• 03/08/2020 00:00

Salud y economía: ¡no hay dilema!

La semana pasada, el Sistema de Naciones Unidas lanzó dos mensajes muy fuertes de gran relevancia para el futuro de la humanidad. Mientras la Cepal junto con la OPS informaron que en América Latina no habrá recuperación económica, mientras no se controle la pandemia; la OMS subraya que la pandemia de COVID-19 aún no tiene fin a la vista.

La semana pasada, el Sistema de Naciones Unidas lanzó dos mensajes muy fuertes de gran relevancia para el futuro de la humanidad. Mientras la Cepal junto con la OPS informaron que en América Latina no habrá recuperación económica, mientras no se controle la pandemia; la OMS subraya que la pandemia de COVID-19 aún no tiene fin a la vista. Ambas declaraciones nos recuerdan la obligación impostergable de enfrentar de forma efectiva la COVID-19, a la vez que recuperamos la economía.

La conclusión principal de la Cepal y la OPS, expresada en un informe conjunto, es que, si no se controla la curva de contagio de la pandemia, no será posible reactivar la economía de los países. Asimismo, se indica que tanto el control de la pandemia como la reapertura económica requieren liderazgo y una rectoría efectiva y dinámica de los Estados, mediante políticas nacionales que integren políticas de salud, políticas económicas y políticas sociales. Por su parte, la OMS destaca la prolongada duración prevista de la pandemia, y afirma que aún no se vislumbra el fin de la crisis de salud pública que hasta ahora ha infectado a más de 17 millones de personas y matado a 650 000 en mundo. El brote, según el organismo, todavía constituye una Emergencia de Salud Pública de Interés Internacional y subraya la importancia de mantener los esfuerzos de respuesta comunitaria, nacional, regional y global.

Nuestro país no escapa a esta realidad. Desde el inicio de la pandemia hemos reportado cerca de 70 mil enfermos y 1500 fallecidos. También, al igual que muchos países del planeta, pasamos por el duro y desgastante proceso de implementar una férrea cuarentena que, junto con el cumplimiento de una serie de medidas de salud pública, nos llevó a soñar que teníamos controlada la epidemia, y comenzamos a salir de la cuarentena implementando algunas medidas económicas para recuperar la economía. Pero esta historia, como lo señalan los expertos de la OMS, no tiene todavía un final feliz, como lo demuestra el repunte descontrolado que sufrimos el pasado mes de julio, cuando reportamos 31 705 casos nuevos y 790 defunciones.

Frente a ese panorama internacional y nacional, la Cepal afirma que “no hay apertura económica posible sin que la curva de contagios haya sido controlada, y no hay reactivación posible sin un plan claro para evitar el repunte de los contagios”. Ese argumento nos coloca frente a una encrucijada de difícil salida. La Cepal lo resuelve afirmando categóricamente que “no hay dilema entre economía y salud, primero la salud. Se deberá controlar la transmisión del coronavirus antes de pensar en reactivar la economía”.

Acepto que “primero es la salud”, pero no podemos paralizar la economía hasta que tengamos controlada la epidemia. Si así lo hacemos, cuando hayamos controlado al virus, habremos perdido empleos, habrá aumentado la pobreza, no se recaudarán impuestos y la economía será irrecuperable. El camino lógico es trabajar en las dos direcciones, con un liderazgo que garantice la racionalidad de las decisiones, evitando que el fundamentalismo prevalezca en favor de una posición y en perjuicio de la otra.

En ese sentido es necesario que hagamos un alto en el camino, analicemos qué hemos hecho bien, y dónde tenemos que mejorar para tener éxito en esta etapa crítica. Lo primero que debemos preguntarnos es si se ha logrado disminuir los casos con el esquema de confinamiento asimétrico que llevamos a cabo. Si esas medidas no han funcionado, hay que abandonarlas, y considerar la realización de cercos sanitarios exclusivos para las poblaciones con mayor circulación del virus.

También debemos fortalecer nuestra capacidad para identificar casos y mejorar el rastreo rápido de contactos, y su aislamiento, sumando a la comunidad, empresa privada y clubes cívicos. Es necesario potenciar las medidas de protección social para la población que garanticen sus ingresos, alimentación y acceso a los servicios básicos. Mención especial merece el análisis de la elevada mortalidad que presentamos, la cual supera a la mayoría de los países del continente. Debemos identificar y corregir las falencias en todos los renglones de la atención que reciben los pacientes, desde los hoteles-hospitales, las salas de hospitalización y las unidades de cuidados intensivos.

Finalmente, la reapertura de la economía debe mantenerse, pero de forma gradual y basarse en protocolos sanitarios que permitan controlar el virus y su propagación, además de proteger a los trabajadores, en particular a los de la salud. Pero no es la hora de abrir más bloques, la prioridad debe ser controlar la epidemia y bajar la mortalidad.

Médico, exrepresentante de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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