• 13/01/2021 00:00

Economía capitalista disfrazada (I)

“¿Existe un análisis serio del (MEF) de las sumas que ha dejado de percibir en concepto de ingresos tributarios […]? ¿Es realmente democrático el mercado de valores en Panamá? ¿A cuántos panameños han beneficiado?”

Mucho se pregona de la economía panameña, que la misma está fundamentada en principios capitalistas, de libre mercado y libre concurrencia, lo que hace de nuestro país un lugar atractivo para la inversión extranjera. Algunos han tenido hasta la osadía de gritar a los cuatro vientos que somos el Singapur de las Américas. Veamos si es cierto.

El capitalismo es un sistema económico para la acumulación de capital, tal como su nombre lo establece, fundamentado en la producción, el libre mercado, la libre concurrencia y el derecho inalienable de todo ser humano a tener propiedad privada. El libre mercado es el basado en la ley de la oferta y demanda para la fijación de los precios de bienes y servicios; por último, la libre concurrencia, en términos muy sencillos, es cuando tanto los que ofrecen como los que pagan por bienes y servicios, pueden concurrir libremente sin ningún tipo de presión, para la fijación de precios de dichos bienes y servicios, como consecuencia de la ley de la libre oferta y demanda.

De una simple lectura de las definiciones o conceptos desarrollados en el párrafo anterior, nos damos cuenta de que, lamentablemente, en nuestro país, a pesar de lo que se piense y diga, no tenemos una verdadera economía capitalista, fundamentada en el libre mercado, la libre concurrencia y en la ley de la oferta y la demanda. Basta ver cómo es el desempeño económico, producción e intercambio de bienes y servicios, de algunas actividades o industrias ligadas a familiares, amigos ligadas al Gobierno de turno, para darnos cuenta de que, efectivamente, no lo es.

Me atrevo a decir que la economía panameña en algunas áreas es de monopolios y oligopolios disfrazada de libre mercado, como, por ejemplo, en la energía eléctrica, el transporte y los medicamentos, por mencionar unos cuantos, y en otras áreas el Estado se encarga de subsidiar, que no paguen impuestos, concederles terrenos estatales de manera gratuita; y, otorgar beneficios fiscales a otras industrias o actividades económicas, que distorsionan la ley de la libre oferta y demanda, causando elevados precios que no se basan en el valor real del mercado ni en la libre concurrencia y que son en parte, algunas de las razones por las cuales nuestro país es el sexto más desigual, excluyente e injusto del mundo, que hace, además, de la ciudad de Panamá la más cara de la región.

Analicemos en esta primera entrega al mercado de valores de Panamá, uno de los más grandes subsidios que existe en el país y que, además, se le otorga una serie de beneficios fiscales a los cuales no tiene alcance el resto de los panameños. Al igual que la banca, los del mercado de valores son unos privilegiados, su legislación es a través de un Decreto Ley, a saber, Decreto Ley 1 de 8 de julio de 1999; es decir, no es una ley formal de la República aprobada por la Asamblea Nacional. Me imagino que esto será así porque somos tan ignorantes que no vamos a saber nada del tema del mercado de valores por lo técnico del mismo, por consiguiente, fue mejor opción legislar desde el Consejo de Gabinete. Ese cuento me parece ya tan conocido. Por supuesto, se autorregulan por acuerdos.

Entre los múltiples beneficios que tienen, podemos mencionar la exoneración total del impuesto sobre la renta, del impuesto sobre dividendos y del impuesto complementario, sobre las ventas de valores emitidos o garantizados por el Estado, así como también la enajenación de valores vendidos en una bolsa de valores u otro mercado organizado. Por si fuera poco, exoneración total del impuesto de timbre, es decir, no pagarán dicho impuesto los valores enajenados por bolsa, así como tampoco ningún contrato, convenio ni otros documentos relacionados en cualquier forma con dichos valores, su emisión, suscripción, venta, pago, traspaso, canje o redención. ¡Qué maravilla!

¿Existe un análisis serio del Ministerio de Economía y Finanzas de las sumas que ha dejado de percibir en concepto de ingresos tributarios por estos beneficios fiscales? ¿Es realmente democrático el mercado de valores en Panamá? ¿A cuántos panameños han beneficiado? ¿Cuántos empleos directos e indirectos genera? En próximas entregas seguiremos analizando este tema.

Diputada de la República.
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