• 16/09/2015 02:00

Reflexión grupal sobre el cine nacional

En el contexto de la celebración del Festival Internacional de Cortometrajes Hayah que ha tenido lugar en la ciudad de Panamá

La ausencia de público en los minutos precedentes, hizo dudar que el foro sobre las perspectivas del cine nacional pudiera tener lugar en aquella sala del hotel American Trade en la tarde de un sábado sin lluvias. Poco a poco llegó gente y a la hora de comenzar, ya el local estaba atestado, sobre todo de rostros jóvenes que, animados por el tema, querían escuchar, intervenir y conocer lo que sucede con el séptimo arte en el país.

En el contexto de la celebración del Festival Internacional de Cortometrajes Hayah que ha tenido lugar en la ciudad de Panamá, sus organizadores convocaron a un foro abierto para discutir sobre la situación de esta industria. Carlos Aguilar, en representación del grupo Red Crea, dio la bienvenida y habló del estado legal de la política y la lentitud como el Gobierno ha actuado para estimular la producción y cumplir con los principios normativos vigentes.

La actividad fílmica ha tenido un bajón y ha disminuido el clima de los últimos años, cuando diversos títulos fueron consolidados y se presentaron en las pantallas locales con una calidad que llenó de orgullo a la audiencia; generó muy buenos comentarios y promovió el entusiasmo por la buena marcha que reflejaba. Ahora, parece que el panorama ha cambiado y la burocracia se aposentó en la gestión, sin signos de entusiasmo u oportunidades.

El análisis sobre esta forma de comunicación en Panamá es sumamente complejo por la dimensión poliédrica que presenta. Hay múltiples factores que coinciden y que están relacionados con el desarrollo de la cultura nacional como contexto y aspectos específicos que van desde la formación, la producción, distribución, exhibición, política legal, comercialización interna y externa y por último, la sensibilización.

Un cine nacional se desarrolla cuando hay una sociedad que lo demanda y en la que se crean condiciones para su establecimiento. El espectáculo de las películas llenó de pantallas la ciudad capital desde la segunda década del siglo XX y la industria estadounidense se diseminó, dada su relación estrecha con el istmo. Películas en inglés compitieron con los títulos mexicanos que iban a las salas de provincia.

El panameño se acostumbró a ver este modelo cinematográfico con la particularidad de desconocer otras posibilidades, incluso latinoamericanas. Esta situación afectó la sensibilidad del público en el país; acostumbró el ojo de la audiencia a una estética y un acabado específico y cerró otras posibilidades diferentes.

El foro, que contó con la asistencia de casi un centenar de interesados, presentó cuatro ponencias, sobre formación, producción, distribución, exhibición y finalmente, regulación. Después se organizaron mesas de trabajo con cada uno de esos temas y el público se dividió para discutir sobre tales aspectos específicos. Se produjeron, luego del análisis, propuestas que se expusieron a los concurrentes.

Hay una tendencia a pensar que el cine nacional no camina, mientras no haya estímulos. Aquí se presenta el problema de saber qué es primero, como se dice coloquialmente, ‘si el huevo o la gallina'. Algunos consideran que debe existir un fomento económico para hacer posible proyectos. El asunto es más complejo que esta visión mecánica.

Las ideas básicas para una iniciativa en este campo dependen de múltiples coyunturas. Una de ellas es la tradición narrativa y una cultura literaria en que, por lo general, se basan los guiones en todos los ámbitos. Todavía no se cuenta con tal condición.

En este sentido, el foro celebrado ha sido una iniciativa en la dirección correcta por su carácter participativo y la presencia de muchos inquietos jóvenes interesados. Se requiere ahora presentar una propuesta con resultados de la experiencia, que permita a las políticas, tomar un ritmo racional, recuperar su disminuida velocidad de marcha y estimular oportunidades para nuevas películas.

PERIODISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO.

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