• 17/08/2020 00:00

¡Ya basta!

El ministro de salud, Luis Francisco Sucre, continúa con su tono condescendiente. El poder se le subió a la cabeza. No es nuevo, pues esa actitud de creerse que nos puede regañar como niños, la ha mantenido desde que ocupaba la posición de viceministro.

El ministro de salud, Luis Francisco Sucre, continúa con su tono condescendiente. El poder se le subió a la cabeza. No es nuevo, pues esa actitud de creerse que nos puede regañar como niños, la ha mantenido desde que ocupaba la posición de viceministro. Pero no es solo él, ya que la actitud condescendiente ha sido característica del Minsa desde el día uno (1) de la pandemia, actitud que también mantuvo la (ex)ministra Rosario Turner, de hablarle a la ciudadanía como si fuésemos chiquillos en un patio de colegio y no ciudadanos cuyos derechos han cercenado desde marzo.

El cuento de que las decisiones están basadas en evidencias científicas es para añadir insulto a la injuria. ¿Cuál fue la evidencia científica para implementar la ley seca? ¿Cuál fue la evidencia científica en que se basaron para separar varones de mujeres con días para cada sexo, como si estuviésemos bajo un régimen de ayatolás? ¿Cuál fue la evidencia científica sobre la que se basaron para disponer que se puede ir a la playa a hacer surf con remos, pero no a bañarse en el agua o a tomar sol en la playa? ¿En qué análisis científico se basaron para establecer que puedo ir al supermercado o a la farmacia, pero no a la tienda de ropa o de electrodomésticos o de lo que sea? ¿Cuál es la evidencia científica que sustenta el que un ministro se crea con el poder para decidir qué proyectos de construcción con todos sus permisos en regla pueden reiniciar actividades y qué proyectos no? ¿De qué estudio de salud pública surgió la genial idea de que los que tienen mascotas solo puedan sacarlas a pasear y hacer sus necesidades fisiológicas en espacios de dos (2) horas cada uno, dos (2) veces por semana (tres (3) veces por semana, si el animal tiene la fortuna de que su propietario sea mujer)? ¿Cuál es la evidencia científica para encerrarnos de modo indefinido sin permitirnos siquiera ejercitarnos al aire libre, ir a parques, ir a la playa y tomar sol? ¿Dónde está la evidencia científica sobre la que evaluaron que un encierro que lleva ya cinco meses y no tiene visos de terminar, pueda tener un beneficio mayor que el daño que seguramente causará dicho encierro en la población? ¿En qué estudio o análisis se basaron para concluir que sea sensato que el ministro de Salud diga en la tele que las mujeres que no puedan hacerse lo que quieran hacerse en el salón de belleza en el espacio de dos horas, tendrán que hacerse sus tratamientos por partes? ¿Quién fue el genio matemático que les dijo que establecer restricción absoluta los fines de semana no aumentaría la cantidad de personas que tienen que salir entre lunes y viernes? Digo, ¿en el Minsa no saben que x/5 necesariamente es mayor que x/7? Son medidas sin ningún fundamento, vamos.

Llevamos cinco meses aguantando que un grupo de “expertos” nos diga que no podemos trabajar ni generar ingresos mientras ellos no han dejado de recibir sus salarios íntegros. Llevamos cinco meses en que nos mienten descaradamente cuando nos siguen presentando como la gran cosa, la métrica de “tasa de letalidad”, cuando esa métrica -lo saben muy bien ellos- es engañosa en medio de una pandemia y no debe usarse para comparar absolutamente nada con nadie. No les ha dado la gana de poner la data a disposición de la ciudadanía en formatos de data abierta para que los ciudadanos podamos hacer cruces de datos y análisis “de sillón”, como es nuestro derecho. No les ha dado la gana de poner a disposición, como sí se hace en todo país civilizado, la data de muertes por todas las causas -y no solo la data de muertes por causalidad específica de COVID-19- agrupada por semana calendario para este año y para años previos. No les da la gana, porque se creen nuestros señores feudales, y no nuestros mandatarios, que, dicho sea de paso, mandatario es a quien se encarga un mandato, no el que manda, como muy mal entienden nuestros políticos.

Alguien tiene que decir a estos señores que ya basta de que nos traten con la insoportable actitud condescendiente con que nos han tratado desde siempre, pero que en esta pandemia han asumido con creces.

¡Ya basta!

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