• 04/09/2022 00:00

Potencial turístico y logístico “El enemigo interno”

En Panamá se ha popularizado el bloqueo de vías públicas como estilo de protesta. Además de violar la Constitución y la ley, esta práctica perjudica a miles de ciudadanos inocentes y causa graves daños a la economía de muchas empresas ajenas al problema.

En Panamá se ha popularizado el bloqueo de vías públicas como estilo de protesta. Además de violar la Constitución y la ley, esta práctica perjudica a miles de ciudadanos inocentes y causa graves daños a la economía de muchas empresas ajenas al problema. Cabe observar que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) excluye del derecho a huelga los servicios esenciales, definidos como “aquellos cuya interrupción podría poner en peligro la vida, la seguridad o la salud de la persona en toda o parte de la población”.

La práctica de cerrar vías públicas afecta la confiabilidad de Panamá como eslabón de la cadena de suministros, afectando su potencial de convertirse en hub logístico regional, lo que generaría miles de oportunidades de empleo de calidad. Cabe anotar que la confiabilidad es requisito clave de cualquier cadena logística exitosa, al permitir un ininterrumpido movimiento de la carga y eficiente manejo de los inventarios. Sin esta garantía, es imposible que Panamá pueda consolidarse como hub logístico.

En el análisis final, el ilegal estilo de protesta termina causando más perjuicio a quienes aspiran a lograr un empleo y mejores condiciones de vida. En otras palabras, los líderes sociales que generan esos tranques actúan como “el enemigo interno”, no solo del país sino de sus propias aspiraciones

El famoso periodista Michael Massing, exeditor del Columbia Journalism Review, usó la frase The Enemy Within (El enemigo interno) en un ensayo sobre la sesgada cobertura de periodistas y medios a temas de interés, comenzando por el rol que jugó la periodista Judith Miller, de The New York Times, en diseminar la falsa tesis, creada por la CIA, de que Irak poseía armas de destrucción masiva (WMD), y de la pobre respuesta del gobierno estadounidense a las víctimas del huracán Katrina en Nueva Orleans.

El enemigo interno también es una figura utilizada por los ingleses (the enemy within) durante la II Guerra Mundial para identificar a los ciudadanos pro-nazis que actuaban como enemigos de su propio país. La exprimera ministra Margaret Thatcher la usó para identificar a los comunistas ingleses durante la guerra fría. .En el contexto religioso, la frase la utilizó por primera vez el apóstol Pablo para describir la lucha permanente entre las inclinaciones pecaminosas de la carne y el espíritu del bien que hay en cada individuo. En el tema que nos ocupa, tal vez impulsados por su desesperación ante la indiferencia del gobierno en atender sus demandas de interés social, algunos líderes comunales acuden al bloqueo de vías públicas como arma para que el gobierno atienda sus legítimos reclamos.

Excluyo de esa categoría a los líderes de izquierda radical que impulsan la insurrección, liderada por “la vanguardia de la revolución”, como vía para reemplazar al capitalismo o al supuesto neoliberalismo panameño por el socialismo. Este método considera oportuno el momento en que las filas del enemigo registran agotamiento o desprestigio generalizado, como el sistema clientelista creado en Panamá por los partidos políticos tradicionales y quienes los representan en los tres poderes del Estado..

Los tranques no solo afectan a los cientos de miles de ciudadanos que viajan a centros de salud, para recibir atención médica – en muchos casos de urgencia – y a los que se transportan hacia sus sitios de trabajos, y estudiantes que dejan de asistir a clases, sino que impiden el transporte de alimentos, medicinas, combustible y otros insumos esenciales, y el paso de los turistas que intentan ingresar o salir del país. Las pérdidas incurridas por productores y comerciantes durante la huelga y los tranques de julio pasado, alcanzaron casi los $1,000 millones.

A largo plazo es aún más grave el daño que han hecho los activistas de los tranques al turismo y al clúster logístico de Panamá y a su potencial de desarrollo. Hay que tomar en cuenta que la logística y el turismo son actividades económicas de con alta capacidad para generar de empleos. Para decirlo en forma clara, esos activistas actúan como sus propios enemigos, al bloquear con esos tranques sus propias posibilidades futuras de empleo y mejor calidad de vida. Y al mismo tiempo, perjudican a sus propias comunidades y al país.

Pero los activistas contra el orden constitucional no son los únicos enemigos internos de Panamá. También lo son, y en mayor grado, aquellos políticos que, a sabiendas del daño que causan, incurren en la misma práctica. Tal fue el caso del bloqueo del ferrocarril protagonizado el 16 de enero de 2017 por el entonces alcalde de Colón, Federico Policani, y el Concejo colonense cuando decidieron sesionar sobre la línea férrea para presionar al operador del ferrocarril, Panama Canal Railway Co. (PCRC), para que aportara dinero para “obras sociales” en Colón.

En su irresponsable acto violatorio de la seguridad jurídica, los funcionarios ignoraron el hecho de que las relaciones de esa empresa con Panamá están reguladas por la Ley 15 de 17 de febrero de 1998, mediante la cual se aprueba el contrato entre el Estado y PCRC. Además del pago de sus obligaciones fiscales y de seguridad social, esta empresa emplea a cientos de trabajadores, aporta al Estado el 10% de sus ingresos brutos, y gasta más de $12 millones anuales en la compra de bienes y servicios en Colón.

Esa cultura de cierre de vías públicas está muy arraigada en ciertos activistas políticos y sociales, y no cambiará a menos que, 1) El gobierno comience a atender las legítimas aspiraciones ciudadanas en materia de servicios públicos; 2) El Meduca incorpore a los planes de estudios la educación cívica y el respeto al Estado de derecho, y 3) que las autoridades actúen oportunamente para prevenir los cierres de vía Además, sería prudente crear un sistema expedito inter-institucional de resolución de conflictos para proteger servicios claves para el turismo y el hub logístico.

Periodista
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