El ático

Hoy, despistados dentro y fuera: Panamá siempre se ha presentado ante el mundo como un mediador, por más problemas internos que existan. En democracia o dictadura, nuestra diplomacia ha sido de altura, con una orientación clara de balance y respeto. Esto es así por una tradición pacifista nuestra no escrita, por el interés claro de proteger el Canal, o por ambas razones, pero siempre nos hemos podido preciar de tener una actuación diplomática —reiteramos— de altura. Nuestros gobiernos tienen la obligación de mantener nuestro país en esa posición siempre. Si hay que mejorar, se hace, pero jamás dañar lo logrado con la visión y palabra fina de nuestros diplomáticos.