• 14/12/2019 00:00

Homosexualidad y las Sagradas Escrituras (II)

“[...] ha habido papas [...], líderes religiosos [...] perversos, [...] —pero la razón por la que nunca abandonaría la Iglesia [...] se explica en muchos versículos del Evangelio”

Hoy en día, muchas iglesias u organizaciones religiosas impulsan algún tipo de “reforma teológica” como “evangelio”, lo que hace que muchos buenos cristianos simplemente lo acepten para llevarse bien con todos y estar en paz consigo mismo, tal como lo han hecho con la legalización del aborto, el “matrimonio” homosexual, la prohibición de la religión y las oraciones en las escuelas, la demencia transexual, hombres que afirman ser mujeres usando el baño femenino, hombres “transgéneros” que compiten contra las mujeres en los deportes, etc.

No hay otro movimiento, aparte del feminismo radical, que sea tan contrario a nuestras leyes, valores establecidos y el sentido común como el movimiento homosexual.

Estas minorías organizadas, actúan como si fueran la mayoría, al contar con el respaldo de los medios de comunicación y el aval de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y otros organismos internacionales, que presionan e intimidan a nuestros países para legislar el “matrimonio” homosexual para conformarse a su agenda.

Muchos líderes religiosos se han abierto para esto adoptando sistemas hermenéuticos y argumentos calculados para reducir la influencia en mundo real, de las Escrituras que no les gustan o que consideran fuera de sintonía con las costumbres y los tiempos modernos. Evitan predicar sobre temas que podrían ofender, para evitar que ciertas personas o grupos se alejen de la iglesia, lo cual es arbitrario e hipócrita, abriendo la puerta para que cualquier persona use esos argumentos para su agenda personal.

Ese es exactamente el caso con la sorprendente declaración del papa Francisco sobre el matrimonio homosexual: “... ¿quién soy yo para decidir?”. Lo que ha creado confusión y disensión dentro de la Iglesia y entre la feligresía, dejando la impresión de que está moviendo hacia la izquierda en muchos asuntos sociales e intentando “modernizar” la Iglesia para que se ajuste a lo que a ciertas personas les gusta en lugar de las palabras inmutables de Dios.

Enseñar la Palabra de Dios, y explicarla de acuerdo con la perspectiva bíblica, es el mayor llamado de Dios para quienes dirigen una iglesia. Los papas y los sacerdotes deben rendir cuentas, ya que deben ser ejemplos para sus seguidores.

Esto no es un juego de iglesia como muchos piensan. Se trata del destino eterno de los involucrados, y si realmente amas a las personas y quieres el bien por ellas, les mostrarías la verdad, incluso si es una verdad incómoda, en lugar de dejar que continúen en su error.

Creo que las iglesias y otras organizaciones religiosas hacen una contribución positiva a nuestras sociedades, aun cuando muchas de las llamadas megaiglesias, cuyo culto dominical parece más bien un espectáculo, se basa más en la personalidad y el ministerio del pastor, usado como plataforma para atraer a más personas.

No permita que nadie que haya agregado o quitado de las Sagradas Escrituras, lo guíe, o usted también estará perdido.

La Biblia, el único Registro Histórico escrito en la antigüedad, con más de 8000 años de haberse escrito, no se equivoca en nada. A lo largo de la historia, los ateos, agnósticos y otros no creyentes, han tratado de desacreditar la Biblia. Nunca nadie ha probado o encontrado una sola palabra en la Biblia que no sea verdad.

Pero hoy día, los homosexuales y sus facilitadores, en su infinita “sabiduría” cultural, social y religiosa, han creado una atmósfera en la que son víctimas de la sociedad y de la Palabra escrita, y, por lo tanto, son intocables al escrutinio y la crítica del estilo de vida y la agenda que tratan de imponer a la sociedad, mientras intentan decirle a Dios que cometió un error.

Al mismo tiempo, los cristianos se están desviando de las Palabras de Dios y las convicciones bíblicas, allanando el camino hacia una actitud apática hacia las agendas e ideologías que se oponen abiertamente a Dios.

Esto ha llevado a que muchas iglesias cristianas sean intimidadas y se dobleguen a la voluntad de la agenda atea, en lugar de enfrentar con valentía el malsano empuje para desacreditar a las Sagradas Escrituras y a la verdad.

En otra nota, soy muy consciente del hecho de que en el pasado ha habido papas criminales y malvados, líderes religiosos y algunos de menor jerarquía perversos, que han actuado de manera que ha justificado la aparición de personalidades como Martin Luther, John Wycliffe, Jan Hus y otros —pero la razón por la que nunca abandonaría la Iglesia es bastante simple y se explica en muchos versículos del Evangelio.

Planificador jubilado.
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