• 10/11/2010 01:00

‘Take it easy, Mr. President’

Cuenta la leyenda que un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro y, a partir de aquel instante comenzó a buscarla. Primero se av...

Cuenta la leyenda que un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro y, a partir de aquel instante comenzó a buscarla. Primero se aventuró por el placer y por todo lo sensual, luego por el poder y la riqueza, después por la fama y la gloria, y así fue recorriendo el mundo del orgullo, de la vanidad, del egoísmo, del ocio y de todo cuanto estaba al alcance de su mano. La ambición era tanta que se decía asimismo: ‘Con dinero y con poder soy el dueño del mundo’.

Con este ejemplo he querido demostrar que muchas veces podemos estropear aquello que nos pudo hacer felices siendo justos con los demás, evitando creerse el dueño de todos y que la felicidad no se encuentra en la riqueza, la fama o en el placer, porque no es feliz aquél a quien todo le sale siempre bien por el poder que tenga sobre los demás.

Debo exteriorizar que cada vez que el señor presidente se expresa ante los medios, la angustia se apodera de mí, por la manera en que el mandatario suele referirse de las personas o situaciones en las que él no esté de acuerdo.

En relación a los colegios que no desfilaron para los días patrios el mandatario dijo que los alumnos de escuelas privadas tendrán que desfilar obligatoriamente el próximo año, porque se incumple con la obligación cívica de rendir homenaje a la Patria y, se sancionará con el certificado de graduación. No sé si existe alguna ley que obligue a desfilar y que sancione a los estudiantes con la retención de dicho documento. Bajo esta perspectiva, el expropiarle al estudiante ese derecho no tiene sentido, toda vez que, con su esfuerzo, bien ganado lo tiene. Lo que hay que hacer es inculcarle al estudiantado el amor a la Patria a través de su historia, porque sin historia se genera una sociedad invertebrada presidida por el desarraigo, el individualismo, la insolidaridad y la indiferencia, lo que acarrea un efecto trágico e inhumano. Bien lo dice el profesor Ricardo Ríos Torres: ‘El sentido de patria nace del alma y del corazón, es actuar con decoro e integridad pensando en el bienestar común. En la transformación curricular hay que establecer como prioridad la enseñanza de la Historia y Geografía de Panamá’.

El mandatario continuó diciendo: ‘Esto es un mensaje alto y claro para los colegios yeyés que se han rehusado a participar en los desfiles patrios’. La palabra ‘yeyés’ es un término muy despectivo. Otro enunciado totalmente fuera de lugar, ‘Al Parlacen van las lacras’. Sinónimo de lacras: inmundos, putrefactos, impúdicos, en fin, lo peor del mundo. Lo planteado compromete la dignidad de los miembros de ese organismo, tanto de Panamá como de nuestros hermanos países centroamericanos. Lo mismo he de decir en relación a las diferencias de soberanía entre Costa Rica y Nicaragua. Panamá debe asumir una posición neutra y no debe la predilección concentrarse en ninguno de estos países, así nos evitamos una enemistad gratuita.

‘Trata de no herir susceptibilidades. Hay que ser comedido en las expresiones porque daña la tan anhelada convivencia social. La vida da muchas vueltas, y entre esas vueltas están los sinsabores que te quita la felicidad así de fácil; y, uno nunca sabe cómo el destino te juega una jugarreta por tus actitudes fuera de todo contexto humanístico, porque ultraja la dignidad y la honra de ciudadanos de este país y de naciones vecinas. Take it easy, Mr. President, take it easy’.

Y, es que cuando se es rico, famoso y con poder, y con una personalidad muy peculiar se tiende a ser engreído, lanzando expresiones que son verdaderamente desagradables, ofendiendo los sentimientos de las personas. Es una especie de ‘no me importa con nadie’, ‘así soy, ¿y qué?’. Debe generarse un equilibrio entre la parte puramente emocional y primitiva con la del cerebro racional. En otras palabras, la relación humana es indispensable para una buena sincronía social.

La torpeza emocional nos impide reconocer, comprender y gestionar adecuadamente nuestras emociones con los demás, pues interpretamos erróneamente sus señales comunicacionales y reaccionamos inapropiadamente. Esto, al hacerse tendencia, afecta la salud, las relaciones y la productividad.

Se sigue luchando por el poder, que cada vez se hace más complejo y complican las apreciaciones sobre la vida. Creo que para ser feliz uno no debe complicarse demasiado la vida con estupideces, que encima, salen de los manipuladores de mentes sin escrúpulos.

Así, al poner atención a nuestros pensamientos podemos modificarlos. Con ello modificamos también las emociones y las conductas, haciéndonos personas más sanas, adaptables y adecuadas. Es una empresa posible, aunque requiere disposición, esfuerzo y muchas veces ayuda.

*ESPECIALISTA DE LA CONDUCTA HUMANA.

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