• 17/02/2022 00:00

Acoso sexual: su prevención, una tarea pendiente

“[…] hay una tarea pendiente desde las leyes 4 de 1999 y 7 de 2018, y es necesario que, en todos los niveles educativos y laborales, se cuente con un Protocolo de Acoso sexual, […]”

Día a día compartimos espacios de trabajo o de estudio y cumplimos nuestras tareas en un ambiente acogedor, esperando una actitud de respeto de nuestros compañeros, colegas, jefes y profesores, aunque, en ocasiones, ese entorno se convierte en tóxico, y estresante, cuando se nos dificulta la relación de trabajo y de estudio, mediante el acoso sexual.

El acosador sexual es una persona de cualquier edad, sexo, profesión u ocupación. Una mujer, “que acosa sin piedad cada mañana “en la canción de Perales”, o una persona del sexo masculino, como ocurrió con las noticias de acoso en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI).

El “modus operandi” de un acosador, no es casual. Él hace una selección cuidadosa de la víctima, sea hombre o mujer, es un sujeto narcisista, controlador, tiene habilidades para chantajear, realiza su conducta de manera repetitiva, con gestos, palabras ofensivas o eróticas, acercamientos corporales indeseados en pasillos u otros lugares por motivos sexuales, hasta que consigue lo que quiere, o cuando la “presa muerde el anzuelo”.

En Panamá, el acoso sexual es un delito contra la libertad sexual, en que las víctimas no están en condiciones de decidir libremente si satisfacen o no las pretensiones sexuales del acosador, pues, de no hacerlo, pueden verse perjudicadas en sus expectativas laborales, en su estudio (Carmona Salgado).

En 2018, se adoptaron medidas preventivas, de protección y responsabilidades respecto al acoso, determinando qué tanto el Ministerio de Educación, la Universidad de Panamá, el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral y el Ministerio de Desarrollo Social debían promover, desarrollar estrategias y una política interna para la prevención del acoso (art. 5-6), aunque, los avances no han sido los esperados.

Sin embargo, en el ámbito empresarial, desde 2019, se cuenta con un Protocolo para identificar, prevenir y atender la violencia de género del Mides, elaborado juntamente con Sumarse, Inamu, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), además de que, a nivel individual empresarial, se ha abordado este tema.

En cuanto al ámbito universitario, la Universidad Tecnológica de Panamá cuenta en fecha reciente con un Procedimiento para las denuncias de violencia de género, mientras que, en general, los establecimientos universitarios tienen, por el momento, un Reglamento de Ética, como sucede con la Universidad de Panamá, lo cual no ha impedido la destitución de profesores por acoso sexual en perjuicio de las estudiantes.

Antes de terminar, para efectos de una efectiva promoción y protección contra el acoso sexual en nuestro país, hay una tarea pendiente desde las leyes 4 de 1999 y 7 de 2018, y es necesario que, en todos los niveles educativos y laborales, se cuente con un Protocolo de Acoso sexual, pues no podemos seguir normalizando, silenciando y siendo quizás cómplices de esta pesadilla que generalmente sufren las mujeres que no denuncian estos hechos, para no correr el riesgo de ser calificadas de “inestables o provocadoras del mismo por su vestimenta”, lo cual conduce a que frecuentemente se vean obligadas a renunciar a su trabajo o, por el contrario, acceder a la petición del acosador, por miedo a perder su trabajo, ser estigmatizadas o ser afectadas en sus calificaciones.

Notas: Ereida Prieto-Barreiro, “Botan a docentes por acoso en la UP”, Panamá América, 27/12/2009; Oscar Martínez, “Destituyen a 10 docentes por acoso sexual y malos manejos”, Panamá América,15/5/2003.

Catedrática de Derecho Penal, UP.
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