• 20/12/2025 16:02

Ravines en Panamá

El escritor y periodista Eudocio Ravines fue invitado por un grupo panameño de intelectuales y académicos antisoviéticos encabezado por Tomás Gabriel Duque, expresidente y director de la Estrella de Panamá; Eric Delvalle, exministro de obras públicas y empresario industrial; José Agustín Arango y el galeno Aurelio López. Ellos lo recibieron en Tocumen el 23 de julio de 1958. Ravines representaba, en ese momento, la corriente proliberal sudamericana, su libro “La gran estafa” (“The Yenan Way”,1952) había causado sensación. Como excomunista converso al capitalismo, su discurso, a juicio de los organizadores, adquiría mayor peso (Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, Caja 5-20-A,of.240,1958).

El 24 de julio Ravines ofreció una conferencia de prensa en el “Panama Hilton” donde también se hospedaba. Al evento asistieron además de periodistas locales y extranjeros, el público en general entre los que se encontraba José Alvarado, Encargado de Negocios del Perú en Panamá, quien mantuvo un perfil bajo evitando así todo protagonismo. Ahí Ravines mencionó que pensaba visitar Costa Rica y Guatemala, aunque los informes diplomáticos peruanos -tampoco sus principales biógrafos- consignan datos sobre ese tramo de la gira y si, efectivamente, llegó a visitar ambos países.

Su primera conferencia académica fue el 28 de julio -que al coincidir con el Día de la Independencia del Perú hizo imposible la presencia de Alvarado que debía presidir los actos oficiales de la legación peruana- en la Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá. Dictó dos conferencias más en el mismo lugar, los días 29 y 30 de julio, versando todas ellas sobre la misma temática: la infiltración comunista en América Latina. El reporte del diplomático peruano termina señalando que el conferencista viajó el 1 de agosto sin señalar si regresó a Lima o no.

Con el inicio de la Guerra Fría entre las superpotencias del momento, los organizadores de los eventos en Panamá compartían lo expresado por el Congreso por la Libertad de la Cultura celebrado en Chile (CLC): librar la batalla ideológica “a través de la difusión editorial de autores que se posicionaron contra la Unión Soviética y al comunismo que este Estado representaba” (Gonzáles Inostroza, 2023). En 1953 había visitado Panamá Julián Gorkin, un español que había luchado en la guerra civil española, acérrimo antiestalinista y representante en esas horas del CLC, lo que preparó el terrero para la promoción de “La gran estafa” -que se conocía por su versión original en inglés- a la que se sumó la revista anticomunista chilena “Estanquero” (3 de abril de 1954), de tendencia nacionalista, que se leyó en Panamá; elementos que podrían explicar -en el marco de su tradicional tolerancia ideológica- el interés panameño por escuchar de la voz del disidente Ravines las razones de su anticomunismo. Sólo en 1954 “La gran estafa” fue editada tres veces en Chile y una cuarta edición apareció en Santiago en 1957 para Latinoamérica.

Dummett (2023) considera a Ravines “(...) un personaje inteligentísimo. Tenía una cultura enciclopédica. Hacía su tarea: se informaba, leía muchísimo. Era un extraordinario propagandista. No tenía escrúpulos de ningún tipo (...) Cuando él peleaba, argumentaba. Usaba su formación filosófica para destrozar a su oponente en un debate alturado (...) Hay que reconocer que era valiente. Decía las cosas a la cara. Al mismo tiempo, es fascinante porque es un personaje que estaba en todas: fue comisario político de la Internacional Comunista; estuvo en la Rusia de las purgas estalinistas [y en la guerra civil española]; participó en la intentona frustrada de la bahía de Cochinos, en Cuba” (Entrevista sobre el libro “El Camarada Jorge y el Dragón”, Diario El Comercio, 2023). De otro lado, “el libro de Prieto Celi -uno de sus biógrafos- nos muestra que el transfuguismo de Ravines fue, ante todo, una evolución intelectual. Ravines fue marxista ortodoxo, y luego se convierte al liberalismo económico” (Bazán, 2023).

En 1969 “es deportado a México junto con José María de la Jara. Habiéndoles quitado la nacionalidad peruana, Ravines usa pasaporte boliviano. Ambos fueron declarados traidores a la patria por el gobierno del [general] Velasco. Ravines falleció en México. Post mortem, el Congreso peruano desagravió a los dos, devolviéndoles la nacionalidad” (Prieto Celi, 2023). Ravines fue una figura polémica y aún hoy en día produce encendidos debates acerca de su papel en la historia del continente latinoamericano del siglo XX y en la génesis de los movimientos sociales que, al tiempo de buscar una identidad propia, perseguían el anhelado sueño de una integración ideológica. Lo interesante es que ninguno de los especialistas abocados a su trayectoria menciona su paso por Panamá en 1958 y su simbólico intento de recorrer Centroamérica.

*El autor es exembajador del Perú en Panamá, Honduras y Guatemala
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