• 24/07/2022 00:00

Tengo esperanza en nuestro poder curativo

Muchas personas no saben ni tienen idea de lo que es una dieta saludable. Y como siempre, cuando algo es novedad, la primera pregunta es, ¿y cómo encajo en todo esto?.

Muchas personas no saben ni tienen idea de lo que es una dieta saludable. Y como siempre, cuando algo es novedad, la primera pregunta es, ¿y cómo encajo en todo esto?

Para los miles y miles de personas que no saben sobre la relación directa entre la salud y los alimentos que comen, lo primero que les sugeriría es que inviten a las autoridades del Ministerio de Salud para que los capaciten y eduquen, y les expliquen en términos claros y fáciles de entender, cómo es que funciona todo esto para que lo conozcan y pongan en práctica. Por supuesto, yo he vivido gran parte de la vida viendo temas sobre nutrición, estilos de consumo y hábitos de vida, con la aclaración que no siempre fueron buenos. ¡Sí!, yo tuve períodos y episodios en mi vida donde maltrataba el cuerpo con comidas chatarra, ingesta de alcohol y parrandas hasta amanecer.

Pero la suposición que mucha gente hace es que cuando el cuerpo se maltrata y nuestros hábitos de vida son indisciplinados, piensan que el daño ya está hecho. Y se preguntan que si alguien ha estado comiendo mal durante toda su vida, ¿cuánta esperanza hay, de manera realista, que se puedan lograr resultados positivos en la salud si hay cambios en la dieta?

Esto nos remite a uno de los principios más primitivos que existen sobre nuestra naturaleza animal, y es que existe una fuerza curativa en nuestros tejidos. Cada vez es más asombroso cuando vemos los cambios en algunas personas simplemente cuando mejoran sus dietas. Hemos visto y observado a personas enfermas con arterosclerosis grave, con todas las placas tapadas y arterias obstruidas, que habían comido por 30-40 años una dieta occidental estándar, y luego de iniciar una dieta basada en alimentos no procesados, 18-24 meses después, las placas se derritieron y las arterias se abrieron. Eso es asombroso y debería serlo para todos, incluyendo a los médicos.

Hemos visto a fumadores empedernidos que cuando dejan de fumar y salen a caminar todos los días y, en cuestión de semanas, se observan cambios notables en la función pulmonar. Las sibilancias se detienen, sus niveles de oxígeno aumentan. Igualmente, hemos visto a personas que han tenido colitis durante años  y dejan de comer carne y su pared intestinal se cura. Y así, este cuadro inflamatorio de una variedad diversa de enfermedades, cesa en el instante en que se comienza a consumir una dieta basada en plantas y alimentos integrales.

Usted elija una enfermedad y yo les diré, no subestime su cuerpo. No subestime ese poder curativo. Y muy por el contrario, llámalo y despiértalo. Solamente hay que apoyarse en lo esencial y en lo básico, como decía Hipócrates, quien fue el primero en concebir que el proceso de la curación natural podía obtenerse por medio del reposo, una dieta adecuada, aire fresco y limpieza corporal. Si alguien ha tenido un derrame cerebral devastador y acaba de perder la mitad de su cuerpo, no sería consecuente decir que con dos dientes de ajo y un nabo, esa persona mágicamente saldrá corriendo carreras de cinco millas.

Los tejidos del cuerpo se dañan por varios procesos de enfermedad. Es posible que no regresen al 100%, pero nunca se sabe hasta que se intenta y hacemos todo lo posible para ayudarlos en su recuperación luego de una lesión. Y en cuestión de tiempo, uno nota esa poderosa fuerza curativa. Comida saludable tras comida saludable, semana tras semana, y mes tras mes, luego de que los ingredientes nutritivos de los alimentos, esos encantadores fitonutrientes y potentes enzimas antiinflamatorios, bañan nuestros tejidos y cosas buenas comienzan a suceder.

Al dar ese paso, al hacer esa acción, al adquirir ese compromiso y al caminar por el sendero de una alimentación saludable y una vida saludable, definitivamente optimizamos nuestras posibilidades. Y por acto de la divina naturaleza, se abre la puerta a una especie de curación milagrosa. Es normal que esto nos sorprenda por lo que nos sucede. En nosotros ocurren cambios radicales: mejor digestión, mejor respiración, mejor circulación, mejor eliminación, mejor capacidad inmunológica, más productividad laboral, mejor rendimiento escolar, más eficiencia motora, mejor desempeño deportivo, etc.

En el mundo de hoy, en el que existen muchos factores que afectan profundamente nuestras vidas, es responsabilidad de cada uno de nosotros ponernos en la tarea de buscar y encontrar un mejor futuro. Sin temor a equivocarme, les aseguro que esa tarea inicia en el momento preciso que comenzamos a comer más saludablemente.

Empresario, consultor de nutrición y asesor en salud pública
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