• 03/10/2009 02:00

A construir el instrumento político de la clase obrera

“Que la Partidocracia se prepare” fue una de las consignas de Frenadeso, que celebró su congreso a mediados de agosto pasado. Desde el p...

“Que la Partidocracia se prepare” fue una de las consignas de Frenadeso, que celebró su congreso a mediados de agosto pasado. Desde el punto de vista de las necesidades del pueblo, la decisión de incursionar en la actividad política electoral es científicamente correcta. Pero, para muchos trabajadores puede ser una sorpresa el tipo de organización política que ha sugerido Frenadeso. Manteniendo el debido respeto a dichos compañeros, nos permitimos expresar desde una óptica clasista la necesidad objetiva en materia de organización política que necesita la clase trabajadora.

En primer lugar, se debe construir una organización no para aspirar a administrar el Estado burgués ni cogobernar, sino para cambiar, por vías revolucionarias, su naturaleza de clase. Es decir, establecer un nuevo tipo de Estado con clara hegemonía de la clase obrera y popular. Para que esto sea así, el instrumento político debe ser clasista (que responda a los intereses de la clase obrera); de combate (no electorero); de militantes (con influencia de masas); regido por el Centralismo Democrático; estructurado fundamentalmente en la clase obrera, y que sea parte de una Internacional Revolucionaria.

En segundo lugar, es claro que en el programa de la nueva organización partidaria se debe tomar en cuenta la insurgencia de nuevas contradicciones y la acumulación de viejas tensiones que subyacen en el seno de nuestra sociedad. Se debe tomar en cuenta la historia de las luchas sociales, en donde la clase obrera, el conjunto del pueblo, ha escenificado gloriosas jornadas de lucha que la prensa burguesa y el sistema ideológico del capitalismo pretenden hacer desaparecer. El programa de la organización de nuevo tipo debe hacer suya la defensa del ecosistema y las culturas autóctonas, el respeto real a los derechos de la mujer, la promoción de los valores humanos y la defensa de la juventud.

En tercer lugar, el instrumento político de la clase obrera debe ser portador y promotor de lo que llamaríamos una nueva ética. La propuesta renovadora del socialismo revolucionario, como antítesis del capitalismo, no puede ir desligada de una conducta que exprese lo más sublime del ideal humano.

Desde las posiciones del Socialismo Revolucionario les decimos a Frenadeso, al proyecto CASA, del cual forma parte Juan Jované, y al Partido Alternativa Popular que tomen en cuenta que en la lucha de clases la cuestión decisiva es la construcción de la dirección revolucionaria. En Panamá, ya las clases dominantes cuentan con sus partidos, con las cúpulas de CONATO y Fenasep y con grupos que desde la pequeña burguesía y las capas medias hacen eco a las posiciones del Estado de Derecho y derecha de lo más salvaje del capitalismo. Esto confunde al pueblo y entretiene a la clase obrera. Lo que hace falta en Panamá es un partido político de la clase obrera con vocación de poder, que oriente la lucha y ofrezca la propuesta de redención social que la historia le ha encomendado.

*Coordinador / Liga de Trabajadores Hacia el Socialismo.gerargon21@hotmail.com

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