• 13/10/2021 00:00

Enrique Chuez y la literatura panameña

“Muchas son sus novelas, cuentos que ha dejado para la posteridad y que deben reproducirse”

Recibo con tristeza y dolor la noticia del fallecimiento de mi gran amigo y compadre, uno de los grandes literatos panameños, Enrique Chuez. Tuvimos oportunidad de vernos en alguna de las ferias del libro, ya que venía padeciendo una larga enfermedad.

América Latina ha vivido históricamente convulsionada por la justicia y la opresión. Sus artistas, poetas y ensayistas, cuentistas y novelistas han asumido un papel preponderante al recoger en sus obras el sufrimiento popular y legarlo como testimonio, para que las nuevas generaciones, recuerden y no olviden.

La literatura panameña se ubica dentro de esa contingencia histórica. En Panamá, la presencia estadounidense en la Zona del Canal, la discriminación del “Silver Roll” y el “Gold Roll”, la lucha por la conquista del territorio, la impotencia ante la maquinaria bélica desplegada con prepotencia, han nutrido la obra literaria panameña.

Enrique Chuez presentó al público su novela Operación Causa Justa, editada por el Centro de Estudios Latinoamericanos, en donde narra la tragedia vivida por los habitantes de El Chorrillo, que desapareció bajo las bombas, los rayos láser, el pesado paso de las tanquetas y los incendios efectuados con alevosía. Enrique Chuez vivió muchos años en El Chorrillo. Ha estado involucrado en su evolución histórica, Chuez no señala en su novela: “que después de la invasión indudablemente que yo recibí un golpe tremendo, uno se queda en un agarrado de la vida, los ideales destruidos, todas las luchas nacionalistas, a nivel del pueblo y de la literatura, rotas, sentí un vacío al extremo que pensé que la literatura no tenía sentido, para qué escribir, la larga historia de una lucha antiimperialista y nacionalista aparentemente no exista, quedó en nada”.

En la novela Operación Causa Justa, Enrique Chuez trata de que El Chorrillo no se haga calle, que el genocidio no se borre de la memoria colectiva de los panameños, que las aplanadoras que nivelaron el terreno donde había casas, niños, voces, dolor y alegría, escuelas, cuarteles, iglesias, gimnasios, encuentros y desencuentros no desaparezca totalmente y que los lectores reciban y descarten del olvido a sus personajes. Muchas son sus novelas, cuentos que ha dejado para la posteridad y que deben reproducirse. A su familia, un abrazo, Chuez nos enseñó a comprender al verdadero panameño, a sus dolores y sus esperanzas. Un abrazo, amigo.

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