memoria para recitarlo a Ferdinand de Lesseps, quien en ese momento visitaba Panamá para supervisar las obras del Canal de Panamá por Francia.

José de la Cruz y su esposa.

Aproximadamente cuarenta años después de su primer encuentro con los escritos del 'Libertador de América', el darienita describe su lectura de “Mi Delirio sobre el Chimborazo” en uno de sus escritos, de la siguiente manera : “No puedo asegurar que al tomárseme cuenta detallada de todos sus conceptos y explicación de todos sus símbolos y figuras, fuera yo capaz de penetrarlo y explicarlos; no, ciertamente no podía analizarlos. Pero de una cosa sí era capaz de mirar al través de esas palabras como tras un telescopio cuya composición me era totalmente ignorada, y darme, no obstante, cuenta de un mundo infinito de moles intactas, piélago opulento de luces sin ocaso, inefable maravilla de equilibrio y armonía”.

La estima del humanista a Bolívar y su filosofía rendiría frutos más tarde cuando De la Cruz se convirtiera en miembro fundador de la Sociedad Bolivariana de Panamá y la Sociedad Bolivariana de Argentina, unas de las asociaciones socioculturales de ambos países en las cuales pondría en práctica las enseñanzas del 'Libertador'.

El panameño también tuvo participación en la fundación de otros colectivos parecidos como el Movimiento Acción Comunal, de orientación nacionalista y La Academia Panameña de la Lengua. Y también recibió la 'Orden del Libertador' en 1947 por el gobierno de Venezuela.

Sus inicios

Pero el camino de José de la Cruz para llegar a convertirse en el principal humanista de Panamá no fue fácil. El darienita cursó la escuela primaria en Garachico, luego tiene la oportunidad de seguir estudiando en Panamá en la Escuela Pública de Santa Ana, mientras que sus estudios secundarios fueron dirigidos por Abel Bravo en el Colegio Balboa de Panamá hasta que tuvo que retirarse para ayudar económicamente en su hogar.

Para esto, de la Cruz se dedicó a la copia de sentencias y actuaciones judiciales en el tribunal del juez Nicanor Villalaz, también empezó a colaborar con periódicos como El Lápiz, que en ese momento dirigía José S. Mendoza. A la corta edad de 17 años empezó a desempeñarse como maestro en la escuela de la Isla de Taboga, dictando clases de lenguajes como inglés y francés.

En 1892, el gobernador de Panamá le otorga una beca para realizar sus estudios superiores en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, en Bogotá, Colombia, universidad especializada en humanidades y letras. Sin embargo, dos años después tuvo que interrumpir sus estudios para unirse a La Guerra de los Mil Días en el batallón conservador, estancia política que adoptó durante toda su vida.

Luego de su participación en el enfrentamiento entre conservadores y liberales de lo que solía ser la Gran Colombia, tuvo la oportunidad de seguir estudiando. En 1899 sustentó su aclamada tesis “Apuntes Estéticos” para obtener el Doctorado en Filosofía y Letras, y ese mismo año obtendría el título de Profesor de Medicina Veterinaria.

Después de ser estudiante en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, se convirtió en profesor del campus. En los siete años que se desempeñó como docente, tuvo entre su alumnado al escritor Eduardo Santos, fundador y director del diario El Tiempo de Bogotá y Presidente de Colombia en el periodo de 1938 a 1942.

Trayectoria prístina

En 1906, José de la Cruz contrajo nupcias con Cora Franco Bernal con quien poco tiempo después viajaría a Londres para ejercer como profesor de español, inglés, griego y latín.

Durante su estadía en Inglaterra ganó las tres categorías con medalla de oro de los Juegos Florales conmemorativos del Tercer Centenario de la Muerte de Cervantes con los siguientes ensayos: “La conservación del idioma, ¿puede influir en el sostenimiento de la independencia nacional?”, “El Quijote como lazo de unión entre España y la América hispana”, y “La influencia del cristianismo en la Literatura Española”.

A lo largo de su vida, De la Cruz abarcó el concepto de humanismo en todas sus definiciones, demostrando un profundo interés y conocimiento por la cultura clásica, también adhiriéndose y defendiendo valores conservadores. El humanista dedicó su vida profesional a esta doctrina filosófica hasta su muerte en 1961, sin embargo, como demostró la Sociedad Bolivariana de Panamá hace algunos días atrás: “si algo queda claro es que el legado del 'darienita universal' sigue teniendo repercusión en los letrados panameños”.

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