• 18/10/2021 00:00

Producción social de la salud

“[…] nuestro país tiene las fortalezas para abordar los determinantes que subyacen a la producción social de salud, y alcanzar la salud para todos en todos los lugares”

La primera vez que escuché hablar de la “producción social de la salud”, fue de los labios de mi maestro, el Dr. José Renán Esquivel, cuando iniciaba mi residencia en Pediatría. Recuerdo que el maestro nos enseñó a todos que la salud no se producía en los hospitales, sino en las comunidades, rematando con gran tino que, los hospitales, aunque necesarios para atender enfermos, representan el fracaso de la promoción de la salud y la prevención de enfermedades.

Hoy, luego de casi medio siglo transitando los caminos de la salud pública nacional e internacional, tengo clarísimo que ese concepto es fundamental para generar opciones viables y factibles sobre los dos asuntos fundamentales que considero tenemos que abordar como país: la Cobertura Universal de Salud y los Determinantes Sociales de la Salud, entendiendo que son los elementos subyacentes a la Producción Social de la Salud y absolutamente interdependientes para alcanzar la Equidad en salud.

En ese sentido, sin perjuicio del tremendo acervo bibliográfico disponible, le dedico esta reflexión a compartir una mirada retrospectiva a los fundamentos del tema que nos ocupa. Son compromisos adquiridos por diferentes Gobiernos panameños a lo largo de nuestra historia y deben orientar los lineamientos que surjan del Pacto Bicentenario para cerrar las brechas en el acceso a la salud y el bienestar.

Para comenzar, desde el año 1946, la Organización Mundial de la Salud definió la salud, como el “completo estado de bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad”. Esta definición introduce claramente dos elementos que deben ser fundamentales para los formuladores de políticas públicas: el referido al bienestar integral, a ser abordado desde los determinantes sociales de la salud y; la ausencia de enfermedad, a ser abordado claramente desde la red de servicios integrales de salud a la cual deben tener acceso todas las personas. Introduce claramente, hace 75 años, la necesidad de la producción social de la salud y la Cobertura Universal. ¡Ya es hora de que así sea!

25 años después, el Gobierno canadiense, desarrolla un modelo explicativo de la forma como se produce la salud en una población. Dicho modelo, constituye la base de los determinantes sociales de la salud, y anotaba que los factores que determinan la salud pueden ser agrupados en cuatro categorías: biología humana, medio ambiente, estilo de vida y organización de la atención de la salud. El informe hace un análisis de la mortalidad y morbilidad de Canadá en 1971 y concluye que los estilos de vida, los riesgos ambientales y la biología humana son responsables de la inmensa mayoría de morbimortalidad en ese país, por lo que el camino obligado comienza por el abordaje sistemático de los determinantes que subyacen a la producción de esas enfermedades. A pesar de ello, seguimos invirtiendo nuestros recursos en la construcción de megaobras.

Posteriormente, en la Declaración de Alma-Ata, se establece, de forma explícita, la interdependencia entre salud y determinantes sociales, al proponer un abordaje multicausal de los problemas de salud y una organización de servicios de salud que permitan cuidados de salud globales, continuos integrados y distribuidos equitativamente. Además, vincula todo lo anterior al desarrollo económico, proponiendo un nuevo orden económico internacional; destacando que la salud es esencial para mantener el desarrollo económico y social y la paz en el mundo. Como si fuera poco lo anterior, hace un llamado a todos los Gobiernos a establecer y mantener la Atención Primaria Sanitaria como parte de un sistema nacional de salud integrado y en coordinación con otros sectores, lo cual es un llamado al desarrollo de la Salud en todas las Políticas. Aquel compromiso sigue pendiente, y la brecha sigue abierta.

Finalmente, en 2005 la OMS puso en marcha la Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud, con el fin de recabar datos científicos sobre posibles medidas e intervenciones en favor de la equidad sanitaria y promover un movimiento internacional para alcanzar ese objetivo. Y fue así cuando, en 2008, esta Comisión nos ofrece su magnífico informe: “Subsanar las desigualdades en una generación: Alcanzar la equidad sanitaria actuando sobre los determinantes sociales de la salud”.

La Comisión hace un llamamiento a la OMS y a todos los Gobiernos para que tomen la iniciativa en la acción mundial sobre los determinantes sociales de la salud, con el fin de alcanzar la equidad sanitaria y formula tres recomendaciones principales: (1) Mejorar las condiciones de vida; (2) Luchar contra la distribución desigual del poder, el dinero y los recursos; (3) Medir la magnitud del problema, analizarlo y evaluar los efectos de las intervenciones.

Concluyo esta glosa reiterando que nuestro país tiene las fortalezas para abordar los determinantes que subyacen a la producción social de salud, y alcanzar la salud para todos en todos los lugares. Pero la producción social de la salud no es asunto exclusivo del presidente y su equipo, requerirá de nuestra participación efectiva en las etapas de la gestión integral del proceso de transformación del sistema de salud y del desarrollo de un modelo económico incluyente, que propicie la producción social de la salud.

Médico, exrepresentante de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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