• 12/05/2020 00:00

Hacia una renta básica de emergencia

El coronavirus precipitó una crisis económica ya en desarrollo y actuó como una externalidad que la sacó a la superficie. Ya desde el 2009 muchos economistas de Europa, EU y Asia estaban señalando que la crisis financiera del 2008 no había sido resuelta y que era previsible una nueva crisis de grandes dimensiones para la década del 2020.

El coronavirus precipitó una crisis económica ya en desarrollo y actuó como una externalidad que la sacó a la superficie. Ya desde el 2009 muchos economistas de Europa, EU y Asia estaban señalando que la crisis financiera del 2008 no había sido resuelta y que era previsible una nueva crisis de grandes dimensiones para la década del 2020.

En el caso de Panamá, nuestra economía venía disminuyendo su dinamismo desde el 2014 y se profundiza después del escándalo de los Papeles de Panamá y para el 2019 su tasa de crecimiento apenas logra algo más del tres por ciento. Por tanto, la pandemia solo hizo estallar un proceso ya en desarrollo y lo profundizó.

En este momento podemos asegurar, sin temor a equívocos, que cerca de la mitad o más de la población económicamente activa ha perdido sus ingresos. Según el Mitradel, en las últimas semanas 68 400 trabajadores(as) han sido despedidos o sus contratos suspendidos. Para enfrentar una grave situación consideramos que el Gobierno, en uso de las facultades que otorga la Constitución, debe fijar una renta básica de emergencia equivalente a la canasta Básica alimenticia o más. Esta idea ha sido aplicada en EU, en Japón, se está considerando en España, se fijó en Rusia, en Argentina, El Salvador y pronto se fijará en países como el Perú.

En el caso de Panamá, el Gobierno puede emitir títulos del Estado, con la categoría de cuasimonedas equivalentes a dinero de curso legal, como medio de cambio y pago y limitarlo a la adquisición de alimentos, medicinas, artículos de higiene y de bienes esenciales para el hogar.

Con la emisión de cuasimonedas se puede fijar una renta básica de B/400.00 para todas aquellas personas que han quedado sin empleo, a los independientes que han perdido sus ingresos, a los informales que tienen que quedarse en casa y para los de la tercera edad que no tienen pensiones.

De acuerdo con cifras oficiales, para agosto de 2019 cerca de 716 300 personas se movían en el sector informal y de cuentapropistas y 146 111 estaban sin empleo que, sumado a los 68 400 de las recientes semanas, sumarían 214 511. Por tanto, estamos en una situación social sumamente grave que, de no atenderse adecuadamente y con medidas no convencionales, podría dar paso a manifestaciones de insatisfacción social.

La gran ventaja de esta fórmula es que el Estado, vía emisión de cuasimonedas, tendría una mayor flexibilidad, porque no son títulos de cuasidinero (bonos y letras) que generan intereses y plazos de vencimiento y es un mecanismo válido para casos de emergencia.

En la historia económica reciente de Panamá, cuando Estados Unidos impuso un bloqueo monetario a nuestro país entre marzo de 1988 a diciembre de 1989, el Gobierno de la época, para enfrentar esta situación, convirtió los cheques de los funcionarios en cuasimonedas, lo que permitió el desarrollo de las transacciones mercantiles y las empresas los aceptaban sin ningún problema.

El Gobierno de Guillermo Endara, por idea de Rubén Darío Carles, emitió Cheques Fiscales para pagar deudas a proveedores del Estado y autorizó que las empresas pudieran utilizarlos para un listado de transacciones. Estos cheques fiscales circularon hasta 1997-98.

Lo que tratamos de decir es que existen mecanismo económicos y financieros para enfrentar esta emergencia, tanto sanitaria como económica, tomando en cuenta las necesidades, reivindicaciones e intereses de todas las clases sociales, si existe la voluntad política de llevarlo a cabo.

Economista
Lo Nuevo
comments powered by Disqus