• 03/06/2019 02:00

Pensamiento intersectorial en salud

Este artículo pretende aportar elementos para alimentar la reflexión en torno al redimensionamiento de la intersectorialidad

Este artículo pretende aportar elementos para alimentar la reflexión en torno al redimensionamiento de la intersectorialidad, de manera que brinde elementos para la identificación y definición de categorías integradoras de las áreas críticas de acción, como lo es la salud pública, compuesta por diversas disciplinas. Tiene un objetivo central: el mejoramiento de la salud, el bienestar y el alargamiento de la vida humana con calidad. Lo que demanda una acción integradora. Los sistemas de salud son el conjunto de organizaciones, sectores, comunidades, grupos sociales e incluso individuos, de cuya actuación planeada, coordinada y debidamente integrada, depende la respuesta social organizada a los problemas de salud. Es un concepto eminentemente social y es al mismo tiempo el escenario donde la intersectorialidad en salud tiene lugar.

Este es un fenómeno históricamente determinado, no surge espontáneamente, al menos en el sentido de acción consciente y concertada de varios actores sociales hacia un fin de salud. Para ello es necesaria la intervención de personas, con capacidad de decidir actuaciones conjuntas, por la posición que ocupan en la sociedad. De ahí que la existencia de un pensamiento intersectorial en la conducción de las acciones sociales, juegue un rol mediador fundamental entre los determinantes de la realidad objetiva y la realización de esas acciones.

‘Las limitaciones de la aproximación biomédica a los problemas del sufrimiento humano fueron puestas de manifiesto hace más de 30 años por autores como McKeown, Cochrane e Illich. A partir de sus trabajos surge la noción de Intersectorialidad como un intento de incrementar las ganancias en salud de las intervenciones desde actuaciones formalmente coordinadas del sector sanitario con otros sectores'.

Sin embargo, ‘la idea del trabajo intersectorial con una connotación mundial tomó carta de naturaleza en la estrategia de Salud para Todos a finales de los años 70, donde aparece como llamada intuitiva y global y desde entonces ha sido masivamente aceptada como meta de las intervenciones de Salud Pública' en diversos lugares del mundo, pero lo que busca es una correspondencia plena entre el discurso y la acción, lo cual por otra parte, es necesario demostrar.

La compleja interrelación entre determinantes y condicionantes para el desarrollo de la acción integral en salud en los distintos países, tiene lugar en variados escenarios según el grado de desarrollo socioeconómico y humano alcanzado, la historia, cultura y ambiente natural, la estructura social, la organización y funciones del Gobierno y de cada sector en particular. Esto patentiza lo limitado que resulta tratar los problemas del sufrimiento humano, con un enfoque patrimonial del sector salud.

Las estrategias de atención público-sanitarias deberán elevar el papel de la intersectorialidad que puede desempeñar un sistema de salud como el de Panamá, donde sus posibilidades son mucho más altas que en otros países. Y así poder promover la introducción de enfoques, métodos y tecnologías que al mismo tiempo que faciliten y desarrollen el papel que los diferentes sectores puedan hacer a la producción de salud, y se logre un efecto inducido positivo en la eficiencia, eficacia y efectividad del sistema.

La sociedad requiere de actores claves que permitan proponer acciones, procedimientos y decisiones que permitan eliminar o reducir las limitaciones que en la actualidad presenta la aplicación de la intersectorialidad en el sistema de salud pública.

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