• 17/08/2022 17:50

Canasta básica de alimentos: Génesis y evolución

Contrario a quienes hoy en el diálogo impulsan la rebaja del precio de alimentos creyendo que así se resuelve el problema, los mismos desconocen que se trata de encuestas con un tamiz científico nutricional

La definición que proporciona el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP), señala que la Canasta Básica Familiar de Alimentos (CBFA) es el “Mínimo alimentario conformado por un conjunto de alimentos básicos, en cantidades apropiadas y suficientes para satisfacer por lo menos las necesidades energéticas y proteínicas de la familia u hogar de referencia”.

Dicho en un lenguaje más sencillo, es el conjunto de productos básicos que conforman la dieta usual de la población, en cantidades suficientes para cubrir las necesidades energéticas de cada persona.

La primera CBFA de Panamá se construye en 1980, tomando como referencia la Encuesta Nacional de Nutrición realizada por el INCAP en 1967. Posteriormente, se levantan varias encuestas (1980, 1983 y 1985) por el Ministerio de Planificación y Política Económica (MIPPE), hoy día el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) elabora una nueva CBFA, pero específicamente para la Ciudad de Panamá.

En 1988 se revisa nuevamente la estructura de la CBFA con la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) realizada por la Contraloría General de la República y para 1990 se establece una nueva estructura de la CBFA para la ciudad de Panamá.

En 2002 se reestructura una vez más y por su magnitud poblacional se incluye al Distrito de San Miguelito, utilizándose esta vez, como sustento metodológico, la Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares de 1997/1998 que prepara el MEF.

Si bien, la base metodológica ha sido Encuestas de Nutrición, de Necesidades de Vida y/o de Ingresos y Gastos de los Hogares, la estructura científica surge de conocer los requerimientos básicos y a partir de allí, establecer una relación nutricionalmente razonable entre las distintas fuentes alimentarias de energía.

Los alimentos seleccionados para la CBA deben ser de uso común, de bajo costo y cumplir con las combinaciones de productos usualmente empleadas por la población, es decir, que respondan a los hábitos, la lógica y a bases científicas.

Esta combinación de bienes o productos debe proveer suficientes kilocalorías y proteínas para cubrir las necesidades promedio de la población más un 10% para cubrir las desigualdades de distribución en el hogar y las pérdidas por el manejo de los alimentos.

Es decir, que la distribución de los productos que forman la CBFA debe cubrir unas proporciones en proteínas, grasas y carbohidratos al contenido total de energía propuestos, y acorde a las recomendaciones del INCAP, a saber: proteínas 10-15% del contenido energético total (kilocalorías), grasas 20-25%, y carbohidratos 60-70%.

Con base en esto, no es escoger el producto que parezca mejor, sino aquel que cumpla con las recomendaciones nutricionales para que una persona o núcleo familiar vivan decentemente.

Contrario a las opiniones de quienes hoy en el diálogo impulsan una rebaja de alimentos con argumentos solo dirigidos a que todo se resuelve bajando el precio de los mismos, o creen que la CBFA es escogida el Gobierno y que los productos que hoy día la conforman son escogidos al azar, pues estos datos salen de la información acopiada por las personas que fueron encuestadas en sus distintos momentos, luego de pasar por el tamiz científico de los componentes nutricionales de los productos que cumplirían con los requerimientos proteicos, de grasas y carbohidratos.

Luego de ello, se examinan los precios y es, en ese momento, donde la sumatoria de esos valores permiten determinar el valor aproximado de la CBFA.

Algunos dirigentes en el diálogo, exigen una CBFA “sana” y nos preguntamos, la CBFA existente, ¿No es Sana?

Como hemos descrito, la CBFA se determina por una metodología científica, NO AL AZAR o por capricho del Gobierno Nacional o de los Monopolios y Oligopolios, como suelen repetir quienes defienden sin fundamentos este y otros temas

Tampoco surge de una charla trivial o de una negociación de una convención colectiva o de una elección de un gremio cualquiera o de alguna protesta reivindicativa, si es que lo es.

Surge de instrumentos metodológicos, estructurados científicamente, para establecer los requerimientos esenciales para que una persona o núcleo familiar cubra sus necesidades alimenticias, energéticas y calóricas para vivir decentemente.

Veamos ahora, con cierto nivel de detalle, cómo, antes de las decisiones adoptadas en el diálogo, está estructurada la CBFA en Panamá.

Estructura de la CBFA

La CBFA calculada para los distritos de Panamá y San Miguelito, considera una ingesta promedio mínima de 2,305 calorías por persona al día, estructurada en 10 grupos de alimentos que derivan en 50 productos, los cuales aportan el total de las calorías que se estima requiere un individuo promedio por día para vivir.

Estructura de la Canasta Básica Familiar de Alimentos.

Como menciono antes, luego de determinar la composición energética de la CBFA en cada producto de cada uno de los grupos, se procede a establecer su “Costo Calórico”, y es allí donde se puede conocer el Precio de los productos y el Valor de la CBFA.

Metodológicamente, el Instituto de Estadística y Censo (INEC) debe realizar un sondeo entre “Establecimientos comerciales” con miras a obtener el precio promedio de cada producto en cada uno de los respectivos grupos alimentarios. Esta información pasa al Ministerio de Economía (MEF) y con ella, se referencian los productos y se calcula mensualmente el Costo Calórico de la CBFA, o sea, el Precio Global de la CBFA.

Como ven, el precio tampoco se saca de un sombrero o se le pone un valor al azar.

Si realizamos un recorrido entre 1990 y 2002, la CBFA estuvo compuesta en sus inicios por 40 productos, los cuales debían suministrar unas 2,260 kilos calorías por persona, para un hogar compuesto de 4.82 personas, según reportó el Censo de Población del año 2000.

A partir del 2003 hasta hoy, la CBFA está conformada por 50 productos, los cuales deben ofrecer unas 2,305 kilos calorías por persona en un hogar compuesto de 3.84 personas, según reportó el Censo de Población del año 2010.

Por otro lado, la Autoridad de Protección al Consumidor (Acodeco), realiza un sondeo mensual y compila el Precio más Bajo, de cada uno de los rubros que forman la CBFA por cada establecimiento comercial visitado y el valor global resultante es presentado a la ciudadanía como una fuente que sirve de orientación para comprar en los comercios que ofrecen mejores precios o los más bajos dependiendo del área geográfica.

La preocupación de muchos que no han participado en el diálogo, en el cual se han tomado decisiones que afectan a toda la población, no solo al consumidor, sino también a quienes producen alimentos en este país, es si estas consideraciones metodológicas fueron evaluadas en el diálogo.

No lo creemos, ya que esas discusiones solo se centraron en el precio de los productos y en quienes, supuestamente, tienen manipulados el valor de los rubros que forman la CBFA, desconociendo que, para determinar el valor de un producto o servicio, es vital saber la estructura de los costos de producir algo.

Si alguien no conoce el proceso productivo de un producto, mal puede opinar sobre lo bueno o malo de producir un bien.

Pero es aquí donde la Población tiene la obligación de informarse BIEN de las cosas que le afectan personal y familiarmente, ya que, en este caso, queda entendido entre la población que, desde hoy, la CBFA tendrá la cantidad de productos que se aprobó y que se estarán vendiendo con Precio Regulado o con un Subsidio.

Y, por otro lado, según se dijo, la CBFA tendrá un ahorro X y su valor global será menor que el valor de la CBFA antes de lo aprobado en el diálogo.

Pregunto yo, cómo es posible que una lista con 30 productos adicionales llegando a 80, cueste menos que una lista de 50 productos.

Pues la única forma es que se afecte Artificialmente el precio de esos productos y eso es un engaño para la población porque es adoptar precios fuera de la realidad del mercado, o mejor dicho es desconocer como se produce tal o cual producto, o son productos de menor calidad de aquellos productos que están listados bajo metodologías científicas y nutricionales como hemos descrito en el desarrollo de este escrito.

Si la población no se entera de cómo realmente son las cosas, decisiones como estas los confundirán, mejor dicho, serán engañados.

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