• 04/07/2017 02:00

Los estudiantes del Copé, Cañaveral y Antón

Como se acercaba el 114 aniversario del fusilamiento del general Victoriano Lorenzo, fui ante los directores de esos colegios con un proyecto sencillo

El mundo adulto de Panamá que muchas veces ve a los jóvenes como sujetos rebeldes, desordenados, y en la nebulosa, se asombraría por el interés de los estudiantes arriba mencionados por saber de su historia y de donde vienen. Como se acercaba el 114 aniversario del fusilamiento del general Victoriano Lorenzo, fui ante los directores de esos colegios con un proyecto sencillo, para presentar 16 escenas teatrales sobre el significado de aquel acontecimiento histórico de nuestra patria.

Hay que ver cómo abrazaron y mejoraron la idea, trabajando por cuatro meses para exponer con la mayor fidelidad ante sus comunidades lo que selló nuestra nacionalidad y la vocación independentista que siempre tuvo Panamá desde su unión voluntaria a Colombia en 1821.

Comunidades cercanas al Copé y Cañaveral, en donde estudia la mayoría de los 100 estudiantes que participaron, vivieron por cuatro meses antes de la presentación, una relación grandiosa con sus familiares y amigos.

Lo extraño de participar con la ropa y sombreros de paja viejos, la confección de los fusiles de la época con madera, las totumas en que las tropas del cholo comían, los gritos de ‘La pelea es peleando', fueron motivo de interacción.

Una señora de 61 años me dijo en el altozano de la capilla de Piedras Blancas: ‘Me cuesta mucho hablar con mis nietas, pero ahora que van a ser guerrilleras en la historia de Victoriano Lorenzo hablamos y hablamos y quieren que las venga a ver... ¡Mire usté!'.

Por estas consideraciones felicitamos a los docentes Eladio Martínez, director del IPT El Copé; Jaime Cruz, Edgardo González, Edgar Rodríguez, Jissel Pérez y María Juana Pérez. Y de la Escuela Santos George del Cañaveral a la directora, Onaris Castrejón, y a los profesores Mileika Hernández, Jaime Ejea y Roderick Hernández. Lo mismo que a los estudiantes y profesores del Colegio de Antón Salomón Ponce Aguilera, quienes asustaron al fraile Franciscano Martín de La Pintada, quien no había visto nunca una capilla copada de guerrilleros con pertrechos en ninguna de sus misas, las armas artesanales eran idénticas a las que usaron las tropas de Victoriano Lorenzo Troya hace 114 años.

ESCRITOR COSTUMBRISTA.

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