• 16/04/2009 02:00

A 17 días de la meta

Pasado el período del recogimiento espiritual, de la reflexión y de la vivencia de la pasión de Jesús, volvemos a la realidad del proces...

Pasado el período del recogimiento espiritual, de la reflexión y de la vivencia de la pasión de Jesús, volvemos a la realidad del proceso eleccionario, del cual solamente distamos unos 17 días. Entre controversias por los resultados de las encuestas, acusaciones ante la Fiscalía Electoral, mítines, caravanas, en fin, todo ese movimiento correspondiente a la actividad electoral, el tiempo ha iniciado su cuenta regresiva y todos, de una manera u otra, esperamos la ansiada fecha: domingo 3 de mayo de 2009.

Panamá, donde gozamos de una democracia en proceso evolutivo, no escapa a las voces agoreras que se han dedicado a plantear un fraude en estas elecciones, olvidándose de las herramientas de la tecnología, precisamente utilizadas para lograr procesos transparentes y que contribuyan a arrojar resultados sólidos e infalibles, justamente para satisfacer las aspiraciones de todos los actores, elegibles y electores, hacia el bien común.

Cuando la mayoría de las generaciones que acudimos en esta oportunidad a las urnas ni siquiera habíamos nacido, es decir, durante las primeras seis décadas de vida republicana, se daban casos de aumentos de votos en circunscripciones en las que el número de los votantes, de acuerdo a los registros del tribunal encargado de estos menesteres, era menor, se hicieron comunes los llamados “paquetazos” o votos fraudulentos.

Estas prácticas antidemocráticas se atribuyeron al proceso de perfeccionamiento del sistema, especialmente a la poca madurez en este sentido que denotaban algunos partidos políticos y sus militantes.

La realidad del siglo XXI es otra. Nos corresponde coexistir con la era de la tecnología, de las comunicaciones al instante y en vivo, por lo tanto, ni la negrura de una noche podría servir de cómplice a un intento de fraude. El votante de esta época sigue in situ el desarrollo del proceso de votación, así como el conteo, de allí que está preparado para defender la democracia.

Aún nos quedan por delante varios días para convencer a los indecisos, a los independientes y a los que esperan las últimas propuestas para tomar la decisión final, y de esa manera ganarán los que lograron captar con sus planes de trabajo, con liderazgo, capacidad y respuestas efectivas, a la mayoría. Eso significa que el fantasma del aupado fraude no tiene cabida en la sociedad panameña y solamente es producto de la imaginación turbulenta que bulle en ciertas personas y grupos.

Disfrutemos en hermandad y como personas civilizadas de esta gran fiesta electoral, producto del juicio equilibrado de una democracia, de un Estado de derecho y de un pueblo en avanzada. No la opaquemos con conjeturas.

Debemos tener presente que aquellos tiempos durante los cuales se engañaba al pueblo, ya forman parte de un pasado muy remoto. Sigamos con fe y positivismo hacia nosotros, la patria y el verdadero liderazgo, ese que se hizo y se afianzó con trabajo, solidaridad y respeto al ser humano, por encima de los intereses personalistas y del egocentrismo.

Participemos activamente en todo lo que involucra el proceso electoral, para de esa manera llegar al domingo 3 de mayo con disposición al voto, escoger a los mejores hombres y mujeres, a quienes entregaremos las riendas del país para el período 2009—2014.

-El autor es presidente de la Asamblea Nacional.rrodriguez@asamblea.gob.pa

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