• 03/11/2021 00:00

Apuntes históricos: la realidad sobre el 3 y 4 de Noviembre de 1903 (1)

“[…], […], se da la conformación de cuatro fuerzas: la francesa, a través de la Compaigne Nouvelle, […]; la de los estadounidenses; la de los colombianos; y, la panameña”

¿Cómo y qué motivó la conspiración para separar a Panamá de Colombia?

En primera instancia, para 1886 es derogada la Constitución de Río Negro, que propiciaba la división política-administrativa por departamentos, y era un Gobierno federal, estableciendo un Gobierno unitario y centralista en todos los aspectos políticos y económicos. Panamá pierde las pocas libertades del Estado federal; tal como explicaba el Dr. Celestino Arauz, el Istmo se convirtió en una comunidad extraña para la aristocrática Bogotá. Este fue el primer problema. La situación política.

La otra causa fue el fracaso del proyecto del canal francés, en 1889, que concluyó en un rotundo fraude, incluyendo el “escándalo financiero” que supuso la bancarrota de los accionistas privados, como lo era el pueblo francés.

No había proyectos económicos exitosos a la vista. Para colmo de males, la guerra entre liberales y conservadores, que había iniciado con la batalla de Bucaramanga en la provincia de Santander, desbocó en la Guerra de los Mil días, 1899-1901, la cual termina con la derrota de los liberales, el exilio del Dr. Belisario Porras y el fusilamiento del general Victoriano Lorenzo. Esta fue otra importante causa: la guerra.

Panamá estaba en su punto más decadente, de ahí que se recordará la frase del Dr. Rufino Cuervo en 1840: “El que quiera conocer a Panamá, que venga, porque se acaba”, dicha 63 años antes, tras el intento de separación del general Tomás Herrera, precisamente provocado por la inestabilidad política de Colombia, esa era otra importante causa.

Aparece el proyecto del Tratado Herrán-Hay, el 22 de enero de 1903, el cual dio vanas esperanzas a todos los istmeños. Menciona el Dr. Armando Muñoz Pinzón que, según Juan B. Sossa y Enrique Arce, en el “Compendio de historia de Panamá”, de 1911 a tan solo ocho años de la separación, que solo los extranjeros y los comerciantes estaban de acuerdo con este Tratado. Nosotros consideramos que todos tenían esperanza en el Tratado para llevar al Istmo de Panamá a un sitial entre los pueblos del mundo.

Por otra parte, existían claras diferencias entre Bogotá y Panamá, además, no éramos xenofóbicos, éramos liberales, con una economía de servicios y de negocios, aun el pueblo llano en sus capacidades, también lo practicaba; los rubros económicos eran diferentes para Colombia, la minería y la agricultura en esta, por ejemplo, dominaba el monocultivo del café, que tenía una cotización importante en el mercado internacional; además, la clase política que dominaba en Colombia era conservadora; y, por otra parte, el dinero que se pedía por el Herrán- Hay no iba a entrar a las arcas del Istmo, sino al tesoro del Gobierno centralista colombiano.

El rechazo al tratado se da el 12 de agosto de 1903. Esta fue la última causa.

Antes de ello, según menciona el Dr. Celestino Arauz, en su obra “Relaciones entre Panamá y Estados Unidos”, el Consejo Municipal de Panamá, para junio de 1903, emite una resolución, en donde dice: “con el Canal, Colombia vendría a ocupar el primer puesto de los asuntos internacionales de Suramérica, y para el Istmo este canal es una cuestión de vida o muerte”. Es decir “Alea Jacta est”. La suerte estaba echada.

Panamá, hasta ese momento, aún pensaba que podía solucionar sus viejos problemas con Colombia y de paso levantar la economía; en ello no existe pecado alguno, ese era el clamor del pueblo de la ciudad de Panamá, mejorar su situación económica como merecía hacerlo.

El historiador estadounidense Gerstle Mack, en su obra “La tierra dividida”, nos informa que “la inclusión de tres prominentes oficiales de la Compañía del Ferrocarril de Panamá, los abogados Ricardo Arango y Manuel Amador Guerrero y el capitán James Beers, no fue coincidencia, ya que este último contactó al abogado Nelson Cronwell, el cual era partidario de dicho tratado por motivos financieros. De esta comisión se conformaría la Junta Revolucionaria.

Como mencionamos, todo se derrumba para agosto de 1903, y es ahí, no antes, que la rueda de los acontecimientos empieza a girar de manera vertiginosa. Panamá se decide por la separación, era una cuestión de supervivencia, porque a Colombia no le importaba el Istmo.

Empieza la conspiración, en donde coincidimos con el Dr. Armando Muñoz, en su obra “El 3 de Noviembre de 1903: legado e infortunio y destino nacional”, se da la conformación de cuatro fuerzas: la francesa, a través de la Compaigne Nouvelle, en franca quiebra y desesperación; la de los estadounidenses; la de los colombianos; y, la panameña.

Para el 22 septiembre de 1903, se adhiere a la gesta Phillippe Bunau Varilla, reunido con Manuel Amador, en el Hotel Astoria, en New York. Este logra, primero la adopción definitiva de la ruta panameña y, por ende, el apoyo del Gobierno de EUA a la gesta.

Estas fueron las causas, indiscutibles; ahora, ¿cómo se resolvió la separación misma?, ya que ni Roosevelt ni Bunau Varilla ni Cronwell estaban en Panamá. Ello lo discutiremos en el segundo apartado.

¡Porque ahí valió la sagacidad de una María Ossa de Amador y ahí también estaban, esperanzados y decididos, los próceres de la revuelta y el pueblo de Panamá!

¡Salud, compatriotas!

Abogado, profesor de Filosofía e Historia.
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