• 01/12/2019 00:00

Un mundo al revés

La semana pasada me puse a ver y a analizar con el mayor cuidado el globo terrestre. Francamente quedé espantado por lo convulsionado que están todos los países.

La semana pasada me puse a ver y a analizar con el mayor cuidado el globo terrestre. Francamente quedé espantado por lo convulsionado que están todos los países. Le di muchas gracias a Dios por permitirme haber vivido en otros tiempos. Hoy todo parece trastocado y lleno de contradicciones. En muchos países vienen luchando personas sin saber por qué lo hacen. De lo que sí pueden estar seguro es de que destruyendo sus propios países las condiciones de vida que tenían disminuirán, a niveles que nunca se habían imaginado.

No he perdido el tiempo analizando los regímenes de Nicaragua, Venezuela y Cuba. Porque no hay que tener una “bola de cristal” para saber lo oprimido que está el pueblo en esos países.

En todos los continentes hay un gran desasosiego y una efervescencia generalizada que puede desembocar en violencia. No estoy en capacidad de analizar lo que sucede en esos países y desconozco mucho de sus problemas y los personajes envueltos, como lo puedo hacer, sin dificultad, en nuestro continente.

Cuba y Venezuela siempre han tratado de ampliar a otras naciones su ideología comunista, siguiendo directrices de Moscú. En Panamá tuvimos hace varios años una fallida invasión cubana.

Lo que está sucediendo en algunos países miembros del “Grupo de Lima”, no debe causarnos sorpresa. Diosdado Cabello, el verdadero poder venezolano, dijo, sin ningún tapujo: “Después de Chile y el Ecuador va Colombia”.

En Chile es desconcertante lo que está sucediendo. Una parte de la población, adversarios del régimen, comunista, malhechores, vándalos, estudiantes, miembros de las FARC y LGBT, civilistas, tal vez, por razones que ellos consideran legítimas, se han unido a la corriente iniciada por invasores cubanos y venezolanos, que han destruido completamente un país que era modelo para Latinoamérica por carecer de desigualdad, de pobreza casi inexistente y por tener unos niveles de ingresos per cápita muy altos.

En Bolivia, Evo Morales, que en numerosas ocasiones se ha burlado de la Constitución de ese país, se refugió en México, pidiendo asilo, el cual le fue otorgado inmediatamente por el presidente López Obrador, también izquierdista; le ha permitido, violando disposiciones internacionales, que desde México haga política, dándole instrucciones a sus seguidores para que desataran la violencia en Bolivia y que impidieran a toda costa que se celebraran elecciones libres.

En los mismos EE. UU. hay gran intranquilidad política, causada por el juzgamiento del presidente. Mientras en nuestra América, al Sur del río Grande, si el “Grupo de Lima” sigue actuando con la abulia que ha tenido hasta la fecha, el plan elaborado en Moscú y seguido por Cuba y Venezuela, continuará su curso y tratarán de imponer, con violencia, el socialismo del siglo XXI en los distintos países.

En Panamá ya los grupos liderizados por los comunistas locales calentaron sus motores. Hoy son las reformas constitucionales, mañana serán otras las causas.

No hay duda, pues, de que el mundo anda “patas pa' arriba”. Los psiquiatras deben tener muchos pacientes.

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