¡Fuera colombianos y mexicanos!

Wikipedia dice que xenofobia “es uno de los prejuicios con más recelo contra los extranjeros o, en general, como contra los grupos étnicos diferentes o contra personas cuya fisonomía social, política y cultural es diferente”. La palabra viene del griego xenos (extranjero) y fobia (aversión). Históricamente se recuerda el odio que Adolph Hitler inculcó a su población contra los judíos con lo de la superioridad de la raza aria, asesinando a millones por su religión. Un caso reciente lo vemos en Hugo Chávez contra todo lo que huela a EEUU; o en su títere Rafael Correa contra Colombia, después que fuerzas militares de ese país encontraron en territorio ecuatoriano al líder de las FARC Raúl Reyes.

Lo de Chávez llega al extremo cuando acusó a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, de poner en peligro la “unidad latinoamericana” por haber invitado a los representantes del “imperio”, el vicepresidente de EEUU y al primer ministro inglés a la Cumbre de Líderes Progresistas recientemente celebrada en Viña del Mar y en donde también participaron los mandatarios de Argentina y Brasil.

La xenofobia es condenada universalmente; se le equipara a la discriminación y al racismo por lo excluyente que son todas estas aversiones. Psicológicamente algunos plantean que quienes se refieren a ciertos grupos con xenofobia estarían aquejados de un tipo de distorsión de la realidad que les haría sobrevalorar su cultura, sus tradiciones y su raza, por sobre los demás.

Si bien con lo del “gold y silver roll” durante la construcción del Canal los norteamericanos importaron a nuestra tierra prácticas discriminatorias de sus estados del Sur, nos hemos caracterizado por ser Centro del Mundo y Corazón del Universo, donde convergen todas las razas y se mezclan todas las nacionalidades. De allí que las expresiones xenofóbicas de la candidata del PRD de que exigiría visas a los colombianos y mexicanos, como si fueran ellos los responsables de la creciente criminalidad en el país y como si con tal medida algo se fuera a resolver, preocupan a propios y extraños. Preocupa cuando esas expresiones provienen de personas que tienen el rancho ardiendo con copartidarios suyos que se investigan por su relación con David Murcia o que tienen muy cerca de su campaña a quienes el diario El Siglo , durante el presente gobierno, señaló podrían desde México estar transportando en vuelos privados que nadie supervisaba dinero a Panamá para lavarlo.

Como descendiente de colombiano, como lo somos muchos panameños, no puedo más que repudiar tales expresiones, sobre todo el silencio que ante las mismas han tenido otros dirigentes del colectivo gobernante, causante con su mal ejemplo de muchas de las lacras de que hoy parecieran hacer responsables a colombianos y mexicanos.

-El autor es panameño de origen colombiano.gcochez@cableonda.net