• 27/04/2022 00:00

Un nuevo periodo en Francia

“Este escenario permitirá a Macron insertar a su país en una dinámica prosperidad, que ojalá sea integral y que concilie a una sociedad caracterizada por su compleja diversidad”

El candidato Emmanuel Macron del partido La República en Marcha ha ganado la segunda vuelta de las elecciones en Francia el pasado domingo. Su oponente Marine Le Pen no logró el respaldo de otras fuerzas políticas que quedaron desplazadas en la primera oportunidad, pero sus posibilidades subieron algo ante un conjunto de factores que gravitan en la turbulenta vida política del país galo.

En los resultados que fueron hechos públicos al final de la jornada de votación, Macron obtuvo el 58.8 % y Le Pen, 41.2 %; la primera vez que se enfrentaron en la segunda vuelta, el ganador había obtenido el 66.1 % de los votos y su contendiente, el 33.9. En esta ocasión la diferencia se redujo y el balance es un poco más estrecho. Sin embargo, la candidata perdedora, de la corriente extrema derecha, ha logrado avances significativos.

Macron ejerció un primer periodo y sus fuerzas de juventud (el mandatario más joven en la historia francesa), que le habían hecho superar a sus antiguos colegas de partido y llegar a esa posición, se vieron disminuidas por diversos factores en su administración que ahora culmina: las reformas de la ley laboral y de la Compañía Nacional de Ferrocarriles, el caso Benalla (juicio al responsable de seguridad presidencial) y la campaña de los chalecos amarillos.

En veinte años, Macron es el primer presidente reelegido. Apeló en su discurso inicial, a la unidad del pueblo; éste vive conflictos internos con el desmejoramiento de la calidad de vida, la pandemia de la COVID-19 y ecos de la guerra entre Rusia y Ucrania, que pone en entredicho la unidad del continente.

Durante la gestión de Macron hubo avances socioeconómicos y también conflictos que aún enfrentan al Estado y la sociedad civil; sin embargo, la sensación que existe en la Unión Europea es positiva, dado que el programa propuesto por el aspirante ganador tiende a fortalecer el organismo regional y darle mayor consistencia en sus políticas frente a las contrariedades derivadas del clima bélico en sus fronteras regionales.

En atención a la situación nacional y la configuración de un proyecto para esta segunda administración, Macron ha dicho que será “la invención colectiva para nuevos retos”. Con esto, estará “al servicio de la humanidad y la juventud”. Es la forma de encarar un alto índice de abstención a esta elección que alcanzó el 28 %, uno de los más altos de los últimos tiempos.

Los motivos de estas cifras y la tendencia alcista que tuvo su oponente, le han impulsado a sostener que “…la ira de los que votaron por Le Pen debe ser abordada”. Es una forma de calmar los cuestionamientos del proyecto adversario. Las elecciones legislativas que se realizarán en junio, serán el gran termómetro de los resultados recientes y permitirán agrupar a los grupos políticos en torno al sector oficial o, por el contrario, con sus antagonistas.

Uno de los grandes enfrentamientos entre el Ejecutivo y el Legislativo será el proyecto de aprobación de una ley que propone el mandatario, de subir la edad de jubilación de 62 a 65 años. Estas y otras demandas mantienen a varios sectores de la población con manifestaciones, paros y campamentos para llamar la atención y además, atraer a distintas fuerzas que protestan contra el Gobierno francés.

Colectivos de variado signo ideológico forman la vida política de este país europeo, que ha avanzado con diferentes palpitaciones, pero que hacen que aquellas ideas tradicionales sean poco a poco superadas por nuevos alientos. Ellos se enfrentan a los problemas contemporáneos y han dejado atrás aquellos aires de gloria de una Francia que hoy cambia y mira hacia afuera.

Este escenario permitirá a Macron insertar a su país en una dinámica prosperidad, que ojalá sea integral y que concilie a una sociedad caracterizada por su compleja diversidad.

Periodista
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