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- 05/04/2022 00:00
A Nieves Sola: nuestra gratitud
El 1 de abril del presente año, cumplió 100 años de vida la hermana Nieves Sola. A sus 20 años de edad ingresa a la Comunidad Esclavas de Cristo Rey. En 1951, llega a Venezuela en el primer grupo de hermanas que la congregación envía al continente americano. Su vocación misionera la realiza en Colombia y Venezuela hasta 1971, año en que llega a Panamá, a la Casa de “EMAUS”. El 29 de julio de 1974 comienza la obra misionera en Chilibre, con las hermanas Sagrario Santiesteban (q. d. p.), Carmen Hernandorena y Asunción García.
Fue en 1978 cuando tuve la oportunidad de conocer a la hermana Nieves, y a través de ella a las otras hermanas. Hicimos reuniones en distintos sectores del corregimiento de Chilibre, Agua Buena, La Esmeralda, Pedernal, La Unión, San Vicente, La Loma. En estas reuniones estaba presente, además de impulsar y promover las mismas, la hermana Nieves. Así logramos que se instalaran postes de la energía eléctrica en el sector de La Loma, con el apoyo del ingeniero Carlos (Cao) Rodríguez. Igualmente se mejoró el camino de La Loma.
Realizamos además una lucha que fue muy importante para todos estos sectores, que fue lo del agua. Chilibre es el corregimiento más grande en extensión territorial del distrito de Panamá, el mismo fue recorrido por la hermana Nieves cientos de veces. Conoce perfectamente las necesidades y vicisitudes en las cuales viven las familias. En Chilibre está la planta potabilizadora de Agua que da el vital líquido hasta la ciudad de Panamá; sin embargo, las comunidades de Chilibre no tenían agua potable. Allí comenzamos reuniones en todas las comunidades, primero definir cómo lo íbamos a hacer y cuál sería la participación de las comunidades. Establecimos primero enviar notas a las autoridades del Idaan y plantearles el problema, luego los invitamos a una reunión, esto transcurría y no había respuesta. Fuimos a los medios para demandar públicamente la necesidad, solo en la Escuela John F. Kennedy habían 1500 niños y niñas que asistían a la misma y no tenía agua. Hicimos una asamblea en la que participaron alrededor de unas 700 personas, y debo decir que la hermana Nieves fue un pilar fundamental en la invitación y en la firmeza de hablar con los moradores para que asistieran a la asamblea.
En dicha asamblea, se acordó ir a las oficinas principales del Idaan, saliendo a las 6: 00 a. m. de la Escuela John F. Kennedy, en buses hasta la entrada a vía Brasil. Habíamos conseguido dos buses de un señor que era el dueño de los buses de allí mismo de Chilibre, la noche antes, no sé cómo, la hermana Nieves se enteró de que el señor no iba a facilitar los buses, que era pagando, por su relación con el representante de corregimiento, que no había hecho nada para apoyar nuestra demanda. Efectivamente el representante había pasado indicando que la protesta “no iba porque ya todo se había solucionado”, cosa que era falsa. Muy temprano, conseguimos dos buses de Alcalde Díaz y llegamos a las oficinas del Idaan. Nos recibió el ingeniero Estribí, que en ese momento era el director de la institución, se comprometió a instalar una planta de bombeo en el puente de Don Bosco. Le dijimos que, si en un mes no estaba instalada, cerraríamos la Transístmica, él se comprometió y faltando dos días inaugurábamos la estación de bombeo. Que le garantizó el agua por varios años a las comunidades antes indicadas.
La hermana Nieves promovió en cada una de estas comunidades un programa de formación a las mujeres, elevando su autoestima, indicando los derechos y la importancia de la participación de la mujer, en la toma de conciencia de nuestras realidades. Para garantizar su asistencia, se hacían manualidades, repostería, en fin, lo que el grupo definiera. La hermana Nieves fue promotora desde la Pastoral Social y las Comunidades Eclesiales de Base, de la Feria Campesina que se hace con las comunidades del lago Alajuela. Es una feria que no hay un solo milímetro de bebidas alcohólicas y reúne entre cinco y diez mil personas a lo largo del día, todas las comunidades participan trabajando, haciendo comida para la venta, y se venden productos cultivados en las propias comunidades. Es una actividad muy bonita. La hermana llevaba a cabo la palabra del Evangelio, en distintos sectores, era muy grato escuchar la reflexión que hacía en bien de todas y todos, pero el mayor énfasis lo dedicaba a la importancia que tienen las mujeres, y que dejaran de ser sumisas y asumieran un rol más decisorio. A cientos de jóvenes la hermana Nieves orientó, jóvenes que hoy son personas con principios y comprometidos con sus comunidades.
Al cumplir la hermana Nieves cien años de edad y 48 de estar en Chilibre, le expresamos nuestra gratitud, por todas las mujeres, jóvenes en quienes despertó un compromiso con la comunidad, con sus semejantes; de igual manera al equipo de hermanas que han laborado y laboran en el Rancho Parroquial de Chilibre, a compañeras como Mary Pineda, Gladys, Querube, Blanca, Deyanira, Rosa López, Yirza y muchas muchos más que son producto del caminar por una justicia social.
Gracias, gracias, hermana Nieves.