• 30/01/2017 01:00

Cultura democrática

Para muchas personas las tecnologías digitales alteran en lo social condiciones de expresión

Para muchas personas las tecnologías digitales alteran en lo social condiciones de expresión y, por tanto, deben cambiar el enfoque de la teoría de la libertad de expresión, de una preocupación ciudadana de proteger procesos democráticos y la deliberación democrática, a una preocupación más grande con la protección y la promoción de una cultura democrática. Una cultura democrática es una cultura en la que los individuos tienen oportunidades de participar en las formas de significado de decisiones que los constituyen como los individuos.

La cultura democrática se trata de la libertad individual, así como pensamiento colectivo; se refiere a la capacidad de cada individuo para participar en la producción y distribución de la cultura. Balkin argumenta que Meiklejohn y sus seguidores eran influenciados por las condiciones sociales de discurso producido por el aumento de los medios de comunicación en el siglo XX, en la que relativamente solo unos pocos podrían transmitir a un gran número de personas.

Teorías republicanas progresistas o de la libertad de expresión también tienden a restar importancia a la importancia de la expresión no política, la cultura popular, y la libertad individual. Las limitaciones de este enfoque se han vuelto cada vez más evidente en la era del Internet. Al cambiar las condiciones sociales del discurso, las tecnologías digitales conducen a nuevos conflictos sociales sobre la propiedad y el control del capital informacional.

La libertad de expresión es el principio, es el campo de batalla sobre muchos de estos conflictos. Por ejemplo, las empresas han interpretado el principio de la libertad de expresión en general para combatir la regulación de redes digitales, con el fin de proteger y extender los derechos de su propiedad intelectual. La era digital amplía enormemente las posibilidades de participación individual en el crecimiento y la difusión de la cultura, y de este modo se amplían enormemente las posibilidades de realización de una cultura verdaderamente democrática. Pero las mismas tecnologías también producen nuevos métodos de control que pueden limitar la participación cultural democrática.

Por lo tanto, libre de valores interactividad del habla, de participación masiva, y la capacidad de modificar y transformar la cultura por eso debe ser protegida a través del diseño tecnológico y por medios de regulación administrativa y legislativa de la tecnología, así como mediante métodos tradicionales de la creación judicial y reconocimiento de los derechos constitucionales.

Cada vez más, la libertad de expresión dependerá del diseño de la tecnología que soporta el sistema de la libre expresión y asegura generalizar la participación democrática.

CATEDRÁTICO UNIVERSITARIO.

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