• 28/11/2008 01:00

Fórmula Balbina — Juan Carlos

Las ásperas primarias del PRD son cosa del pasado. Nadie puede discutir que demostraron que el PRD es el estamento más democrático y mej...

Las ásperas primarias del PRD son cosa del pasado. Nadie puede discutir que demostraron que el PRD es el estamento más democrático y mejor organizado del país. El partido tiene una estructura sólidamente constituida y ha enseñado una capacidad para renovarse, interpretando la realidad interna y aprendiendo de lo que pasa en el mundo. El PRD no puede dejar escapar, en consecuencia, la lección que acaban de dar quienes hasta hace unas semanas eran adversarios políticos. Sin vencedores ni vencidos, Barack Obama y John McCain se reunieron y acordaron unir fuerzas por el bien de EUA y enfrentar el duro trance de la crisis económica, la energética y la seguridad nacional. Un gesto sin precedentes en la historia política contemporánea. No fue un ejercicio de transversalidad política, sino un paso que los conectó con lo que EUA necesita. Si McCain hubiera encontrado en la invitación de Obama falta de magnanimidad, no habría aceptado la convocatoria. Se impusieron el mutuo respeto y un deseo generoso de contar el uno con el otro.

La historia ha demostrado que frente a los momentos decisivos del país, el PRD ha puesto a prueba la unidad de sus líderes para enfrentar, brazo con brazo, los urgentes desafíos de Panamá. Por eso es que las asperezas de las primarias han quedado atrás. Al PRD lo amalgaman sus fuertes vínculos. En consecuencia, no puede dejar escapar la lección que acaban de dar Obama y McCain. Después de las elecciones no hubo vencedores ni vencidos, sino la determinación de dar respuesta a lo que el ciudadano espera de los políticos. Balbina Herrera ha tendido la mano con humildad a su copartidario Juan Carlos Navarro — antes duro adversario y ahora valioso soporte — y a quienes lo respaldaron en las primarias. El partido y el país esperan su trabajo conjunto para darle continuidad a la dinámica de desarrollo económico y social en el que está encausado Panamá. Hay que corregir, innovar y renovar, constituir un nuevo gobierno y terminar los programas inconclusos.

En el PRD se acepta el veredicto de su membresía. Esa es su inversión en consolidar el sistema democrático por encima de una simple democracia electoral. Ahora la tarea es restaurar la imagen del ciudadano en la política. Hay que ganar una mayor confianza en el sistema de gobierno y reforzar, igualmente, su eficacia. Con un escenario internacional lleno de incertidumbre, el PRD echa mano de la política con mayúscula. Esa que cree en la necesidad de gobernar en forma compartida los espacios públicos, que pone el mercado al servicio del ciudadano y que hace que la economía financiera tenga como función prioritaria alimentar la actividad productiva. En esa política superior los líderes del PRD no actúan en solitario — apostando únicamente a la coyuntura — honran los compromisos con las futuras generaciones.

-El autor es periodista.d_olaciregui@hotmail.com

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