• 17/04/2020 00:00

El sistema de salud que necesitamos: lecciones del COVID-19

“[…] ahora estamos atravesando juntos esta tormenta que se llama la pandemia de COVID-19. Es la hora de aprovechar las lecciones aprendidas, honrar a los caídos, y avanzar de forma efectiva”

Ha hecho falta una pandemia descomunal que nos golpea desde hace casi medio año, para que la humanidad comprendiera la necesidad de invertir en el desarrollo y fortalecimiento de sistemas de salud resilientes, coordinados tanto en lo público como en lo privado, eficientes y, sobre todo, equitativos, enfocados en la necesidad de abordar los determinantes sociales que subyacen al binomio salud/enfermedad, para garantizar la salud de las personas, tanto en tiempos de paz, como en momentos de crisis como los que estamos atravesando.

Y no ha sido poco el precio que hemos pagado por este aprendizaje. Hasta el día de ayer, se ha informado de dos (2) millones de casos de COVID-19 en más de doscientos países y territorios, lo que ha dado como resultado más de 130 000 muertes, con un elevado impacto en la endeble capacidad de respuesta de los servicios de salud y en un modelo económico que se ha caracterizado por favorecer los intereses de un pequeño porcentaje de los habitantes del planeta. Panamá no ha escapado a este triste escenario. Hemos aportado cerca de 4000 casos y más de 100 defunciones, nuestro sistema de salud está en peligro de colapsar, si no mantenemos las medidas impuestas, y el impacto en la economía nacional es evidente.

Pero como he señalado antes, hay luz al final del túnel. Y no solo se trata de que eventualmente saldremos progresivamente de la cuarentena, luego de cumplir férreamente con la cuarentena total, y masificar efectivamente las pruebas de laboratorio. No, la luz que yo aprecio también tiene que ver con el reconocimiento implícito por parte de autoridades y población, de la necesidad de transformar nuestro sistema de salud, avanzando hacia una efectiva coordinación entre los sectores públicos y privados que conforman el sistema.

Las evidencias a favor de este nuevo paradigma, ya fueron enunciadas en la Constitución vigente, pero han tomado el impulso que no debemos abandonar, desde el momento en que el Minsa, ejerciendo su rol rector, conforma un equipo de profesionales de prestigio, provenientes de las instituciones públicas y privadas, del sector salud, más miembros de la sociedad civil, y la Organización Panamericana de la Salud, para analizar, planificar y tomar decisiones en conjunto para enfrentar la pandemia de COVID-19. Allí en ese espacio, hemos llegado a acuerdos para todas las etapas de gestión integral (clínica y administrativa) de esta enfermedad, como lo manifiestan los voceros oficiales todas las tardes en las ruedas de prensa.

Pero ese espíritu de coordinación y colaboración debe mantenerse y blindarse, rechazando la tentación de retomar la antigua forma de hacer las cosas. Ese nefasto comportamiento gerencial, que propició el desarrollo de un sistema de salud segmentado y fragmentado, donde ha abundado la duplicidad, el despilfarro y el espacio para la corrupción, casi que garantizando la incapacidad para afrontar una amenaza como la que enfrentamos.

Todavía nos hace falta construir la organización conjunta para garantizar el funcionamiento eficiente y coordinado de los tres subsectores. Ese renovado espíritu, debe garantizar que todas las personas y las comunidades tengan acceso, sin discriminación alguna, a servicios integrales de salud, adecuados, oportunos, de calidad, determinados a nivel nacional, de acuerdo con las necesidades, así como a medicamentos de calidad, seguros, eficaces y asequibles. Y no menos importante será la definición e implementación conjunta de políticas y acciones con un enfoque multisectorial para abordar los determinantes sociales de la salud y fomentar el compromiso de toda la sociedad para promover la salud y el bienestar.

En el pasado ya nos hemos comprometido con esto y hemos fallado. Tal vez por lo ambicioso de este propósito, amén de la falta de un genuino compromiso político, es que no hemos sido capaces de cumplir con el discurso. Pero ahora estamos atravesando juntos esta tormenta que se llama la pandemia de COVID-19. Es la hora de aprovechar las lecciones aprendidas, honrar a los caídos, y avanzar de forma efectiva.

Médico, miembro de la Comisión Asesora del Minsa para enfrentar la Epidemia del Coronavirus.
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