• 24/05/2010 02:00

Censo: Entre mitos e interrogantes

Ha surgido una serie de interpretaciones sobre los acontecimientos acaecidos en torno de los recién terminados censos de población y de ...

Ha surgido una serie de interpretaciones sobre los acontecimientos acaecidos en torno de los recién terminados censos de población y de viviendas de nuestra República, que apuntan a cuestionar la legitimidad de los resultados. En realidad, las versiones que he escuchado a pocos días de su ejecución no tienen mayor fundamento científico. Incluida la más ridícula e inverosímil versión de que todos los defectos organizativos fueron producto de la “mano oscura” del PRD y la oposición al gobierno.

Recientemente, se recibió el resultado general de la cuantía de personas que habitamos este país, indicando que ahora somos 3.19 millones de panameños. La cifra inmediatamente me alineó del lado del grupo de personas que señala que tal información generó más interrogantes que aclaraciones.

Una de estas preguntas procede del hecho de que las estimaciones de esta entidad, durante el último decenio, nos hablaban de que al año 2010 en el país habríamos crecido a un tamaño de aproximadamente 3.5 millones de habitantes (D.E.C., Situación demográfica, boletines No. 10 y No.11). ¿Se compadece esta cifra con la producida por los resultados del censo? Obviamente que no. Casi medio millón de personas de diferencia en nuestro territorio representa no menos de 8% de incompatibilidad, lo que a nuestro entender es para tomar en cuenta.

Ciertamente, las estimaciones solo son eso, pero la aproximación a los resultados reales de las mismas en las últimas décadas permitía su uso confiable. De lo que se trata es de explicar con fundamento científico a qué se debió este contraste. Pero cabe advertir, que si las explicaciones van en la vía de reducir la validez que han tenido las estimaciones hechas por la misma institución que realiza los censos, sin duda se estará reduciendo la legitimidad de estas; consecuentemente, vendría el desprestigio y baja confiabilidad de tales cifras. Por tanto, habrá estimaciones y “ estimaciones ”, más no una oficial y confiable, como ya habíamos madurado en esta Patria.

Algunos, dirán que se trata de que no se fue a todos los hogares a censar, a partir de cuanta anécdota se ha esgrimido al respecto, solo válidas para el día del censo. En realidad, esto es poco probable que se dé, dado que el personal técnico corrige esto en los días y hasta meses sucesivos. Pero surge aquí otra interrogante: ¿la organización del censo siguió al pie de la letra el librito que conocemos los investigadores de campo?

Ahora bien, si las estimaciones fueron técnicamente bien elaboradas, pero fallaron desde el punto de vista de la magnitud de la población (asumiendo como correcto el resultado recién anunciado) pudo haberse debido a que alguno de los factores y procesos considerados en ese momento, dejaron de tener significancia posteriormente. ¿Qué factor cambió? ¿Una menor tasa de natalidad?, entonces, ha resultado un mito la proliferación de las embarazadas adolescentes, en las magnitudes que lo afirman quienes se escandalizan de las mismas. ¿Una mayor tasa de mortalidad? Aunque no ha mejorado en los últimos años, sabemos que esta no se ha dado como para detener una tendencia de crecimiento poblacional. ¿Reducción del saldo migratorio? Si esto ha ocurrido, entonces se confirmaría que solo es un mito de carácter xenofóbico la “ masiva ” entrada a Panamá de colombianos(as), venezolanos(as) y dominicanos(as) en la última década.

A fin de cuentas, la legitimidad o no de los resultados pasa por responder científicamente a las interrogantes que se derivan de los propios resultados y no de las anécdotas del proceso censal o de rebuscar conspiraciones de quienes no dudo andan ocupados en otros menesteres. Confío en que las autoridades del INEC, estén en capacidad de responder a satisfacción este tipo de interrogantes.

*Consultor en Sociología del Ambiente, Educación y Salud. pinnock2117@yahoo.com

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