• 05/10/2021 00:00

¿Y el turismo qué, se fue de paseo?

“Queremos que el turismo genere riquezas. Mucha se podría lograr, si enfocamos los tantos recursos económicos que se pierden en gastos innecesarios, y se empodera a quienes están al frente de la Autoridad Nacional de Turismo”

Ahora anuncian, con bombos y platillos, los cuantiosos ingresos que esperan lleguen del llamado turismo de vacunas. Enhorabuena, que una idea positiva surja para activar tremendo nicho de nuestra economía. Pero ¿será suficiente eso? ¿Por qué no ir pensando ya en el turismo gastronómico, que tanto éxito ha tenido en el Perú, por los excelentes restaurantes que se han desarrollado a nivel nacional? Sin olvidar el ícono nacional, el Canal de Panamá, que, como la torre de Eiffel de París, jamás pasarán de moda. ¿No es hora de convertir a la Autoridad Nacional de Turismo (ANT) en una entidad eficiente y proactiva?

Una de las primeras cosas en que se fija un turista es en la limpieza de las ciudades que visita, en el caso nuestro, la de Panamá, la más concurrida. Pero ¿podremos algún día mostrar una ciudad donde las montañas de basura amontonadas no desagraden a tirios y troyanos? ¿Dónde al ciudadano y al turista se les dispense un trato cortés y educado, incluyendo las autoridades cuyo trabajo es recibirlos al llegar a Panamá?

Tenemos mucho que mostrar al visitante, muchísimo más que baratillos de tiendas en “Black Friday”. Sin embargo, no lo aprovechamos y no le sacamos el jugo como se debe. Voy a poner algunos ejemplos concretos.

Durante una visita a un hijo en EE. UU., estuve en un sitio maravilloso en las montañas de Colorado, donde la exitosa economía de la población se desarrolla en torno a manantiales de aguas termales. ¿Por qué nunca ningún Gobierno se ha propuesto desarrollar aquí algo parecido y que resultan abundantes en lugares como El Valle de Antón? En Costa Rica también hay manantiales termales y es mucho el provecho que allí se obtiene de esa ventaja natural. Ah, además, ir actualmente a algún lugar como El Valle, requiere de mucha paciencia para sortear la cantidad de huecos que se multiplican en sus carreteras y calles de acceso.

Ningún país en el mundo puede cruzar del Atlántico al Pacífico en menos de una hora. La belleza que se da en el recorrido del tren de Panamá a Colón, con los exuberantes verdes que se topan con la locomotora y sus vagones -con excepción del asqueroso muladar de basura que grotescamente se agolpa en antes de llegar a Colón- es algo que merece ser promocionado. Alguien me mencionaba que, de seguro, hasta Disney se interesaría en un parque de diversiones que también incluya al singular lago Gatún, en un momento el lago artificial más grande del mundo.

En la provincia de Coclé, por solo mencionar algunos sitios, visitantes al parque Arqueológico de El Caño quedan maravillados por los tesoros precolombinos que allí encuentran y los majestuosos cementerios indígenas descubiertos. Un sitio que, de casualidad, en su entrada en la Interamericana tiene un viejo letrero para indicarnos donde está. Natá de los Caballeros, es el primer sitio donde los españoles construyeron en el Pacífico una iglesia católica, exquisitamente preservada. Fue desde allí que los colonizadores pretendieron darle caza en Veraguas al aguerrido cacique Urracá. Otro tesoro turístico que no se enseña a los visitantes.

Otro destino histórico, que hasta el mismo general Torrijos lo hizo famoso a nivel internacional: isla Contadora. Preciosa y exuberante lugar, tanto como Taboga, donde ni siquiera hay un muelle para que los visitantes desembarquen. Otrora había un excelente hotel.

Queremos que el turismo genere riquezas. Mucha se podría lograr, si enfocamos los tantos recursos económicos que se pierden en gastos innecesarios, y se empodera a quienes están al frente de la Autoridad Nacional de Turismo. Iván Eskildsen es un administrador idóneo y capaz, pero está atado de manos ante los tantos que meten la mano en ese importante rubro de la administración pública. Caso de Samir Gozaine, coordinador del turismo con otras entidades, y el vicepresidente Carrizo, encargado de la supervisión de ese sector. Lo más delicado, según me explican interesados, es que todo proyecto de inversión turística, tiene que pasar por el ojo revisor de José Alejandro Rojas Pardini, el flamante ministro para la Facilitación de las Inversiones. Con esa estructura, difícilmente puede cuajar un buen proyecto, porque con tantos jefes, al final nadie termina mandando y, lo que se pretendía hacer, finaliza traspapelado en el escritorio de alguna secretaria.

Cada provincia tiene su belleza y sus pobladores la conocen. Hacen falta mentes abiertas en quienes dirijan el Gobierno nacional para promover el turismo como han hecho, con tanto éxito, vecinos como Costa Rica y Guatemala. Panamá es una mina de oro por donde la mires. Solo la tenemos que aprovechar mejor. Nadie nos puede quitar que somos el “Puente del Mundo y Corazón del Universo”.

Analista político.
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