• 18/11/2019 00:00

Comprendiendo la salud

“[...] se puede salir adelante a favor del pueblo y protegiendo sus dineros, si es que verdaderamente se quiere”

Se dice que “lo sencillo es difícil”, y cómo no estar de acuerdo con esta afirmación, si a lo largo de la historia comprobamos que sentencias del saber humano, tales como “la tierra para el que la trabaja”, “el comercio debe ser justo y si tú ganas, yo también debo ganar”, “al César lo que es del César”, “el producto del trabajo para el que trabaja”, etc., son todas verdades de a priori que, sin embargo, cuando salen de la esfera de la simple enunciación, para ser ejecutadas, han causado efusiones de sangre por toda la Tierra y en toda la historia.

Si alguien dice que hay que proteger la flora y la fauna será una sentencia no rebatible, pero cuando se trata de juzgar un acto depredador todos vuelven la cara y complican la solución con páginas de expedientes, descargos y apelaciones.

Por lo anterior, no es de extrañar cuando al abordar los temas inherentes a la “Atención de Salud”, su protección y promoción, las soluciones se pierden en un fárrago de acuerdos, pactos y planes que no aterrizan y complican la solución con el despliegue de miles de distintos abordajes del problema.

La solución de los problemas de salud tiene dos niveles de abordaje: el primero —y más valioso socialmente hablando— es el de carácter promocional y preventivo sobre la población en sus lugares de vivienda y de trabajo. Este accionar es útil porque es cuando las personas, aun sanas o con patología sencilla o incipiente pueden ser protegidas con acciones de consejería y de atención muy sencillas en su expresión, pero muy profundas en su intención. Recordemos que el 70 % de las consultas corresponden a problemas sencillos que, cuando no reciben atención en su lugar de origen, complican la oferta de servicios en las instalaciones de niveles 2, 3, y 4 ; es más, también al recibir atención especializada no necesaria, terminan complicándose y haciéndose dependientes de este tipo de atención.

Lo que sigue es la atención de los casos complicados, en los niveles complejos, cuando no se ha efectuado la prevención y protección primaria; entonces, será resuelta en segundos, terceros y cuartos niveles de atención que expresan la complejidad adquirida por la dolencia. En este punto la oferta de servicios es costosa y necesaria, pero carece de la eficacia y la eficiencia de lo que se podía hacer en el primer nivel.

La oferta del primer nivel es barata en recursos técnicos e instrumentales, pero necesita una actitud, una cultura, una capacidad de relaciones sociales y una formación para servicios simplificados (de alta calidad no primitivos). Esta formación se conoce como Atención Primaria Integral (ATP), pero no recibe todavía el acento necesario en las entidades formadoras. Toda práctica requiere un ámbito conveniente y aunque sencilla, la ATP no se puede ofrecer en el aire y requiere de una locación en el interior mismo de la comunidad de la que se trate.

El grado de avance de los sistemas de comunicación modernos permite que estas unidades, aunque estén insertas en los más profundo de una geografía, puedan operar técnicamente como si estuvieran céntricamente localizadas, para ello bastan los sistemas de telediagnósticos que pueden estar atendidos 24 horas por un equipo de consultantes de alta calificación permanentes y de dedicación exclusiva, que han de evaluar las imágenes y las pruebas complementarias recibidas, ayudando a orientar a los ejecutores de la práctica localizada; también estos servicios de localización primaria deberán tener la evacuación garantizada para los casos complicados.

El asentamiento y locación de estos equipos de atención primaria no requiere de la edificación de las costosas instalaciones que han quitado el prestigio a la administraciones de salud y seguridad social por los gastos dispendiosos que le han sido señalados tan solo en renglones de la construcción, basta la adquisición barata de una casa común que se reacondiciona al efecto, tal como lo hacen quienes desde la oferta privada instalan sus consultorios en una casa común previamente existente y la cual se readecua para los propósitos ya comentados.

En fin, que se puede salir adelante a favor del pueblo y protegiendo sus dineros, si es que verdaderamente se quiere.

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