• 07/11/2021 00:00

Juan Antonio Henríquez, prócer de la gesta separatista de Panamá de Colombia

“El 3 de Noviembre se declaró la separación, pero en los días subsiguientes, 4 y 5, ocurrieron acontecimientos de mucha presión y angustia, tanto para la población colonense como para los próceres en la capital […]”

Durante los acontecimientos que llevaron a la Separación de Panamá de Colombia, la ciudad de Colón juega un papel decisivo en toda la lucha emancipadora. Indudablemente, la construcción del Ferrocarril de Panamá, de 1850 a 1855, señalaba la importancia de la comunicación entre las ciudades terminales de Panamá y Colón.

Para EE. UU. estas dos ciudades tenían grandes posibilidades para el desarrollo ferroviario, indudablemente por su interés de controlar el paso expedito entre los dos océanos que bañan el istmo panameño como factores determinantes. El crecimiento del comercio, la urbanización y la industrialización del momento plantearían nuevos desafíos al sector transporte, que solo el ferrocarril era capaz de superar.

El ferrocarril transportaría grandes volúmenes de bienes, como minerales de todos los grados y productos a granel que son mercados naturales para los ferrocarriles. Ese importante trasiego de mercancía y la existencia de muchos pueblos a lo largo de la línea férrea servirían para promover el desarrollo de transportes eficientes y de alta capacidad.

Una mayor sensibilidad a los problemas ambientales y de seguridad conducirá a las autoridades del sector ferroviario para sensibilizar a la opinión pública y generar apoyo social por la reducción de costes externos extremadamente elevados por las recuas de mulas en el Camino de Cruces, que, a menudo, sufrían atascos, insalubridad, accidentes y asaltos; vinculado al aumento constante de la inseguridad en los tramos acuáticos.

Un aspecto muy importante, para la ciudad de Colón es el singular trazado -para la época en América Latina- de su espacio urbano, que fue diseñado por EE. UU., al estilo de la ciudad norteamericana de Filadelfia.

La compañía del ferrocarril llamó a esta ciudad Aspinwall, pero el Gobierno colombiano rechazó este nombre y la denominó Colón. Unos y otros utilizaron ambos nombres durante casi 40 años, hasta que, por orden oficial, el Correo de Colombia se negó a entregar correspondencia dirigida al poblado de Aspinwall, de modo que, a partir de 1890, se conoció con el nombre de Colón.

A pesar de los múltiples beneficios que aportaba el ferrocarril para Colombia, la compañía, al mando de un insigne panameño, Juan Antonio Henríquez (1860-1915), se convertiría en uno de los elementos centrales de reto a la soberanía nacional y una de las claves para entender el proceso de secesión de Panamá en 1903.

Entre los antecedentes a la secesión de Panamá de Colombia, está la Guerra de los Mil Días que había dejado devastado al departamento de Panamá, entre octubre de 1899 y mayo de 1902, culminando con el fusilamiento, el 15 de mayo de 1903, del general Victoriano Lorenzo, indígena panameño y guerrillero liberal, quien se negó a aceptar los términos que pusieron fin a la guerra. Otro hecho, fue la quiebra de la compañía del Canal Francés y el hambre y la desesperación que ese hecho significaba para grandes masas de trabajadores panameños y extranjeros. De manera que, la posibilidad de que EE. UU. retomaran la construcción del Canal abría un espacio de esperanza laboral, para el pueblo panameño.

Por otra parte, el sentimiento separatista venía fortaleciéndose desde el 18 de noviembre de 1840, cuando el prócer panameño general Tomás Herrera, independizó el Istmo de Panamá de la Nueva Granada o Colombia. Y, en Panamá existían movimientos separatistas panameños desde la llegada de José Domingo de Obaldía al Gobierno. No obstante, tuvieron mayor importancia desde que el político istmeño José Agustín Arango comenzó a preparar dicha secesión a través de una junta revolucionaria secreta.

En Colón, Juan Antonio Henríquez, era miembro activo de la Junta Revolucionaria y combinaba sus labores como superintendente de trenes con las reuniones propias de la Junta Revolucionaria. Tenía consciencia de la gran responsabilidad que significaba tener control del ferrocarril. Por lo que, en su posición, demostraba determinación e inteligencia inquebrantable. Su verdadera obsesión no era el poder ni la riqueza personal, sino la independencia total del Istmo.

Cuando, el 22 de enero de 1903, EE. UU. y Colombia firmaron el Tratado Herrán-Hay y que el Senado colombiano lo consideró como desventajoso, rechazándolo. Juan Antonio Henríquez comprendió que ya era tiempo de acelerar las actividades de concienciación entre la población esperanzada en conseguir un empleo con los estadounidenses en la retoma de la construcción del Canal.

El 3 de Noviembre se declaró la separación, pero en los días subsiguientes, 4 y 5, ocurrieron acontecimientos de mucha presión y angustia, tanto para la población colonense como para los próceres en la capital, que esperaban ansiosamente noticias de lo que podría suceder en Colón y que ponía en riesgo la recién declarada República.

Porque, al enterarse el Gobierno colombiano de que Panamá había declarado su independencia, envió a las costas de Colón los barcos colombianos “Cartagena” y “Alexander Bixio”, con 500 soldados listos para sofocar la rebelión.

Y, allí es donde se yergue la figura del Ing. Juan Antonio Henríquez como prócer de la independencia patria. Puesto que, junto a las autoridades de la ciudad y, en su calidad de superintendente de trenes, logró evitar que los soldados colombianos se trasladaran a la capital. Un hecho que motivó su histórico telegrama que esperaban con ansias los próceres de la separación de Panamá de Colombia; cuyo texto reza de la siguiente manera: “Solo ahora, 7:30 p. m., puede decirse que la independencia de Panamá está asegurada”.

La importancia del superintendente de trenes, para la época desde la incipiente ciencia de la logística de transporte, se refleja en el modelo Prusiano de 1870. La ciudad de Colón ya había logrado superar los errores del siglo XIX en diseño y en la cadena de suministros. Henríquez se había adelantado a la época, por manejo preclaro de los principios del transporte terrestre que, en la guerra de 1914, el tren era la principal herramienta en la cadena de suministros.

De esta manera se consolida la gesta separatista de 1903 y el valor primordial de la ciudad de Colón en la lucha.

(*) Docente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Panamá y bisnieto de Juan Antonio Henríquez.
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