• 16/11/2009 01:00

Raza, etnicidad y clase social

He leído recientemente, en los diarios locales, la interesante noticia de que un grupo de ciudadanos afropanameños promueve la campaña d...

He leído recientemente, en los diarios locales, la interesante noticia de que un grupo de ciudadanos afropanameños promueve la campaña de incluir la pregunta racial sobre ancestros de raza negra en los Censos Nacionales de 2010, con la intención de visibilizar la presencia afrodescendiente en la sociedad panameña.

Hasta el momento, desde 1970, nuestros Censos Nacionales solo incluyen la pregunta étnico-racial cuando se aplica a los indígenas de Panamá con la intención de medir su población, evaluar sus características vitales, socioeconómicas y sus migraciones. Las conclusiones que sugiere esta información estadística son brutales: (1) que los focos de pobreza extrema están localizados en las comarcas indígenas, (2) que el Estado y la Nación de Panamá sostienen prácticas sistemáticas de exclusión y discriminación de sus poblaciones indígenas y (3) que las poblaciones indígenas, por su parte, necesitan plantear proyectos de desarrollo económico para sus comarcas.

Si bien estas experiencias censales servirán de referencia para la nueva propuesta de inclusión de la pregunta sobre ascendencia africana, ésta será inédita en el Panamá republicano y mucho más difícil, por cuanto no existen territorios comarcales para los grupos afrodescendientes ni idioma diferenciado de la cultura dominante (ante la pérdida creciente del inglés entre los afroantillanos), sumado con una sociedad racista que presiona culturalmente al afrodescendiente, a través de prácticas laborales, matrimoniales, sistemas de prestigio y exclusión económica, a despreciar y negar sus raíces africanas. De aquí que, para obtener unos resultados razonablemente veraces, se necesitará de una campaña didáctica que explique los objetivos y beneficios de este Censo, tanto para propios como para ajenos. Habrá también que afinar la metodología de la clasificación por filiación, en casos de mestizaje y tomar decisiones respecto a seguir o no el modelo norteamericano de hipofiliación, donde solo uno de los ancestros, perteneciente a una minoría, en este caso de origen negro, definirá la clasificación de la persona censada.

En mi opinión, el Censo Nacional 2010, con pregunta racial, brindará a todos los panameños una oportunidad valiosa para reflexionar sobre la presencia y contribución socioeconómica de los grupos humanos afrodescendientes del Panamá del presente, así como contribuirá también a que todos los panameños recapacitemos sobre cómo somos y cómo anhelamos ser, como nación, en el siglo XXI. Este ejercicio nos brindará la oportunidad de encarar la contradicción abismal que hemos creado entre la utopía de un Panamá diverso y pluralista, y el país más desigual del mundo (después de Brasil) en las prácticas de distribución de la riqueza. Cifras recientes y confiables (2008) fijaron la pobreza en Panamá en 32.7%. Creo que es absolutamente legítimo y pertinente indagar entre otras cosas ¿Dónde se sitúa la población afropanameña con respecto a esas cifras? ¿Existen relaciones socioculturales entre raza, etnia y pobreza en Panamá?

En el camino hacia los Censos de mayo de 2010, intentaré aportar a la campaña que busca visibilizar la presencia de la población afrodescendiente en Panamá, a través del examen de algunos conceptos en torno a los términos “Raza”, “Etnicidad” y “ Clase social ”, según los paradigmas vigentes de la antropología cultural y física, así como sus interrelaciones en las prácticas culturales de la sociedad panameña. Invito a la lectura de sucesivos artículos en los cuales iré abordando estos temas que, infortunadamente, en nuestro medio, aun reciben el trato que se le dispensa a los tabúes: El silencio.

*Antropóloga y profesora de la Universidad de Panamá.aeporras@gmail.com

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