• 25/02/2022 00:00

¿Cuál es el problema?

“Note usted, amigo lector, el Pueblo es el que ayuda al Pueblo. No son los que se triplican los salarios, y se enquistan en puestos de por vida, parasitando el dinero de todos. Es el Pueblo el que ayuda”

Inmunidad de rebaño. Comportamiento de rebaño. ¿Malas elecciones de rebaño? A los ciudadanos se nos compara con ovejas, y algo de razón hay en eso. Tendemos a no querer pensar por nosotros mismos, y optamos por mirar a nuestro alrededor para ver qué hacen los demás, basando así nuestra “elección” en lo que vemos hacer a la mayoría. Hemos ido más allá de considerar lo bueno, o lo malo, minimizando la importancia de las cosas en pro de la automatización.

Hace falta tan solo que algo nos haga mirar a la derecha, o a la izquierda, para que todo el rebaño enfoque absolutamente el total de su atención en lo que nos quieren hacer ver. Es un arreo premeditado, y bien estudiado. Estos “perros pastores” saben qué nos espanta, y se apoyan en ese conocimiento para llevarnos hacia donde ellos quieren. Nos mantienen en el redil, aún si no vemos alambradas. Nuestra mente es nuestra prisión, y nuestras malas elecciones nuestra condena.

Hace semanas que se han venido dando muchos comentarios de los autonombrados expertos en Panamá, con referencia a los escritos que hace Rubén Blades en sus redes sociales. Por supuesto, la mayoría de los panameños hemos seguido con interés la discusión unilateral, dejando claro que los únicos que discuten son los expertos criollos. El señor Blades se ha limitado a aclarar los comentarios de los “expertos” que, en no pocas ocasiones, se han atrevido hasta a vaticinar intenciones, cual si pudieran leer las mentes.

¿Cuál es el problema? Sencillo. Rubén Blades ha dicho que Ricardo Lombana, líder del recientemente formado partido político, Otro Camino, sería una opción viable como candidato a presidente en las próximas elecciones, que aún no lo es. Ha dicho esto, sin siquiera eliminarse él mismo de los posibles candidatos. También dijo que la intención es buscar opciones nuevas, y fundamentadas, para llenar esos puestos de elección.

Ardió Troya. En una reacción, que debía por sí sola explicar las intenciones de los partidos de siempre, las declaraciones del señor Blades lograron lo imposible. Los partidos políticos, que se detestan entre sí, supuestamente, están de acuerdo en algo. Todos están de acuerdo en que “uno de nosotros, no es como los otros”, y lo han dejado en evidencia al atacar conjuntamente tanto a Rubén Blades como a Ricardo Lombana. ¡Juuummm! Sospechoso, por decir lo menos.

¿Cuál es el problema? Si Ricardo Lombana no jala gente, y si Rubén Blades es un artista, no una figura con un caudal de aceptación entre la población, esos ataques estarían fuera de lugar. Pero ahí está el detalle. Los partidos de siempre, aún si se cambian de nombre o generan satélites para buscar fueros, ven algo diferente en la propuesta de uno, y en los comentarios del otro. ¿Qué es lo diferente? Ninguno de los dos quiere figuritas repetidas ni zombis reciclados, o al menos eso dicen. Y se basan, tanto Ricardo Lombana como Rubén Blades, en algo básico. Si votas por alguien que jamás ha estado en los círculos de poder y llega a ganar, hay dos posibilidades. La primera, que haga todo nuevo, con la que ganamos todos, incluso los que les den contra, porque aún no entienden que están siendo “arreados” por los partidos de siempre. La segunda opción es menos alegre. Terminan siendo “la misma vaina con diferente pitongo”, y Panamá sigue yéndose al carajo, como desde hace décadas.

Entonces, ¿por qué es diferente lo que plantean, de lo que nos ofrecen los de siempre? Ajá. Esa es la pregunta adecuada. Los partidos políticos de siempre, todos sin excepción, tienen un estándar definido, y ese sí lo mantienen con una disciplina envidiable. Todos suben criticando a sus predecesores, todos ofrecen tener las soluciones a los problemas que sus propios partidos han causado, jamás permiten que suba alguien que no responda a los intereses del colectivo (que en los partidos de siempre también hay gente buena, pero no manda) y una vez arriba mutan de venderse como servidores públicos para transformarse en señores feudales, nos guste o no, porque “la ley se los permite”. Vaya gentecita. El estándar de los partidos de siempre nos asegura una cosa, y esa es que tenemos un 100 % de posibilidades de que nada cambie.

Tener 50 % de posibilidades de que las cosas mejoren, aunque sea un poco, es un mejor trato que tener 0 % de posibilidades de que eso suceda. Y por eso los “perros pastores” de la política están ocupados tratando de evitar que el rebaño vea la puerta abierta a una posibilidad real de cambio, que está frente a nuestras narices, pero que no vamos a ver jamás, si seguimos reaccionando como se espera de nosotros.

Basta de buscar salvadores. Tenemos que unirnos en contra de los malos.

¿Quién ha apoyado al Pueblo, en esta época de crisis? El vecino que le da fruta de su patio al vecino sin trabajo. El ciudadano que sabiéndose enfermo, se aísla para no contagiar a los demás. Los buenos funcionarios que van más allá de sus trabajos para ayudar a la comunidad. Note usted, amigo lector, el Pueblo es el que ayuda al Pueblo. No son los que se triplican los salarios, y se enquistan en puestos de por vida, parasitando el dinero de todos. Es el Pueblo el que ayuda. Ayudémonos, pues, a salir de este círculo vicioso.

Dios nos guíe.

Ingeniero
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