• 08/12/2014 01:00

Madres barrenderas

A 30 años de creada la Comparsa Celeste, las mujeres siguen barriendo nuestras calles y avenidas, y todos las aplauden

Con motivo del Día de la Madre, quiero hacer un reconocimiento público a las madres barrenderas, que con sus esfuerzos y sacrificios mantienen nuestras calles y áreas públicas libres de desechos y basura contaminante.

Cuando fui Alcalde del distrito de Panamá, entre 1982 y 1984, me propuse gobernar una ciudad limpia. Al hacer un recorrido de las calles y avenidas de la urbe capitalina, me percaté de que no se podía tener la ciudad limpia con sólo recoger la basura por parte de la Dirección de Aseo. Hacía falta un componente de barrido y limpieza complementaria de las áreas públicas.

Para cubrir esta deficiencia, decidí seleccionar y contratar a mil 500 mujeres para el barrido. Con este propósito se creó la Comparsa Celeste. Se le llamó así porque usaban un uniforme de ese color (celeste), que representa paz y limpieza.

Para la selección de las mujeres barrenderas se mandó avisos por varios días a Curundú, Calidonia, Viejo Veranillo y otras barriadas de la ciudad, solicitando la presencia de candidatas interesadas en trabajar. El requisito que se impuso era que fueran madres solteras con tres hijos o más y sin ayuda en los gastos familiares. Con base al llamado público que se hizo, llegaron tres mil señoras interesadas, la mayoría mayores de 30 años. Para la selección de la mitad de las candidatas, se dio preferencia a las que tenían mayor cantidad de hijos con padres ausentes y sin apoyo económico alguno.

Después de un análisis social minucioso y profundo de la vida de estas madres solteras, se seleccionaron mil 500 mujeres para conformar el grupo de barrenderas de la Comparsa Celeste. Contratadas las mujeres se procedió a distribuir las rutas del barrido y suministrar los instrumentos y materiales de trabajo.

Para realizar la labor de barrido se le asignó una calle o un tramo de una avenida a cada cuadrilla, conformada por tres mujeres, equipadas con escobas, recogedores, una pequeña carretilla y bolsas para depositar la basura. La cuadrilla tenía que mantener limpio su sector, barrer ambos lados de la vía, depositar la basura en bolsas y colocarlas en la acera para que un pick-up las recogiera posteriormente. La supervisora de campo tenía la responsabilidad de verificar que la calle o avenida estuviera limpia, para que las barrenderas pudieran suspender el trabajo y retirarse a sus hogares.

Si durante la supervisión se encontraba que alguna calle estaba sucia y sin barrer, la cuadrilla responsable tenía que regresar al área a cumplir con su tarea. Durante las primeras semanas que las cuadrillas salieron a las calles y avenidas a barrer, hubo críticas negativas de parte del público y la prensa, ya que era la primera vez que en Panamá se veían mujeres barriendo las calles de la ciudad. Muchas personas criticaron el programa, señalando que cómo era posible que pusieran a mujeres a barrer calles. Decían que barrer es un trabajo de hombres y poco digno. (Sin embargo, limpiar la ciudad dignifica y las mujeres no sólo son las que barren sus casas, sino que hacen trabajos mucho más fuertes que eso en sus hogares). Ante estas reacciones y críticas públicas contra el programa, les pedí a los miembros de la prensa que entrevistaran directamente a las barrenderas antes de criticar el programa. Para este propósito se decidió llamar a una conferencia de prensa para que fueran las mismas barrenderas quienes opinaran al respecto. Una señora de Curundú con cinco hijos y 40 de edad (que parecía de 60 producto de una vida de sacrificios y escasez), dijo que ella representaba el sentir y las necesidades de mil 500 amas de casa, todas madres solteras, que tenían derecho a trabajar para mantener a sus hijos y se sentían capaces de hacer el trabajo.

Hoy, a 30 años de esta decisión, diariamente se ven mujeres barriendo nuestras calles y avenidas, y todos las aplauden. Actualmente, usan un uniforme verde en vez de celeste, pero en el fondo es el mismo programa que se inició hace 30 años. Ayudémoslas en su labor diaria, no tirando basura a la calle, porque ‘NO TIRAR TAMBIÉN ES LIMPIAR’.

*EX ALCALDE DE LA CIUDAD DE PANAMÁ

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