• 22/04/2009 02:00

Costo social del subsidio político

Si bien es cierto que nuestra Constitución Política, en sus artículos 141 y 143, inserta como principio el apoyo que el Estado otorga a ...

Si bien es cierto que nuestra Constitución Política, en sus artículos 141 y 143, inserta como principio el apoyo que el Estado otorga a los partidos políticos y candidatos de libre postulación, no menos cierto es el error que se cometió con el hecho de elevarlo a precepto constitucional.

Establece así la Carta Magna referente a estos fondos: “En dicho presupuesto se incorporarán los gastos de funcionamiento del Tribunal Electoral y de la Fiscalía Electoral, las inversiones y los gastos necesarios para realizar los procesos electorales y las demás consultas populares, así como los subsidios a los partidos políticos y a los candidatos independientes a los puestos de elección popular”.

La realidad ha sido otra ante los hechos suscitados en varias organizaciones políticas. Muestras fehacientes de desgreño administrativo, deshonestidad en el manejo del dinero y, en términos generales, una galopante corrupción, que nos lleva a pensar en la necesidad de eliminar el subsidio político, cuando llegue el momento de cambiar la Constitución.

Se trata de millones de balboas que ya hubiésemos tenido para construir muchas vías de comunicación en provincias centrales en pro de las áreas productoras y ganaderas, o bien, la creación de un fondo especial destinado a resolver el problema de la seguridad social en varios hospitales del interior del país, fundamentalmente, el Hospital Chicho Fábrega, el cual atraviesa por una crisis económica.

El monto del subsidio a los partidos políticos y candidatos de libre postulación, con ocasión del proceso electoral recién pasado, fue de veinte millones treinta y ocho mil trescientos treinta balboas con ochenta y un centésimos (B/ 20,038,330.81), suma que corresponde al uno por ciento de los ingresos corrientes presupuestados por el Gobierno Central en el año anterior al de las elecciones. Tremenda decepción.

En un informe reciente del Ministerio de Economía y Finanzas se revela que el 37.2% de los panameños vive en total pobreza y el 20.6% de los niños menores de cinco años sufren desnutrición crónica. Sorprende igualmente que unos 511,800 panameños viven en situación de pobreza extrema, mientras que en las zonas indígenas el 98.5% de la población se encuentra en condición de pobreza y el 89.7% está en pobreza extrema y más de la mitad de los niños indígenas están desnutridos, cuadro social contradictorio con esta regalía que no eleva el espíritu cívico del panameño, ni la ética, ni moral política.

Cuantiosa suma otorgada a los partidos, no responde a la filosofía de la democracia, más aún, cuando la narco mafia ha introducido sus tentáculos en la política panameña nuevamente, similar a la dictadura casi superada, fenómeno que, en los últimos días, ha cobrado un panorama sombrío en el país, digno de sancionar con el rigor de la Ley.

-El autor fue legislador de la República.chente-3406@hotmail.com

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