• 27/12/2019 00:00

La importancia de la igualdad de género para el desarrollo humano

Garantizar el bienestar de las mujeres significa tener acceso a la salud sexual y reproductiva y evitar los embarazos en niñas y adolescentes...

El Informe Mundial de Desarrollo Humano 2019, una vez más hace énfasis en la desigualdad en el mundo. La conclusión es que las brechas son cada vez mayores, no sólo de ingreso, sino de oportunidades, de calidad de vida y de futuro, sobre todo ante la impronta del cambio climático y nuestra capacidad de resiliencia.

Si bien los países en vías de desarrollo avanzan, los países desarrollados, lo hacen con mayor rapidez, sobre todo en las nuevas oportunidades que ofrecen la ciencia y la tecnología en el siglo XXI. Es importante destacar que la desigualdad de género es una de las de mayor incidencia en el mundo. Panamá, no es la excepción.

Según el IDH 2019 (PNUD), Panamá ocupa el lugar 67 en el mundo (entre 189 países), pero cuando se calcula la desigualdad de género, el país cae al lugar 108 (posición que comparte con Namibia, suroeste de África). De tal manera que pierde 41 lugares a nivel mundial por la falta de oportunidades que tienen las mujeres panameñas en relación a los hombres.

El informe también precisa que todavía no hay comprensión en el mundo sobre la gravedad de la desigualdad de género. Solo uno de cada 7 hombres la reconoce. Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Índice de Desigualdad de Género recoge tres dimensiones importantes: la salud sexual y reproductiva (tasa de mortalidad materna y tasa de fecundidad adolescente); el empoderamiento (proporción de escaños parlamentarios ocupados por mujeres y proporción de educación secundaria como mínimo) y la situación económica (participación en el mercado laboral).

Más allá de estas consideraciones, según la neurociencia, la vida de las personas se define en los primeros mil días a partir de la gestación, etapa que depende casi en su totalidad del grado de bienestar de la madre.

Se hace hincapié en la primera infancia (de 0 a 5 años) como etapa decisiva para el desarrollo humano. En términos generales, el Estado empieza a intervenir cuando ya está definido el futuro.

El Estado tiene que intervenir antes y de manera integral y multisectorial. Es necesario garantizar el bienestar de todas las mujeres, independientemente de su etnia, procedencia económica, credo o nivel cultural.

Países que han logrado dar el salto cualitativo en educación, por ejemplo, han escolarizado a todas las madres (Portugal), porque de ellas depende el éxito de la familia.

Garantizar el bienestar de las mujeres significa tener acceso a la salud sexual y reproductiva y evitar los embarazos en niñas y adolescentes, por ejemplo. Significa detener la violencia de todo tipo hacia las mujeres. Significa tener acceso a la toma de decisiones al más alto nivel, tener acceso al crédito, es decir, tener autonomía personal. Una mujer solo puede darle a sus descendientes lo que ella posee, en términos de salud, dignidad, autoestima y futuro.

El informe indica: “Las desigualdades pueden comenzar antes del nacimiento, y muchas de ellas pueden acumularse a lo largo de la vida de la persona. Cuando esto ocurre, pueden aparecer desigualdades persistentes”.

Ph D en Economía
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