• 04/12/2017 01:01

China y Panamá, acortando distancia y velocidad

El desafío será aumentar y diversificar con un valor agregado nuestra oferta exportable en condiciones preferenciales

La reciente visita del presidente Juan Carlos Varela a China marca un antes y un después en las relaciones entre ambos países. China comprende el valor estratégico de nuestro país en su interconexión oceánica y Panamá, el impacto que tendrán 19 acuerdos de cooperación en el ámbito comercial, cultural, migratorio, aviación, seguridad y marítimos, augura una época de prosperidad económica para el país.

El nuevo embajador chino, Wei Qiang, ha planteado con meridiana claridad el impacto de ‘La Nueva era de las relaciones' desarrollando el pensamiento estratégico de Xi Jinping del socialismo con características chinas. Ello inaugura una Nueva Era para alcanzar la construcción de una sociedad modestamente acomodada en 2020 y construir una potencia socialista próspera, democrática y armoniosa. Por tanto, el objetivo cardinal de la nueva diplomacia china conlleva a establecer un nuevo modelo de relaciones internacionales, basado en el respeto mutuo, la imparcialidad y la justicia, y la cooperación de beneficio mutuo, y promover conjuntamente la construcción de la comunidad de futuro compartido para toda la humanidad.

En este contexto, las relaciones diplomáticas con China son una oportunidad que promete amplias perspectivas en una agenda de cooperación en inversión, comercio, construcción de infraestructuras e intercambio comercial. Incluso con el beneplácito chino, Panamá podrá sumarse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, es decir en el expreso del dinámico desarrollo chino.

Una diplomacia proactiva y preventiva que no solo acorta distancia para abrir espacios estratégicos en el Asia, un objetivo apremiante construir relaciones inspiradas en el principio de ganancias compartidas. Las inversiones en estructuras marítimas y portuarias generarán fuentes de trabajo indispensables en el crecimiento económico del país acorde con un Canal ampliado en un área de conectividad estratégica para la expansión china.

Ha llegado el momento de estrenar una cooperación mutuamente ventajosa vigorizada en acuerdos bilaterales con un eficiente Mecanismo de Consulta Política. Atraer los músculos financieros de China es prioridad de la diplomacia panameña en inversiones hacia áreas estratégicas, tanto en la región interoceánica como la reactivación del agro.

Aunque resulte prematuro hablar de las ventajas de un TLC con China, las exportaciones panameñas en un 90 % podrán ingresar al mercado chino sin pagar aranceles, abriendo nuevas oportunidades comerciales bajo el principio de nación favorecida. También se ampliaría la plataforma de comercio exterior y servicios de Panamá ofreciendo a inversionistas chinos la posibilidad de invertir y producir en el país y beneficiarse de las condiciones de ingreso a esos mercados.

El desafío será aumentar y diversificar con un valor agregado nuestra oferta exportable en condiciones preferenciales. En ese mismo orden se incorporaría un mecanismo de solución de controversias con un canal oficial de comunicación directo que garantizará un mejor intercambio de información y operativos mecanismos de cooperación.

Con alianzas estratégicas concebidas y desarrolladas en un marco jurídico estable, Panamá con su conectividad apuesta a inversiones chinas de alta tecnología en comunicaciones como trenes de alta velocidad, ofreciendo facilidades de acceso a nuestra plataforma de soporte comercial y financiero, energía, comunicaciones y logística, incluso la posibilidad de establecer fábricas de ensamblajes de automóviles, electrodomésticos y electrónica.

Acortando distancia y tiempo, nos enfrentamos al desafío de formar recursos humanos a nivel técnico en nuestras universidades públicas y privadas, el Inadeh, Senacyt y el Ifarhu. Para desvirtuar el interés privado de privilegiar mano de obra extranjera, precisamos crear nuevos institutos técnicos amparados en acuerdos de cooperación con China y otros países. El Instituto Confucio y el incremento de becas universitarias y técnicas en China deben responder a un plan estratégico que impulse el progreso social y económico bajo el principio de ganancias compartidas, nada despreciable entre pueblos deseosos de conocerse más y apreciarse mutuamente.

ABOGADO Y ANALISTA INTERNACIONAL.

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