• 23/04/2009 02:00

Hacia un turismo provocador en Tocumen

Goza el istmo de un esplendoroso potencial que hemos sabido a duras penas usufructuar. Hace tres millones de años Panamá surge de los ma...

Goza el istmo de un esplendoroso potencial que hemos sabido a duras penas usufructuar. Hace tres millones de años Panamá surge de los mares para zurcir las Américas, creando dos fenómenos únicos en el globo terráqueo: un obligado sitio de paso y una extraordinaria fábrica de belleza natural dotada de insigne flora y fauna.

Más allá del fiel seguimiento al Plan Maestro de Turismo, el nuevo gobierno remozará el hasta ahora estéril puerto de entrada, Tocumen, para que no sólo sirva como constancia de esta belleza única, sino también de sus otros especiales atributos y la cálida hospitalidad de su gente, sirviendo así como un imán para los miles de usuarios que a diario transitan sus pasillos.

Es motivo de orgullo, por ejemplo, haber sido galardonados durante los últimos años con el premio al mejor café del mundo. Se hace obligatorio, entonces, el establecimiento de kioscos en rincones claves del aeródromo, donde los visitantes saboreen y adquieran nuestros cafeses. Adornados con el gallardete

Se hace evidentemente necesaria la permanencia de un grupo folklórico en un punto céntrico, para que los forasteros aprecien la belleza de nuestra pollera, tamborito y diablicos sucios, henchidos por su vivarachísima música tropical, convirtiéndose en un photo shoot obligatorio y una oportunidad de ventas de artesanías que no ostenta actualmente la zona libre de Tocumen.

Gozamos de inmensa creatividad. Utilicemos la misma para plasmar en las frívolas paredes del aeropuerto la especial belleza y atributos del istmo: hogar de las más variadas especies de aves del mundo, puntal de records mundiales de pesca fuera de borda, sede de los Fenicios del Siglo XXI, con la mayor flota mercante y la segunda zona libre del mundo, vital fuente hídrica (no olvidemos que las principales naciones suplidoras de agua desbancarán a los países de la OPEP a mediados del Siglo XXI) y polo con una variedad ecológica impar en el globo.

Disfrutando la ciudad de Panamá de una oferta culinaria sin par, dista mucho de qué desear su terminal aérea. No basta simplemente con el requerido cambio de un parador caro, con alimentos infelices y triste servicio hacia un food court. Utilicemos nuestra imaginación para ofertar una singular gastronomía que nos distancie de los otros aeródromos regionales.

Más importante es un cambio de actitud. Los funcionarios de nuestra primera puerta de entrada deben irradiar jovialidad. La selección del personal de Inmigración, Aduanas, Administración, Autoridad de Turismo y todos los demás servidores del aeropuerto como maleteros, transportistas y accesorios debe regirse por el común denominador de servicio desinteresado y eficaz, adornado por una competente capacitación.

Para efectos de medición y como termómetro diario de eficiencia turística, el nuevo gobierno deberá implementar una encuesta de opinión al turista que nos permita tomar acciones inmediatas en los rubros endebles, a fin de mejorar nuestra oferta y efectivamente medir la eficiencia de nuestras máximas autoridades de turismo. ¡Es esta la esencia del verdadero cambio!

-El autor es especialista en turismo.panamaallinone@yahoo.com

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