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- 11/10/2010 02:00
El golpe del 11: ¿Cómo movió nuestra historia?
El mayor Boris Martínez, jefe de la Guardia Nacional en Chiriquí, toma los micrófonos de emisoras de David y anuncia el 11/10/68 ‘que la Guardia Nacional ha decidido la salida del poder del Doctor Arnulfo Arias’ y ensaya argumentos. Son las cuatro de la tarde. Antes ha mandado a arrestar a varios dirigentes arnulfistas provinciales, la más emblemática Julieta Bianco de Guerra, esposa del prestigioso radio periodista Ramón Guerra, ambos fallecidos.
El aviso se adelanta a un plan concertado por una docena de altos oficiales, que sienten peligrar sus carreras profesionales, el más antiguo el teniente coronel Omar Torrijos. ¿Cómo pudo ser que el mismo día, ante semejante noticia, el presidente Arias estuviera cerca de las 6 pm celebrando en casa de su contralor, Lic. Espino, y de allí, ya de noche, se metiera en el Teatro Lux acompañado de Mireya Moscoso, su asistente? En ese lugar recién es avisado del golpe.
Alguien debe estar atento de esos temas y en este caso la responsabilidad mayor recaía en su ministro y viceministro de Gobierno y Justicia, Norberto Zurita y Bolívar Dávalos, respectivamente; los dos estaban, parece, durmiendo. Arnulfo no es precisamente una tortolita en materia de golpes y asonadas. En 1931 es parte del Estado Mayor de ‘Acción Comunal’, movimiento revolucionario para derrocar al gobierno civil, tan poco explicado. En ese plan hay que tomarse cuarteles para tumbar al presidente. Solo en el actual cuartel de bomberos ‘Darío Vallarino’ de Va España y Vista Hermosa, masacran a una decena de policías que duermen en calzoncillos ‘en nombre de un Panamá Mejor’.
Luego, el 10 de mayo de 1951, de un plumazo de gabinete, el doctor Arias, presidente, declara sin vigencia la Constitución de 1946, decreta la disolución de la Asamblea Nacional y deja en el aire a los magistrados de la Corte. Los opositores acuden, como otras veces, al comandante de la Guardia Nacional, en este caso el coronel Remón. Piden a ese poder árbitro que saque al mandatario de la Presidencia, porque está llamado a juicio por el parlamento. ‘Arnulfo disparó personalmente, y por la espalda, contra mi papá, solo porque fue a informarle que el comandante Remón le avisaba que saliera a las buenas o sería asaltado militarmente el palacio’. Así me narró hace unos 25 años Mayra Lezcano, hija del mayor Lezcano Gómez, el jefe militar de la Presidencia, que le da cuenta de la orden de Remón al doctor Arias. También hay manchas de sangre en manos del líder.
¿Qué le pasaba al caudillo histórico que ingresaba al poder y se caía, hasta tres veces? Graduado de médico en Chicago, con maestría en ginecología en Harvard y otra en psiquiatría en Viena, era de los hombres más cultos, cuando nos rodeaban potreros. Apasionado íntimo de la astrología, ¿qué le pasaba cuando mandaba, y en especial con los militares? Ya había ocurrido que se trajo a un coronel de Guatemala como asesor militar, sobre los comandantes panameños. Y, para aquél once de octubre, también había desempolvado a un panameño con décadas de no vivir aquí, señor Díaz Duque, con 20 años de no usar el uniforme con el cual se graduó en Carabineros de Chile. Casi de dos metros, lo mandó a llamar y lo estuvo preparando para ser el comandante.
Ni siquiera a sus altos oficiales afines, Ángel R. Araúz, Camilo Saavedra, Víctor Mata, los tomaba en cuenta. Y todo se derrumbó cuando él y sus ministros se equiparon de regios vestidos que duraron solo once días.
¿Consecuencias de este golpe? Lo malo: El golpe mismo, siempre ilegal, vulgar. Lo feo: Las represiones, y ojo, quien mandó desde el G—2 los primeros cinco meses fue Boris en los cuarteles, Torrijos hacía los contactos políticos. Luego sería la purga en dos actos y tiempos: Boris sale esposado hacia Miami, sin retorno, y luego en diciembre de 1969, los coroneles Sanjur y Silvera son arrestados por órdenes de quien escribe estas líneas, siendo mayor y estando desarmado y arrestado, mientras Noriega le abre las puertas a Omar que entra desde México (mientras su hermano Luis Carlos es ministro de los golpistas).
¿Y lo bueno, lo hubo? Tantas cosas. Una dinámica progresiva de cambios, si bien con una oposición amarrada, pero con hechos que transformaron la historia nacional, para bien. Habría tantos sucesos y logros que decir, pero no da el tiempo. Basta, sumariamente, que dejemos esta pregunta para responderse seriamente: Con todos los pecados y vicios, las violaciones de derechos humanos (había un especialista en crímenes, secuestros, decapitaciones, bien conocido), ¿tendríamos, sin Omar Torrijos Herrera, al día de hoy, una relativa (con USA de policía mundial, todo es relativo) soberanía, jurisdicción, y un canal completamente en manos panameñas, y todas las tierras bajo nuestra bandera, sin ninguna otra en los mástiles, esos que hicieron morir heroicamente a Ascanio Arosemena y a sus muchachos mártires? Ese análisis es tarea obligante de la historia.
*ABOGADO Y MILITAR RETIRADO.