• 13/03/2023 00:00

Francisco: una década al timón de la barca de Pedro

“[...] especialmente les animo a rezar por él, para que el Señor le conceda fortaleza física y espiritual para continuar al timón de la barca de Pedro”

Se cumplen diez años de la elección del cardenal Jorge Mario Bergoglio como romano pontífice. Electo como papa el 13 de marzo de 2013, pasó a ser el primero proveniente del continente americano y el primer papa jesuita de la historia. Asumiendo el nombre de Francisco, quiso hacer alusión al santo italiano de “los pobres”, “el hombre de la paz” e impulsor de reformas en la Iglesia de su tiempo, como dijo a los medios de comunicación en su primer encuentro con ellos luego de la elección. Precisamente en ese encuentro mostró el estilo que tendría su pontificado: cercanía, sencillez y énfasis en la justicia social. Fue allí donde públicamente se presentó por primera vez con sus zapatos negros de siempre, viejos y gastados, la misma cruz pectoral y anillo que traía de Buenos Aires, además del fajín blanco sin el emblema pontificio.

A lo largo de esta década Francisco nos ha dejado, hasta el momento, tres encíclicas de gran relevancia, a saber: Lumen Fidei (2013), con la que completa la trilogía de encíclicas sobre las virtudes teologales iniciada por Benedicto XVI; Laudato si (2015), dedicada exclusivamente a cuestiones medioambientales y a la protección de nuestra casa común, que debe incluir “la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral”; y Fratelli tutti (2020), en la que propone estar “atentos ante algunas tendencias del mundo actual que desfavorecen el desarrollo de la fraternidad universal”. Asimismo ha firmado cinco exhortaciones apostólicas, las dos últimas fruto de sínodos convocados sobre temas específicos, en las que aborda aspectos importantes y actuales para la Iglesia, tales como: el anuncio del Evangelio en el mundo de hoy (Evangelii gaudium, 24-XI-2013); el amor en la familia, sus problemáticas, retos y posibles soluciones (Amoris laetitia, 19-III-2016); la llamada a la santidad en el mundo contemporáneo y en medio de las actividades ordinarias (Gaudete et exsultate, 19-III-2018); la juventud, alentándoles a “crecer en la santidad y en el compromiso con la propia vocación” (Christus vivit, 25-III-2019); y la realidad y problemática de la Amazonia (Querida Amazonia, 2-II-2020).

Dentro del Vaticano, Francisco también ha emprendido importantes cambios en las finanzas y la propia organización de la curia. Es por ello que optó por la creación de una nueva secretaría económica; además no ha cesado en sus esfuerzos para promover la transparencia y la rendición de cuentas en materia financiera. Con la promulgación el 19 de marzo de 2022 de la Constitución apostólica Prædicate Evangelium, sobre la curia romana y su servicio a la Iglesia en el mundo, el papa argentino no solo reestructuró la curia, sino que centró dicha reforma en el contexto de la naturaleza misionera de la Iglesia. Uno de los elementos esenciales de su pontificado es el énfasis en la justicia social. Desde esta perspectiva, no ha cesado de promover medidas para combatir la pobreza y la desigualdad, criticando en ocasiones los excesos del capitalismo. De igual modo, ha sido y es una voz de apoyo para los miles de refugiados y migrantes, promoviendo y defendiendo sus derechos y pidiendo a los Gobiernos que les proporcionen protección y asistencia. De hecho su primer viaje como pontífice fue a la pequeña isla italiana de Lampedusa, el 8 de julio de 2013, en donde rezó por los inmigrantes ilegales que se ahogaron tratando de llegar a Europa. Fue un llamado “a despertar nuestras conciencias para que lo que ha sucedido no se repita. Que no se repita, por favor”, dijo. En otras ocasiones también ha visitado campos de refugiados y otros lugares en los que los inmigrantes pasan no pocas penurias para lograr su anhelo de mejores días para ellos y sus familias.

Por último, no podemos olvidar que el papa Francisco nos eligió para ser sede de la Jornada Mundial de la Juventud 2019. Fue la primera vez que un evento de tal magnitud se celebró en Centroamérica. Contra grandes obstáculos, pero con mucha tenacidad, trabajo y fe, miles de jóvenes y no tan jóvenes se pusieron manos a la obra, inspirados por la confianza del sucesor de Pedro en Panamá. Con la ayuda de Dios y de Santa María La Antigua, la JMJ Panamá 2019 fue una realidad. Por ello, con ocasión de esta década de la elección del papa Francisco, les invito a unirnos en agradecimiento, porque se fijó en nuestro país, pero especialmente les animo a rezar por él, para que el Señor le conceda fortaleza física y espiritual para continuar al timón de la barca de Pedro.

Diácono, futuro sacerdote del Opus Dei.
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