• 01/02/2009 01:00

Hora de rescatar la dignidad humana

Como dijera Eduardo Galeano, “La publicidad, ya se sabe, obra milagros. Tocados por su varita mágica, los venenos se convierten en alime...

Como dijera Eduardo Galeano, “La publicidad, ya se sabe, obra milagros. Tocados por su varita mágica, los venenos se convierten en alimentos, y como tales se venden”. Parafraseando, en esta campaña electoral el marketing publicitario “vende los corruptos como honestos”.

A pesar de las acusaciones de corrupción que entre ellos se lanzaban, terminan definiéndose las dupletas a la Presidencia: Balbina-Navarro, Martinelli-Varela, Endara-Cortizo, todos de la vieja estirpe de la partidocracia criolla, con claros intereses económicos. Ello ha provoca una redefinición de las campañas, donde lo que se nos vendió como imagen y consigna de supuestos adversarios, hoy resulta periódico de ayer, que debemos olvidar para sumirnos en la nueva propaganda. Como dice el adagio “el papel aguanta todo”.

Este escenario electorero, falto de ética y honestidad, debe llevar al pueblo a reflexionar sobre ¿por qué votamos por una u otra opción política, cuando ninguna de ellas atiende nuestras necesidades sociales y económicas?

La cultura dominante nos ha hecho creer que el acudir cada cinco años a emitir un voto por nuestro nuevo verdugo es un deber ciudadano y una contribución al “juego democrático”. Nada más falso. El proceso electoral, cada vez más se refuerza sobre la base de una millonaria campaña en los medios, que nos vemos obligados a financiar con nuestros impuestos. Es más, muchos “partidos políticos” participan solo para preservar el “subsidio electoral”. En este escenario de democracia restringida, los panameños honestos tenemos la responsabilidad de rechazar el circo electorero a través de la abstención, voto en blanco, nulo, o simbólico en favor de algún mártir del pueblo o votando por FRENADESO. Nos asiste el derecho de usar este proceso electorero para señalar rechazo al funcionamiento del sistema y nuestra falta de confiabilidad en los candidatos Esta disconformidad colectiva debe hacerse sentir con la lucha organizada, donde exijamos atención a las demandas sociales, justicia y real democracia. Ilusionarse con los políticos en campaña, sus promesas y pequeñas dádivas es recibir migajas de pan hoy para pasar hambre mañana. La solución real a los problemas que nos son comunes al pueblo trabajador está en la unidad y organización independiente frente a los sectores dominantes, sus partidos e instituciones, para tener la fuerza y capacidad necesarias de hacernos escuchar, defender y exigir nuestros derechos y para producir los cambios económicos, sociales y políticos que respondan a los intereses de las mayorías.

Es hora de construir nuestra propia alternativa de poder popular; de crear, ampliar y fortalecer conciencia en la población respecto a nuestros derechos económicos, sociales, culturales y políticos. Es hora de rescatar la dignidad humana y conciencia política del pueblo al entender que estos derechos —conquistados por siglos de lucha social y política— no tienen por qué ser mendigados a políticos, gamonales o autoridades, sino que deben ser exigidos al Estado, sus instituciones y funcionarios que tienen que dar respuesta y solución a los problemas que confronta la población. Este poder popular debe permitirnos crear las condiciones para la autoconvocatoria de una Asamblea Constituyente Originaria.

-El autor es secretario general del SUNTRACS.rologe54@yahoo.com

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