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- 20/04/2020 11:47
Salud Pública en tiempos de Coronavirus
La Pandemia de COVID-19 que ha paralizado muchas actividades en el mundo, se ha convertido también en un verdadero reto para los sistemas sanitarios de todos los países. Naturalmente ninguno estaba preparado para afrontar una emergencia sanitaria de colosales dimensiones, sin embargo, es posible identificar las consecuencias que han provocado los recortes de gasto público en países como España, donde el Nuevo Coronavirus ha causado la muerte de más de veinte mil personas.
Como era de esperarse, en Panamá la Sanidad Pública (MINSA y CSS), ha sido la que le ha hecho frente a la enfermedad y ha demostrado que toda inversión a nivel sanitario, jamás será un gasto innecesario. El Estado tiene la obligación de proveer a la población, un sistema de salud público, universal y de calidad, algo que nunca será posible si el acceso a la salud cae en manos privadas y tal como lo han manifestado expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el coronavirus tendrá un fuerte impacto en aquellos países que no cuenten con un sistema de salud verdaderamente universal.
Prueba de ello es Estados Unidos que ahora se ha convertido en el Epicentro de la Pandemia, supera con creces a los países más golpeados de Europa (España e Italia) tanto en número de contagios como de defunciones y es que el país con la economía más grande del mundo, reportó que para el año 2018, habían 27.5 millones de estadounidenses que no tenía seguro médico privado, cifra que reflejó un aumento con respecto al año anterior, lo que provoca que cada vez sean menos quienes acudan a un tratamiento médico por los enormes costos que representan.
A pesar de las evidentes bondades de nuestro Sistema Público de Salud, se evidencia que hay muchas cosas todavía por hacer. El proyecto de la Ciudad de la Salud tiene un retraso de más de cinco años, envuelta entre escándalos de corrupción y falta de voluntad política para su culminación. La Región de Panamá Norte, con más de 200 mil habitantes y foco inicial del contagio del COVID-19 en el país, sigue esperando la construcción de un hospital cuya promesa tiene más de 10 años. En plena Pandemia, es notorio que el nombramiento del personal médico no ha sido el más expedito, lo que denota la enorme necesidad de desburocratizar el proceso de nombramientos así como satisfacer muchas reclamaciones salariales y estructurales por parte del personal médico
La Pandemia también ha evidenciado y desenmascarado la falta de empatía de muchos actores. Desde un gremio empresarial, se argumentó que de nada servía tener una población 100% sana si se va a tener un país en bancarrota. Las declaraciones no solo son repudiables sino que demuestran que para muchos la salud de los trabajadores no es un tema prioritario, que la economía no puede paralizarse aunque la población esté enferma; peor aún ya que son estos mismos gremios empresariales los que plantean “soluciones mágicas” para salvar la CSS.
De igual forma, han salido los defensores más radicales de las políticas neoliberales, que miran con desdeño toda iniciativa pública respecto a la salud. Su erróneo concepto de “libertad” los lleva argumentar incluso que es “inmoral” obligar a unos el tener que pagar por la salud de otros, un concepto de destruye por completo el Estado de Bienestar que como panameños debemos defender ante cualquier intento de privatización de la salud, tomando en cuenta que vivimos en una región donde existen millones de personas que no pueden comprar la salud.